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<strong>De qué tesoro hablamos.</strong> En 1701 comenzó la construcción de una estancia recubierta de placas de ámbar, oro, piedras preciosas y espejos en el palacio berlinés de Charlottenburg, residencia del rey de Prusia Federico I. Aquella maravilla impresionó al zar Pedro El Grande, así que el nuevo rey prusiano, Federico Guillermo I, decidió regalársela. Las piezas fueron trasladadas por mar hasta Rusia en una veintena de cajas, y unos años después reinstaladas en una cámara del palacio rococó de Tsárkoye Seló (o Villa de los Zares), residencia imperial veraniega cercana a San Petersburgo. Se adquirieron nuevos fragmentos de ámbar –entonces carísimo– para adaptarla al nuevo emplazamiento, algo más grande que el original. El resultado era de un esplendor sin igual, además de la pesadilla de un decorador minimalista. </p> <strong> Cómo desapareció y por qué nadie lo ha encontrado.</strong> Durante la Operación Barbarroja (nombre que Hitler dio a la invasión rusa durante la II Guerra Mundial) se procedió al saqueo de diversas obras de arte. Los oficiales rusos trataron de desmontar la Cámara de Ámbar para salvarla de la rapiña, pero se encontraron con que el frágil material se descascarillaba. Entonces procedieron a empapelar la estancia a toda prisa para esconder el tesoro y salieron del palacio cruzando los dedos. El burdo engaño fue descubierto por los nazis, que sí lograron desmontar las placas de ámbar y las instalaron en el castillo de Königsberg (en aquella época en el reino alemán de Prusia, hoy Kaliningrado, en Rusia). Los bombardeos aliados destruyeron la ciudad en 1944, y la magnífica estancia se perdió. Existen teorías según las cuales antes de eso los nazis lograron rescatarla de nuevo y está por tanto a buen recaudo en algún búnker, aunque otros creen que se perdió en un naufragio. Hace un par de años, investigadores alemanes aseguraron conocer su paradero en una cueva en las montañas de Ore (en la Alemania oriental) y trataron de recaudar fondos para emprender excavaciones, sin éxito. La cámara fue reconstruida en Tsárskoye Seló –la obra tardó 25 años en finalizarse– e inaugurada con motivo del tercer centenario de la ciudad de San Petersburgo. </p> <strong> Cuál es su valor.</strong> Su valor, de estar completa, se ha estimado en unos 250 millones de euros. </p> En la imagen, reconstrucción de la Cámara de Ámbar de 2000, en San Petersburgo.
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Por qué estos 14 tesoros están desaparecidos y cuál es su valor (II)

Algunas de estas magníficas obras permanecen ocultas. Encontrarlas es el titánico desafío humano

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