Alegría y vergüenza
Me causa mucha emoción que una deportista española gane una medalla en cualquier competición. Por fin, después de 10 años, se reconoce el claro trabajo de una deportista llamada Lydia Valentin, que en los Juegos Olímpicos de Pekín de 2008 se proclamó quinta en halterofilia pero debido a la descalificación por dopaje de las tres que le precedían, el pasado día 16 le han entregado la medalla de subcampeona. Qué vergüenza que haya durado tanto la revisión por parte del COI, la Federación Internacional y el Tribunal de Arbitraje Deportivo. Espero que la medalla de oro que consiguió en Londres en 2012 esté en sus manos antes de que pasen otros 10 años.— Paloma Montero Búa. Madrid.
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