Un experto en regadíos dirigirá el principal organismo financiador de la ciencia estatal
El científico del CSIC Enrique Playán ha sido seleccionado entre 24 mujeres y 42 hombres,14 de ellos extranjeros
Enrique Playán, experto en ahorro hídrico y especies invasoras como el mejillón cebra en el Ebro, será el nuevo director de la Agencia Estatal de Investigación, según ha informado hoy el Ministerio de Ciencia.
Playán (Monzón, Huesca, 1964) es científico titular del CSIC e investigador de la Estación Experimental Aula Dei, en Zaragoza. Hace 15 años, este ingeniero agrónomo comenzó a compaginar su carrera investigadora con puestos de gestión. Fue oficial científico de la Unión Europea en proyectos de cooperación internacional en gestión del agua en países mediterráneos entre 2003 y 2005 y después, entre 2010 y 2014, coordinador del programa “retos del agua en un mundo cambiante” que pretende conseguir el máximo retorno de los 500 millones de euros que se invierten en este ámbito en la UE. Playán también ha sido responsable del Plan Nacional de I+D+i de España en el área de agricultura y bosques entre 2006 y 2010. En el ámbito de la investigación se ha centrado en gestión del agua, contaminación y especies invasoras, un ámbito en el que ha realizado más de 80 publicaciones.
El científico del CSIC ha sido seleccionado entre 66 aspirantes, 24 mujeres y 42 hombres, según ha explicado a Materia el Ministerio. De todos ellos, 14 eran extranjeros. Un comité de 11 expertos españoles del mundo de la investigación y la industria seleccionó a cinco finalistas. La selección final fue tomada por unanimidad por los 11 miembros del Consejo Rector de la AEI, presidido por Ángeles Heras, secretaria de Estado de Universidades, Investigación, Desarrollo e Innovación.
La AEI es el principal organismo de financiación de la I+D+i estatal junto al CDTI. La AEI gestiona la mayor parte de las convocatorias de subvenciones del Plan Estatal de I+D+I y es la entidad responsable de promover la excelencia en la investigación española. El organismo echó a andar en 2016 con cuatro años de retraso sobre lo dispuesto en la Ley de la Ciencia de 2011 y solo tuvo presupuesto propio en 2017 (610 millones de euros). Entre sus retos inminentes está la incertidumbre sobre cuál será la dotación final para ciencia en 2019 si se prorrogan los presupuestos, la dificultad para comenzar a funcionar con una dotación plurianual para que pueda actuar con mayor estabilidad, y su desaparición como agencia a mediados del próximo año para cumplir con la ley de reordenación del sector público de 2015.
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