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Usher, el Casanova del R&B y los escándalos sexuales

Fue protegido de Puff Daddy, y él lo hizo con Justin Bieber. De icono adolescente a “ahijado del soul”, el cantante había esquivado hasta ahora los líos legales

Usher en Atlanta.
Usher en Atlanta. Prince Williams (FilmMagic)

“Para ellos, Usher es una celebridad venerada en la que creyeron que podían confiar”. Así lo explica la demanda interpuesta por tres personas contra el cantante y actor. Dos mujeres y un hombre, le acusan de agresión sexual, fraude y negligencia por haber mantenido relaciones sexuales con ellos sin protección ocultándoles que tenía herpes genital. De los tres, solo uno ha dado positivo en la enfermedad, pero el simple hecho de ocultarlo ya es delito según las leyes californianas.

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La demanda ha llegado, además, dos semanas después de que se supiera que en 2012 Usher zanjó otra denuncia después de pagar casi un millón de euros a una estilista a la que también había contagiado de la misma dolencia. Precisamente, en esa demanda que se filtró fue donde se descubrió que el médico de Usher confirmaba que el cantante que era portador del virus. Y ahora le piden ratificar este dato porque de ser cierto los denunciantes podrían aumentar.

Se llegue o no a ese punto, para Usher este es ya el mayor escándalo de una larga carrera en la que ha ido capeando casi todos los temporales. Aunque sus enredos sexuales ya los difundió en sus primeras canciones y especialmente en las más maduras y autobiográficas, siempre le han perseguido. Por algo le han apodado "el Casanova del R&B", pero hasta ahora había logrado evitar grandes líos mediáticos y legales. Un dato relevante teniendo en cuenta que con solo 14 años el productor que lo descubrió, y también tuvo que ver en el éxito de Kanye West o Rihanna, L.A. Reid lo mandó a Nueva York, a casa de Puff Daddy, a que pasara la pubertad y se convirtiera en un hombre en los términos que la industria musical americana exigía. "Puff me introdujo en algo completamente diferente. específicamente en el sexo”, confesó en 2004 en la primera entrevista en la que habló de aquel periodo. "Los días más duros de mi vida", dijo.

Usher y Justin Bieber, en 2009.
Usher y Justin Bieber, en 2009.Philip Ramey (Getty Images)

De aquel cursillo intensivo, salió su primer disco, en 1994, por supuesto, cargado de referencias sexuales que crearon cierta controversia puesto que las cantaba un chaval de 16 años. Que su madre volviera a coger entonces las riendas de su carrera —había sido ella quien lo lanzó con solo 10 años—, quizá le salvó de seguir por los caminos salvajes que aprendió con Puff Daddy y en 1997 publicó My Way, el álbum que proyectó el camino que le llevó a convertirse en la estrella que es hoy. Su fortuna se estima en 156 millones de euros, acumula una extensa lista de premios, records de ventas, números unos y colaboraciones en películas y series, como Moesha, The Faculty y, la última, Manos de piedra, junto a Robert De Niro y Edgar Ramírez.

"Es el cantante masculino de pop más importante del mundo, a veces, parece que es el único en un mercado aún dominado por divas. […]Solo comparable a la altura de Justin Bieber, su protegido", escribía la publicación Slate en 2012, cuando alcanzó otro de los picos de su carrera con el disco Looking 4 Myself con el que quiso reinventarse musical y personalmente. Este álbúm siguió a Confessions y Raymond v. Raymond, dos obras en las que había descubierto su vida a través de las canciones. En Confessions, supuestamente hablaba de haber sido infiel a su pareja, la también cantante Chilli. Y en Raymond v. Raymond relataba el divorcio de su primera mujer, Tameka Foster, que le acusó de adulterio y con quien mantuvo una lucha por la custodia de sus dos hijos que acabó ganando Usher.

Hasta las actuales demandas, ese fue el último conflicto personal que atrajo la atención mediática. Su segundo matrimonio con su amiga y reperesentante, Grace Miguel, en 2015 lo celebró en secreto. Y aunque siempre ha explotado la imagen de seductor y sex symbol, tanto sobre el escenario como en sus videoclips, usaba su cara pública para compromisos políticos como apoyar a Barack Obama y Hillary Clinton,, o fomentar la fundación Usher's New Look destinada a ayudar a jóvenes desatendidos.

Hasta ahora. Usher había conseguido en esta última década que los titulares referidos a él se centraran en sus logros profesionales —sus discos y aventuras empresariales como la plataforma musical Tidal— y la carrera de sus protegidos entre los que se encuentra Justin Bieber, descubierto por su actual socio Scooter Braun y arropado por él mismo en sus comienzos para cantar con él y enseñarle el negocio. La pregunta que flota en el aire es si lo hizo tal y cómo se lo enseñó a él Puff Daddy. La deriva sexualizada y seductora que tomó Bieber en las letras de sus canciones y sobre el escenario, hace pensar que sí.

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