Guillermo y Máxima de Holanda, nuevo palacio, nueva polémica
La familia real holandesa se ha trasladado a vivir al palacio de Huis ten Bosch tras una renovación que ha costado 63 millones de euros y ha generado malestar en el Parlamento
Los reyes de Holanda, Guillermo y Máxima, estrenan palacio estas Navidades. Se llama Huis ten Bosch (la casa del bosque, en neerlandés) y ha sido la residencia oficial del monarca reinante en el país desde 1981. La zona más antigua es del siglo XVII, y el complejo necesitaba grandes arreglos, incluida la retirada de amianto, mineral dañino para la salud. Las obras han costado 63 millones de euros y han generado malestar en el Parlamento por considerarlo demasiado alto. Aunque no han terminado, la zona de vivienda privada de la Familia Real ya puede habitarse, y para las tres hijas de los soberanos, las princesas Amalia, Alexia y Ariane, es la primera gran mudanza de sus vidas. Hasta la fecha, han vivido en Villa De Eikenhorst, una casa situada en el municipio de Wassenaar, junto a La Haya.
Huis ten Bosch ha precisado tres años de obras y ha costado dos veces más de lo previsto. La antigua reina Beatriz lo utilizó durante 30 años, y a medida que avanzaba la renovación actual aumentaba la cuenta de gastos. El ministerio del Interior, responsable de las obras, tuvo que contestar en dos ocasiones a las preguntas del Parlamento, que consideraba la cantidad excesiva (el presupuesto original era de 59 millones). En 2014, Mark Rutte, el primer ministro, había anunciado que costaría 35 millones de euros. El palacio estaba en muy mal estado, señaló entonces, y nadie contaba con la aparición del amianto. A la vista del aumento, se encargó una auditoría externa.
Aunque esta vez los gastos no se derivan de una operación privada, las cuentas de los Orange suelen ser motivo de fricción en Holanda. En 2010, Guillermo y Máxima se compraron una casa de veraneo en Mozambique que provocó un incidente político. Estaba en la playa de Machangulo, en el océano Índico, y los gastos en seguridad derivados de la proteger a la Familia Real en África —y que Mozambique sea uno de los más pobres del continente— complicó sus planes. Cuando se supo que habían abonado parte de la casa a un agente inmobiliario que tenía una cuenta corriente en la isla de Jersey, un paraíso fiscal en el Canal de la Mancha, abandonaron el lugar. Se acabó vendiendo por un precio simbólico. En 2012, la pareja real se compró una villa de lujo en Kranidi, en el Peloponeso griego. Les costó 4,5 millones de euros, y hubo críticas, porque llegaba en un momento de recesión económica, lo mismo que la africana.
Huis ten Bosch es propiedad del Estado holandés, y está a seis kilómetros de la residencia actual de Guillermo y Máxima, pero la reina ya ha dicho que echará de menos "el lugar donde hemos formado una familia". Guillermo también ha mostrado su querencia por la villa, "donde hemos pasado 15 años maravillosos". Allí han residido desde 2003, en un inmueble que dispone de un amplio jardín con la planta baja acondicionada para recibir a las visitas, y un primer piso privado. Una distribución parecida al palacete donde residen los reyes Felipe VI y Letizia, con sus hijas, Leonor, princesa de Asturias y la infanta Sofía. Las fotos de Amalia y Alexia, las dos princesas mayores, yendo al colegio en bicicleta han sido tomadas en el jardín de Eikenhorst. Les acompañan de forma discreta sus guardaespaldas. En el palacio ya se han instalado bolardos y los servicios de seguridad son mucho más visibles.
Para Guillermo, es un viaje de regreso al hogar de una parte de su infancia. En 1980 su madre, la hoy princesa Beatriz, accedió al trono, y él se trasladó allí pocos meses después con su padre, el príncipe Claus, y sus hermanos, Friso y Constantino, al mismo palacio. Antes habían vivido en un castillo, Drakensteyn, situado en el centro del país. De pequeñas dimensiones, es hoy la residencia de la antigua reina, a la que se marchó tras su abdicación el 30 de abril de 2013.
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