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Awkwafina, rapera, feminista y ladrona de moda

La actriz, una de las protagonistas de 'Ocean’s 8', debe su nombre a un agua destilada

La actriz Awkwafina en una gala celebrada en el hotel Beverly Hilton, en California, en diciembre de 2017.
La actriz Awkwafina en una gala celebrada en el hotel Beverly Hilton, en California, en diciembre de 2017.Christopher Polk (GETTY )
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Ni viene de Asia ni se llama Awkwafina. Además, esta rapera de 29 años, voz rasposa y humor mordaz es bastante conservadora, al menos en lo que a su carrera se refiere. Lo que está claro con esta neoyorquina, hija de familia china y coreana cuyo nombre de pila es Nora Lum, es que España marcará para siempre un antes y un después en su vida. Rodó entre Barcelona y Gran Canaria el primer largometraje de la española Alice Waddington, Paradise Hills (aún en posproducción) y luego llegó el estreno de Ocean’s 8, una película diversa y pseudofeminista, con un reparto donde abundan los Oscar. Con ella están Sandra Bullock, Cate Blanchett y Anne Hathaway poseedoras de uno. Y, además, los Emmy de Sarah Paulson o el carrerón de Rihanna.  “¡Yo tampoco me lo creo! No hago más que pellizcarme por si es un sueño”, confiesa a EL PAÍS aún incrédula.

No es su primer momento de gloria. El anterior la pilló también por sorpresa. Trabajaba en un restaurante vegano tras una carrera que incluía otros empleos de camarera (“soy terriblemente mala”, se piropea) además de su paso por un negocio especializado en la instalación de aires acondicionados. Fue ahí cuando le dio por colgar en la Red su último rap, My Vag, una oda a su vagina. El tema escandalizó a unos y la convirtió en ídolo feminista de otras. Lleva más de 2,5 millones de visitas en YouTube. “No es lo que se dice material de Grammy”, dice con humor, aunque su tono apenas cambia. “Y como me tenía, consiguió que me echaran del trabajo”, recuerda del comienzo de una fama viral que la llevó a trabajar en Malditos Vecinos 2 (2016) con un papelito.

El resto se cuenta con los dedos de una mano, aunque la pelota va engordando. El segundo álbum está en puertas, In Fina We Trust, tras el éxito de Yellow Ranger, y en poco más de un mes su nombre es el más esperado en esta comedia de sabor asiático con la que Hollywood quiere abrir de par en par las puertas a las minorías. Una carrera que hace de Awkwafina el mejor producto su generación de millennials, del #MeToo y de la igualdad racial desde los colores de Benetton. "Yo también me sentiría así de no ser porque hay una diferencia entre diversidad y representación", aclara. "Ya sé que sueno a 'efecto Benetton', pero es importante darse cuenta que en Nueva York vivimos todo tipo de personas", insiste.

Las protagonistas de 'Ocean’s 8'.
Las protagonistas de 'Ocean’s 8'.

Por ejemplo, Lum. Más de Queens que nadie, la actriz supo desde la cuna que era diferente, como todos los estadounidenses con familia de otro lado. "Ni eres asiática, ni eres americana. Como que no tienes identidad", argumenta.

Sus tatuajes la definen como una amante de la música, enamorada de los Mets y feminista rabiosa. De ahí la trompeta, el emblema de su equipo de béisbol preferido, y el gato peleón que lleva grabados en su cuerpo. También supo que el humor era su mejor defensa para sobrevivir a la pérdida de su madre cuando solo tenía cuatro años. "Me daba vergüenza, así que aprendí a tomármelo con humor. Lo malo es que después de tanto tiempo haciendo reír, es difícil que te tomen en serio", añade. Confiesa que su mayor temor es el "convertirse en flor de un día". De ahí que casi prefiere que no le hablen de su éxito, no vaya a ser que la gafen. "Prefiero un cierto sentimiento de continuidad, de longevidad, a un casoplón", se retrata.

Y con todo lo peleona que parece, con ese nombre raro, raro, raro, detrás de Awkwafina hay alguien mucho más cercano a su público. Una chica del montón, amante de esa marca de agua destilada llamada Aquafina que se quedó con un mote que ahora no sabe cómo quitárse de encima. "Al primero que me reconoció en la bodega vegeta y me dijo eso de: '¿Eres Awkwafina?' le contesté: 'Sí, me temo'. Y si pudiera me lo cambiaría, pero ahora ya es muy tarde ¿no?".

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