Silvia Jato: “La televisión es una droga”
Lleva 25 años delante de la cámara. Economista de carrera, fue ‘miss’ y ahora la sustituta de Mariló Montero en las mañanas de TVE. Además es la pareja del expresidente de la Comunidad Valencia Alberto Fabra
"Mándame los temas más pronto, que con los niños no tengo tiempo para estudiarlos”. Silvia Jato (Vigo, 1971) está aclimatándose a su vida como presentadora veraniega de La mañana de la 1, de TVE. Su famosa sonrisa se mantiene, incluso aunque su fichaje ya genere polémicas. Se torna pasional al hablar de sus hijos, pero también cuando defiende su relación con el expresidente valenciano Alberto Fabra frente a “mentiras”, que, asegura, “tras 25 años de profesión” no ayudan. “¡Anda que no discuto de política en casa!”, bromea.
Pregunta. ¿Tiene miedo a que las redes la miren con lupa como hacían con Mariló Montero?
Respuesta. Hay que darles la importancia que tienen. No convertirlas en el vademécum de tu profesión. Me gusta que la gente dé la cara. Si lo dice alguien en persona me lo tomo en serio, pero los perfiles anónimos son cobardes.
P. Han publicado que su sueldo dobla el de Mariló. ¿Cómo lidiará con polémicas así?
R. ¿He entrado? A lo que no tiene fundamento, y es falso, es absurdo y ridículo responder.
P. ¿Está de encargo veraniego o será fija en septiembre?
R. No pienso en caducidad. Me casé un sábado, el viernes caía Extra Rosa de Antena 3 y el domingo grabé Impacto TV. Lo mejor es vivir, como decía Rambo, día a día. Es mi frase de cabecera. Solo quiero que la gente se entretenga con mi trabajo.
P. ¿Opinará de política?
R. La opinión deben darla especialistas. Yo quiero ser reflejo del espectador. Me gusta buscarle tres pies al gato. Me levanto a las cinco y me empapo con los periódicos. No me gusta ir vendida. Eso no quiere decir que, como soy impetuosa, salte, pero no soy quien debe opinar.
P. ¿Cómo lleva aparecer en las revistas de corazón?
R. Defendí mi vida privada hasta el límite de llevar a los tribunales a una revista para reclamar la privacidad de mis hijos. Ellos están fuera. El Supremo me dio la razón y se hizo justicia. [Lecturas, a quien ganó la demanda, es la misma que publica su nuevo sueldo] No soy de las que los sacan en las redes. De hecho, la fiscalía debería poner límites. Debería estar penado exponerlos.
P. ¿No teme que el público le ponga etiquetas por su relación con Fabra?
R. Que me prejuzguen por mi vida y crean que me ayuda en lo profesional es una falacia. Siempre lo digo, Dalí era un gran pintor y Gala no pintaba. Hay muchas parejas que no saben lo que hace el otro. ¡Como que no critiqué a la Xunta en Galicia! Estoy abierta a la peor crítica profesional si dicen que no entretengo, pero no respondo a mentiras. Mi vida es independiente de mi carrera y es sagrada.
P. ¿Cómo lleva reubicarse?
R. Venía diariamente de Galicia para ver a mis hijos. Lo más importante era entrar por la puerta y que durante hora y pico pudieran contarme su día. Mejor despertarse pronto que ese tejemaneje.
P. ¿Qué ha hecho estos años?
R. A nivel nacional es lógico que no conozcan este registro, pero presenté Boas tarde en Galicia, que, con la mañana en 2007, me abrió esta puerta. Silvia Jato trabaja desde hace 25 años, si no, no funciona. Comencé de redactora y reportera y he pasado mi vida en la tele.
P. También estudió Economía, ¿cómo fue el salto?
R. Me tiro a la piscina sin agua. Mi hobby se hizo profesión. Económicas me da una perspectiva de la historia y la sociedad y me sirve para entender, por ejemplo, lo que pasa en la Unión Europea. Intento no quedarme atrás.
P. ¿No se planteó dedicarse a ello?
R. No. Un profesor me ofreció opositar a inspectora de Hacienda, pero era una dicotomía. Era raro hacerlo mientras aparecía como miss. Tenía que vivir de mí y tiré a la tele. Resultó ser una droga.
P. ¿Se encasilló en concursos? ¿No tiene morriña?
R. Pasapalabra trajo mi reconocimiento. Me encanta Christian Gálvez. Cumplí una de las experiencias más bonitas de mi vida y dejé el Titanic arriba.
P. ¿Cómo lleva ser sustituta?
R. Sustituí a Jesús Vázquez en Allá tú y fue de las experiencias más duras. Tenía su esencia. Esta es una nueva etapa. Lo haremos nuestro.
P. ¿Qué quiere del verano?
R. Entretener a la gente en hospitales, abuelitos que cuidan a nietos... Que sea agradable sin playa.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.