_
_
_
_
_
CULTURA

Birane Wane o el orgullo de ser ‘saint-louisien’

El himno oficioso de la ciudad de Saint Louis, en Senegal, está lleno de reinvidicaciones de un cantante para el que la música no solo es una expresión artística

José Naranjo
Más información
Villa Saint Louis: un puente entre artistas africanos y europeos
Saint Louis, ciudad mestiza y vibrante
¿Por qué unos jóvenes se convierten en criminales y otros no?
“Nací ‘griot’ y así moriré. Cada uno tiene su misión”

Birane Wane ha grabado tres discos y cada uno en una ciudad y un tiempo diferente. El primero en Dakar, adonde zarpó para estudiar en la Universidad este saint-louisien que ya llevaba el rap y el hip hop en las venas; el segundo de vuelta a casa con su Licenciatura en Filología Inglesa y Literatura Africana bajo el brazo, en su Saint Louis natal; el tercero, One Pac & Fellows, en Sevilla, donde reside ahora, junto al batería y productor José Gómez. Es un músico de idas y vueltas, un eterno joven de 37 años capaz de saltar con facilidad del rap al soul o del jazz al hip hop, porque todos vienen de la misma África, un alquimista de estilos, un activista comprometido, y, sobre todo, un enamorado de su ciudad.

“El término ndar ndar hace referencia a la gente de Saint Louis, pero se usa de manera un tanto despectiva. En esta canción [una con esas palabras como título que se puede ver pinchando en el vídeo de arriba] yo reivindico mi procedencia”, asegura Wane, cuyo nombre artístico es One Pac, un juego de palabras con su apellido que se pronuncia como uno en inglés y al mismo tiempo homenaje al rapero estadounidense 2Pac, fallecido en 1996. Arropado por el popular dúo senegalés Dara J, Wane se convirtió en cantante de moda en su país, en 2015 su álbum fue nominado como uno de los cinco trabajos de hip hop más importantes del país. Desde hace unos años vive en España. Sigue explorando.

Estos días de enero pasó unos días en Saint Louis, adonde llegó para ver a su familia y aprovecha el alto en el camino para comentar los principales desafíos de su ciudad. A su juicio, el más grave es el paro juvenil. “Hay muchos que no tienen nada, se dedican al pequeño comercio para ganar unas monedas. Es una lacra”, explica. Sin embargo, también le preocupa el problema de la basura. “Los ciudadanos tienen que cambiar su mentalidad, pero tampoco hay sensibilización por parte del Estado. Es una responsabilidad compartida. Se podría resolver con un poco de esfuerzo, con trabajo en los colegios y entre la gente, pero nadie ha querido ponerse, hay una tremenda falta de voluntad”, añade.

Este es un músico de idas y vueltas, un eterno joven de 37 años capaz de saltar con facilidad del rap al soul o del jazz al hip hop

Por último, considera que el tercer gran reto es cómo hacer frente a la subida del nivel del mar. “Tarde o temprano el agua va a cubrir toda la ciudad a causa del cambio climático y la brecha [un canal artificial abierto en 2003 en la Lengua de Berbería]. El Gobierno solo hace promesas, dice que van a hacer muchas cosas para impedirlo pero no vemos nada”, explica. Se muestra muy crítico con las autoridades, a quienes también acusa de ser los grandes responsables de la emigración, un fenómeno que tiene un fuerte impacto en esta zona. “El pescado que sale de aquí va a otros países, el gas y petróleo lo extraerán los occidentales, pero a la gente no le permiten ir de un sitio a otro. Aquí no hay guerra ni hambre, pero la gente quiere una vida mejor”, comenta.

Anochece en Saint Louis. Es hora de regresar para la cena. Wane pasea por las calles de la vieja ciudad y se para a saludar aquí y allá. “Nuestro modelo de desarrollo no puede ser el europeo, tenemos que crear algo diferente, necesitamos líderes distintos de los que tenemos”, remata. En canciones como Ndar Ndar, que se ha convertido en una especie de himno entre los jóvenes, están las claves de su discurso. Sobre estas líneas, está por primera vez subtitulado al español para que su mensaje llegue a más públicos.

Sobre la firma

José Naranjo
Colaborador de EL PAÍS en África occidental, reside en Senegal desde 2011. Ha cubierto la guerra de Malí, las epidemias de ébola en Guinea, Sierra Leona, Liberia y Congo, el terrorismo en el Sahel y las rutas migratorias africanas. Sus últimos libros son 'Los Invisibles de Kolda' (Península, 2009) y 'El río que desafía al desierto' (Azulia, 2019).

Más información

Archivado En

_
_