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La heredera de La Finca recupera la custodia de sus tres hijos

Yolanda García-Cereceda recobra la guarda y custodia de los menores tras años de litigios después de que su hermana consiguiera inhabilitarla

Jaime Ostos Jr y Yolanda García Cereceda en el Club de Campo de Madrid en 2015.
Jaime Ostos Jr y Yolanda García Cereceda en el Club de Campo de Madrid en 2015. GtresOnline
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Ocho años ha durado la batalla legal de Yolanda García-Cereceda que todavía deja muchos coletazos por resolver pero que acaba de ver el fin de uno de ellos, quizá el más personal para una de las hijas y herederas de la exclusiva urbanización madrileña La Finca. Este miércoles, según ha confirmado su abogado a la revista ¡Hola!, la sección 24 de la Audiencia Provincial de Madrid ha acordado conceder a Yolanda García-Cereceda "la guarda y custodia de sus tres hijos en exclusiva", un derecho que había perdido en 2010 y que en los últimos años ostentaba su exmarido Jaime Ostos Jr, hijo del torero del mismo nombre. 

Hasta aquí puede parecer la resolución de un conflicto en un caso de separación, pero la situación que ha vivido Yolanda García-Cereceda en estos ocho años es mucho más compleja que una batalla entre cónyuges mal avenidos. Yolanda y Susana, su única hermana, son hijas de Luis García-Cereceda, el magnate inmobiliario que construyó la urbanización de las estrellas en Madrid, un lugar vigilado, exclusivo y lujoso donde viven empresarios, futbolistas y artistas de renombre internacional. Y su muerte fue el inicio de una de esas batallas familiares que se gestó en la discreción de los despachos pero que noticia a noticia va cobrando forma de cara al público. 

En el conflicto intervienen las dos hermanas, la viuda, Silvia, y la exesposa del empresario. Y el móvil del enredo, un patrimonio que se valora en más de 1.000 millones de euros. Una cifra suficiente para animar a la riña, las intrigas e incluso a la intervención del controvertido comisario Villarejo. El padre de Yolanda y Susana falleció en 2010 y nada más morir su entorno perdió la discreción que le había caracterizado. Su sepelio ya tuvo momentos de tinte dantesco, con guerra de esquelas y forcejeo protagonizado por Yolanda que quiso introducir una carta en el ataúd de su padre y acabó en uno de los lagos que rodeaban el lugar.

Susana y Yolanda García Cereceda en 2013 y 2015 respectivamente.
Susana y Yolanda García Cereceda en 2013 y 2015 respectivamente.

A los tres meses de estos sucesos Susana consiguió la incapacitación legal de su hermana Yolanda que perdió la custodia de sus tres hijos, que en la actualidad tienen 16, 14 y 13 años, y el poder de decidir sobre el paquete accionarial que le correspondía en las sociedades del grupo. En 2016 consiguió revertir esta incapacitación y desde entonces pleiteaba para recuperar a sus hijos, cuya custodia pasó por su hermana Susana, primero, y después por su exmarido, que es quien la tenía hasta este momento.

A finales de mayo se produjo otro momento álgido de esta batalla familiar: la detención de Susana García-Cereceda, la hermana mayor, por revelación de secretos, falsedad documental y cohecho. Y el arresto estaba relacionado precisamente con el enfrentamiento entre las hermanas y con los supuestos informes que el comisario José Villarejo, ahora en prisión, elaboró para favorecer a Susana en la lucha por la herencia. 

Habrá recursos y nuevos juicios, pero Yolanda García Cereceda ha ganado una primera batalla que tiene otras muchas por delante. 

 

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