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Tentaciones
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Los 'memes' más espeluznantes de la tarta presidencial de Donald Trump

El peculiar pastel creado a imagen y semejanza del ya presidente de Estados Unidos ha hecho que las redes sociales se revolucionen

Medio mundo ha amanecido intentando asimilar la elección del 45 presidente de los Estados Unidos, el magnate Donald Trump. Pero si hay algo que ha quitado protagonismo de verdad a la elección del anaranjado millonario, esa ha sido la tarta que han preparado para festejar su victoria en las urnas, un horror que ha hecho que las redes sociales se vuelquen en semejante obra de arte del esperpento culinario.

¿Realismo? ¿Estamos seguros?

Todo comenzó cuando el reportero de la ABC Jason Volack hace la foto de la horripilante tarta de Trump, justo antes de entrar en la Torre Trump, y la cuelga en Twitter. En apenas unas horas. La imagen ya está siendo retuiteada por más de 3.000 personas, convirtiéndose en la estrella de la noche de elecciones. La tarta, un busto gigante de fondant con la cara de Trump ha producido tanto desagrado en las redes sociales, que muchos tuiteros quisieron vaticinar la derrota de Trump en las elecciones. Pero estaban equivocados. La tarta presenta un Donald triste, apesadumbrado y envejecido. Eso sí, con un pelazo sanísimo, digno de estar sacado de un anuncio de champú, de esos que tienen acondicionador, mascarilla, ceras, protector solar, nutrientes y hasta sesiones de reflexología con tan sólo un lavado.

Claro que lo mismo sucede con la tarta de Hillary Clinton. La candidata a la presidencia pudo haber disfrutado de las mieles de la victoria con una tarta que tampoco la habría dejado muy bien parada. La dulce efigie de Clinton presentaba unas ojeras tan marcadas que, para arreglarla, habría sido más acertado contar con los doctores Dubrow y Nassif que con un repostero. La obsesión que tiene su creador por representar en sus tartas la imagen de dos políticos nonagenarios, pero bien vestidos y mejor peinados, ha logrado su objetivo: que todo el mundo hable de ello.

Luego están los reposteros de Phoenix, con una versión de los candidatos a la presidencia bastante más cercana a un muñeco diabólico que a otra cosa. En un momento dado parece que la tarta va a girar la cabeza y te va a hablar. Muy aterrador, quizás demasiado. Dentro video:

Un universo de Memes

Aunque hay quienes quieren demonizar las libertades e inventarse delitos, tuiteros e instagramers no han tardado ni dos segundos en salpicar sus timelines y perfiles de divertidísimos memes con la tarta de Trump, otra línea más para los libros de Historia. Entre los más divertidos encontramos los siguientes:

1-Nadie puede olvidar a Sharbat Gula, la niña afgana que fue fotografiada por Steve McCurry en 1984 y que ha saltado a los medios este año de nuevo, ya que fue fotografiada 22 años después. No podía faltar la faz de Donald Trump, con esos ojos azulísimos (y no verdes), mirando a la nada.

2-Otra imagen mítica, en este caso de 1979, cuando en Alien, el octavo pasajero, la criatura, en su segunda fase, se metamorfosea y nace del vientre de su anfitrión. Es posible que el creador de esta maravilla de meme sintiera lo mismo cuando vio la tarta de Trump en Twitter.

3-Otro que ya empieza a ser un clásico entre los memes es el Ecce Homo de Borja. Desde que en 2012 Cecilia Giménez lograra aquel fenómeno mediático con su versión restaurada de la imagen, todo han sido katrinas humorísticas. La última de ellas, con la tarta de Trump. No es que se parezcan demasiado, pero ha circulado por las redes a tope.

4-Posiblemente a muchos se les haya cortado la leche del café esta mañana con este meme. Ghost, más allá del amor (1990) fue un dramón imprescindible en las estanterías de todas las casas, una película que ha forjado amores eternos y fortunas en pañuelos de papel. En la actualidad, la afición de Molly Jensen por la alfarería podría llevarla a crear imágenes como la de la tarta de Trump. O, al menos, eso es lo que reza este meme. ¿Qué opinará Demi Moore?

5-En esa escena de Indiana Jones en busca del arca perdida (1981), el doctor Jones intenta hacerse con el ídolo de oro, sustituyendo la reliquia por una bolsa de arena. La jugada no le salió bien, ya que al final tiene que quemar suelo, perseguido por una bola de piedra gigante que promete en convertirle en un sello postal. ¿Habría sucedido lo mismo con la tarta de Donald Trump?

La tarta: recurso incansable para el ridículo

Donald Trump no es la única vez que sorprende al mundo con sus tartas absurdas. Aún escuece en las retinas el fantasmagórico pastel que eligió para el día de su boda con la modelo Melania Knauss, que ya es Primera Dama. La rimbombante creación era una tarta sabor Grand Marnier (coñacs, destilados con esencias de naranja) de un metro y medio de altura que se asemejaba peligrosamente a los visillos dorados que tenían las cortinas de las familias ricas horteras de los años 80 en sus salones. Con nada más y nada menos que 90 kilos de peso y siete pisos construidos, la ornamentación se basó en casi 3.000 rosas blancas esculpidas en azúcar. Si tuvieran que dar un premio Oscar al peor gusto, ¿adivinan quién tiene todas las papeletas?

Y es que hacer una tarta esculpiendo la cara de un ser humano nunca tiene un buen fin. De hecho, el ya expresidente Barack Obama, cuenta en su palmarés con toda una colección que le han dedicado a su busto y persona, muchas de ellas aterradoras. Sin duda nos quedamos con esta, en la que cualquier parecido con Obama es pura coincidencia. Claro que, ahora que "Orange is the New Black", igual con una calabaza de Halloween nos basta y nos sobra.

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