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Tentaciones
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Estas son las canciones que le han valido un Pulitzer a Kendrick Lamar

El rapero estadounidense hizo historia con 'DAMN.', un álbum "virtuoso", según los responsables del Pulitzer, aunque menos incisivo que su anterior 'To Pimp A Butterfly'

Kendrick Lamar en el FIB de 2016.
Kendrick Lamar en el FIB de 2016.Batiste Safont
Javier Marmisa

Una de las noticias de la pasada semana fue la decisión de premiar con un Pulitzer al rapero estadounidense Kendrick Lamar, un honor musical que, hasta ahora, había estado reservado exclusivamente a intérpretes del mundo de la música clásica y del jazz. Se lo han otorgado por su último álbum, DAMN., al que la crítica consideró menos reivindicativo que el anterior, To Pimp a Butterfly, cuyo lanzamiento coincidió con la expansión del movimiento Black Lives Matter en Estados Unidos.

No es ajeno a los premios, arrasó en las categorías de rap de los Grammy con cinco estatuillas, pero este reconocimiento ha sido un bombazo mediático como lo fue en su día el de la academia de los Nobel al otorgarle su máximo galardón de Literatura a Bob Dylan, autor que recibió una mención especial de los Pulitzer, aunque no llegó a llevarse el premio. Salvando las siderales distancias entre ambas condecoraciones, sería ingenuo dejar de lado la profunda reflexión que subyace a lo noticioso: el hip hop dejó de ser marginal y ya no se limita a reflejar las vidas de pandilleros rompiendo botellas de champán en clubes de estriptis. Eso y que Kendrick Lamar está hablando por toda una generación.

Lamar es desde hace tiempo uno de esos VIP que tienen poder, para influir y arrastrar, en Estados Unidos. Actuó el Día de la Independencia de 2016 para la familia Obama en la Casa Blanca; Pharrell Williams ya pronosticó de él que sería el Bob Dylan de su generación; y en 2013, Snoop Dogg, Kurupt, Daz, y Warren G le entregaron simbólicamente la antorcha de representante del rap de la Costa Oeste. Hacemos una pequeña disección de su trabajo más reconocido hasta la fecha:

BLOOD

El primer sencillo del disco es además su preludio. Kendrick Lamar narra una turbulenta historia. El rapero cuenta cómo vio a una mujer ciega (a la que se relaciona con la justicia en Estados Unidos), que parecía frustrada, como si no encontrase algo. Tras meditarlo un rato, decide acercarse.

— Hola, señora, ¿puedo ayudarle? Me parece que ha perdido algo. Me gustaría ayudarla a encontrarlo.

—Oh, sí, has perdido algo. Has perdido tu vida.

Y un disparo irrumpe bruscamente en la grabación.

La intro recuerda al videoclip de su sencillo Alright, que también tiene una pequeña mención más adelante en DAMN. Una obra maestra.

"Recuerdo cuando te sentías en conflicto, haciendo mal uso de tu influencia. A veces hacía lo mismo, abusando de mi poder, lleno de resentimiento. Un resentimiento que se convirtió en una profunda depresión. Me encontré a mí mismo gritando en una habitación. Lucifer estaba en todas partes, así que seguí corriendo hasta que encontré mi cielo seguro. Trataba de convencerme a mí mismo de los cortes que tenía, forzándome a descubrir cuáles eran mis principios. Pero mientras mis seres queridos seguían peleando en la lucha continua, de vuelta en la ciudad yo entraba en una nueva. Una guerra basada en apartheid y discriminación". Suena un disparo.

DNA.

Posiblemente la columna vertebral del álbum y un buen resumen de DAMN., un disco que no está tan marcado por la política y sí por una reflexión interior del camino al éxito de Lamar. DNA es además una profunda crítica hacia la herencia cultural y racial que recibió en su infancia y adolescencia, creciendo en Compton, hogar de la legendaria banda N.W.A., formada por Ice Cube, Dr. Dre, DJ Yella, Eazy-E y MC Ren. Don Cheadle le acompaña en uno de los videoclips que ya marcan nuestra época.

