La momia de un cocodrilo de 2.500 años alberga 47 crías en su interior
Un escáner tridimensional avanzado demuestra que los bebés fueron momificados de forma individual
El escáner en 3D de la momia de un cocodrilo egipcio de más de 2.500 años ha revelado la existencia de al menos 47 crías momificadas dentro del cuerpo del animal. El cocodrilo principal, de tres metros de largo, se encuentra en el Museo Nacional de Antigüedades de Leiden, en Holanda, desde 1928 cuando fue descubierto por egiptólogos en el desierto de Al Faym, al sur de El Cairo, una región conocida por su culto al cocodrilo. La momia formaba parte de la exposición egipcia del museo y ya había sido sometida a múltiples pruebas anteriores. Ahora, un escáner tridimensional avanzado de la empresa Interspectral ha mostrado que, además, las crías fueron momificadas de forma individual antes de ser introducidas en el cocodrilo más grande, también momificado.
El cocodrilo grande fue momificado con trozos de madera, lino, tallos de plantas y cuerda, según explica la investigadora del Museo de Leiden, Lara Weiss. Una exploración con rayos X en los años 90 y demostró que dentro del cocodrilo principal se encontraban dos ejemplares más pequeños. En ese momento se pensó que se trataba de dos hijos del cocodrilo madre. “En las pruebas que se han hecho con anterioridad, no se podía distinguir bien la presencia del medio centenar de bebés, parecían simplemente dos grandes bultos”, explica la experta.
“Este descubrimiento que implica a cocodrilos bebés y mayores confirma la creencia de los antiguos egipcios en la resurrección, en la vida después de la muerte”, explica Weiss. Sin embargo, la experta no se explica por qué hay decenas de crías dentro del animal y duda de que todas sean hijas de la mayor. “Una posibilidad es que no hubiese cocodrilos grandes suficientes en el momento en el que se estaba realizando la ofrenda al dios cocodrilo Sobek, la encarnación del reptil que navegaba por las aguas del río Nilo y que era adorado, respetado y temido por los antiguos egipcios”, explica la experta, que recuerda que un cocodrilo puede poner entre cincuenta y sesenta huevos.
El objetivo de la nueva exploración del cocodrilo era realizar fotografías para poner a disposición del público una autopsia virtual interactiva y, según la investigadora, nadie sospechaba lo más mínimo sobre la existencia de las crías. Los resultados de las pruebas ya están disponibles para los visitantes del museo mediante una gran pantalla táctil con la que se puede indagar en las características físicas de los cocodrilos y en las fases del proceso de momificación.
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