Eileen Noble, la mujer que empezó a correr pasados los 50 años y termina maratones a los 84
La participante de más edad del Maratón de Londres celebrado el mes pasado, demuestra que se puede seguir en la brecha pasados los 80 años, y una experta nos explica cómo es posible
A Eileen Noble le dio por calzarse las zapatillas pasados los 50 años. "Vi que había personas que corrían y pensé que yo también quería ser como ellos. El primer día di una vuelta a la manzana, volví a casa resoplando y jadeando. Me dije: 'Ha estado bien. Mañana, otra vez", según relató recientemente a la BBC británica. Luego, su respiración dejó de llamarle la atención, cogió el ritmo y empezó a contar por decenas las manzanas que rodeaba en sus entrenamientos. El pasado 27 de abril, con 84 años a sus espaldas, Eileen Noble acabó el Maratón de Londres con un tiempo de 6 horas, 28 minutos y 7 segundos.
A pesar de que fue la mujer más mayor que participó en la prueba, la del mes pasado solo es una carrera más en un historial –Noble ha participado en 19 maratones- que impresiona a todos menos a ella. La exintérprete militar, cuya visión resultó seriamente dañada por una explosión en Afganistán, explicó a la cadena de televisión que no se veía "como la corredora más anciana, sino como un maratoniano más", y que no veía motivo para quedarse al margen de la competición: "No puedo imaginarme sin correr. Esto es ya parte de mi vida. Salvo que te suceda algo que desesperadamente te impida hacerlo, no veo por qué no seguir haciéndolo". Y añade: "Es como si el estrés y las preocupaciones desaparecieran. Y, al llegar a casa, te sientes increíblemente bien. Además, me mantiene en forma". Y mucho, pues su rutina supera con creces el ejercicio necesario para contrarrestar pasar el día sentados.
Entre sus motivaciones destacan que correr te hace olvidarte de todo mientras las zancadas se suceden y que, como subrayan muchos otros aficionados al running, que este deporte le permite socializar con personas con sus mismas inquietudes. Sea cual sea su edad. Por su fuera poco, le quita hierro a lo de meterse entre pecho y espalda 42 kilómetros pasados los 80 años: "Es un reto asumible, no es un imposible. Cualquiera puede hacerlo si se mentaliza y lo prepara. Y es fantástica la sensación cuando lo acabas". Los hechos le dan la razón: dos personas quedaron por delante de ella en la categoría de mujeres de 80 a 84 años, y otros 14 varones de su quinta también completaron la prueba (hay uno más que, sospechosamente, carece de registro en el paso por el kilómetro 21). Con un año más, Ken Jones, se convertía en el más veterano entre los hombres, con la decimotercera posición en su grupo de edad y un tiempo final de 7 horas, 40 minutos y 50 segundos. ¿Cómo es posible?
Un seguro de vida frente a la osteoporosis
Cualquiera que se haya enfrentado a la mítica distancia de los 42,195 kilómetros sabe que el plan de entrenamiento no muestra misericordia ni con los jubilados más previsores, y Noble no es una excepción. A sus 84 años, la mujer entrena cuatro días por semana. Tres de ellos recorre entre 5 y 6 millas (que equivalen a 8 y 9,6 kilómetros). El domingo, como a cualquier otro maratoniano, le toca la tirada larga. No especifica cuántos kilómetros hace pero, por el nivel de sus resultados, podrían llegar a ser unos veinte.
Cada vez es más frecuente ver a veteranos atletas populares enfrentándose a un maratón, siguen siendo excepciones, y no solo por la edad. La carrera a pie no es precisamente el deporte más recomendable a ciertas edades. Para fisioterapeuta de la Universidad del País Vasco María del Pilar García Gil, "aunque el deporte es muy recomendable para atenuar el deterioro físico y mental según vamos cumpliendo años, los deportes de impacto pueden generar dolencias en articulaciones involucradas en la carrera, como las rodillas, las lumbares, los pies y la cadera". Aunque no todo es negativo. "El deporte de impacto es positivo para la generación ósea, lo que, en el caso de las mujeres corredoras viene a ser un seguro de vida frente a la osteoporosis", añade.
La pregunta de si preparar un maratón y correrlo es recomendable en edades muy avanzadas no tiene una única respuesta. "Depende de la predisposición genética y, sobre todo, de la actividad física que hayan realizado durante las décadas previas; los estudios demuestran que en el deterioro físico influye más el sedentarismo que la edad biológica. Eso explica que nos encontremos con octogenarios que pueden correr un maratón mientras otros apenas pueden moverse", dice la profesional. Olvídate de ponerte el dorsal a los 80 años si toda tu vida has sido sedentario, "pero si durante la juventud y madurez hemos hecho deporte asiduamente, y hemos llevado unos hábitos de nutrición, control de estrés y sueño saludables, podemos llegar a la vejez con un organismo suficientemente fuerte como para enfrentarse a estos retos tan exigentes". Aunque eso no es todo.
El secreto para llegar a la meta entero está en seguir el ritmo
Además de haber tenido unas edades lozanas activas, la clave para preparar bien esta prueba y acabarla sin riesgos para la salud (que están en lugares tan inesperados como el tique de la compra) está en lo que la ciencia conoce como pacing, que consiste en asumir un nivel de esfuerzo adaptado a las posibilidades reales del organismo. "A medida que envejecemos, el cuerpo pierde capacidades físicas y el ejercicio debe amoldarse a ellas. Esto implica asumir ritmos moderados e ir controlándolos a medida que avanza la carrera, para no tener ni caídas de glucógeno notables ni riesgo cardíaco. En el caso de Eileen y en algunos sujetos de estudio, vemos que a medida que aparece la fatiga, van reduciendo el ritmo. Esto es lo que permite a esta inglesa cruzar la meta sin que su rostro se vea congestionado por el agotamiento". Aunque la cara no es la única pista para detectarlo, hay varias formas mediante las que uno puede saber que se esfuerza demasiado cuando hace ejercicio.
Su patrón de carrera es similar al de otro hombre de 94 años al que pusieron a correr unos 26 kilómetros en un circuito controlado, para ver en cuánto podría terminar un maratón. Cuando los científicos extrapolaron los resultados del experimento a una maratón, concluyeron que el anciano terminaría la carrera en un tiempo estimado de entre 8 y 11 horas. Y lo más importante, sin que su cuerpo sufriera más que lo que sufre cualquier otro maratoniano. Además, pasadas entre unas horas y cuatro días, sus niveles de hemoglobina y electrolitos volverían a ser normales. Exactamente igual que el proceso de recuperación de cualquier otro maratoniano. "El error sería pretender acabarlo en un tiempo para el que el cuerpo no está preparado", concluye la fisioterapeuta.
La solidaridad también nos mueve
Socializar, evadirse del mundo y mantenerse en forma no son los únicos motivos que han impulsado a Eileen Noble a correr maratones. La solidaridad también está entre las razones que le han llevado a calzarse las zapatillas: el año pasado, Noble recaudó 520 libras para un hospicio de Bexleyheath, al sureste de Londres, a través de una plataforma digital. Según cuenta en la página web del proyecto solidario, el calor la frenó hasta un tiempo de 6 horas 47 minutos, 19 más que en la edición de este año. Y solo sigue la tradición de la prueba, que ha recaudado más de mil millones de libras (1.170 millones de euros) desde su primera edición, en 1981.
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