"Tengo, tengo, tengo... Lealtad, tengo realeza dentro de mi ADN. Una libra de cocaína, guerra y paz en mi ADN. Tengo poder, veneno, dolor y felicidad en mi ADN. Tengo peleas duras y ríos de ambición en mi ADN".

Otra clave es el extracto que incluye con las críticas que le dedicó el abogado y colaborador de Fox News Geraldo Rivera sobre su tema protesta Alright, y que interpretó sobre un coche destartalado en la ceremonia de los premios BET de 2015. El extracto aparece en el 01:53 de la canción y Rivera dice textualmente: "Por esto digo que el hip hop ha causado más daño a los jóvenes afroamericanos que el el racismo en los últimos años". El rapero reaccionó en su momento con una entrevista en TMZ, donde dejaba claro que Rivera lo había entendido todo al revés y que quería transmitir un mensaje de paz y no de violencia.

ELEMENT.

En el primer verso habla del duro camino que tuvo que recorrer para llegar a lo más alto. Lamar presenció su primer asesinato con cinco años y estuvo relacionado con pandilleros en Compton, una de las zonas más marginales de Los Ángeles, donde nació. Lamar ha reconocido en diversas entrevistas haber participado en hurtos menores en su adolescencia y haber vivido muy de cerca el mundo del trapicheo de drogas. El vídeo de la canción, que podría haber ido a la gran pantalla, deja claro lo importante que es para él proteger a su núcleo de amistades, junto al que evolucionó en uno de las ambientes más hostiles del país.

"Me han dado una paliza delante de mi madre, he mejorado los recursos de mi padre en la cárcel por ceros. Joder, mis abuelas están muertas. Así que nadie va a rezar por mí, estoy en tu cabeza. Ay".

HUMBLE.

Otro de los pilares de este disco y la verdadera oda al ego del artista. Aquí Lamar vuelve a repasar sus orígenes humildes y reparte una vez más a diestro y siniestro, pero la clave de este tema está en el segundo verso. Reivindica la belleza natural y critica la era del Photoshop, dejándonos además uno de esos efectos que, se dice, es uno de los mejores que jamás ha dado un videoclip.

"Estoy tan jodidamente cansado del Photoshop. Enséñame algo natural como el afro de Richard Pryor. Enséñame algo natural como un culo con estrías".

XXX.

Es una colaboración con la legendaria banda U2, aunque cueste reconocer la voz de Bono por momentos, y destaca por la mordaz crítica a la crisis de valores que atraviesa la sociedad estadounidense en este momento. "Básicamente somos sus fans. Solo pensábamos en artistas que nos gustasen y respetásemos para hacer una colaboración y él estaba en lo más alto", dijo del rapero el irlandés. Lamar arrasó en el escenario de la pasada gala de los Grammy con esta canción.

"La gran bandera americana está envuelta en el pánico hacia los explosivos. Desorden compulsivo, hijos e hijas. Muros con barricadas y fronteras. ¡Mira lo que nos has enseñado! Asesinatos en mi calle, la tuya, los callejones. Wall Street, oficinas de corporaciones. Bancos, empleados, y jefes con pensamientos homicidas. Donald Trump en el Gobierno, perdimos a Barack y nos prometimos no volver a ponerlo en duda".

Con este Pulitzer, con Jay Z entrevistado por Dean Baquet en el New York Times y Kanye West dejando caer que se podría presentar a las elecciones de 2024 —y que no lo hará antes por no competir por Trump (no votó en las últimas elecciones, pero dijo que hubiese votado por él)—, queda claro que el rap dejó de ser música marginal hace varias generaciones. Ahora, sus protagonistas son cada vez más influyentes y tienen mucho que decir en el devenir de la sociedad de Estados Unidos.

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Sobre la firma

Javier Marmisa
Redactor de vídeo especializado en Cultura. Empezó su trayectoria en EL PAÍS en 2015. Ha trabajado en el diario AS, Europa Press y en medios digitales. Es graduado en Periodismo y Comunicación Audiovisual por la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid y Máster en Cultura Contemporánea por el Instituto Universitario de Investigación Ortega y Gasset.

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