Por el fin de la vieja psiquiatría
El recurso de los psiquiatras a la sobremedicación, o a tratamientos desproporcionados y excesivos, está dando lugar a una generación de adictos a los antidepresivos y otros medicamentos. Se trata en su mayoría de mujeres que rondan la treintena y a las que se les condena a mantener tratamientos “de por vida”, sin detenerse a pensar cuál puede ser la verdadera raíz de sus problemas.
En una sociedad acelerada como la nuestra, ni siquiera los médicos parecen tener tiempo para escuchar a sus pacientes o dispensarles un trato mínimamente humano. El recurso a tratamientos farmacológicos sumamente agresivos para el paciente, con muchísimos efectos secundarios, conduce a un deterioro a largo plazo de las capacidades de la persona. La permanencia de esta vieja psiquiatría que promueve la exclusión del enfermo frente a su integración en la sociedad es una lacra que debería combatirse mediante la formación de estos profesionales así como de la sociedad en su conjunto, que sigue discriminando de forma atroz a las personas con enfermedad mental.— María Rojo Ramos. Madrid.