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En el Pleistoceno, tacos de mamut

Una obra de drenaje saca a la luz un mamut probablemente devorado por hombres primitivos

Trabajos de recuperación del mamut.Vídeo: ALBA MORA ROCA / INAH
Pablo de Llano Neira

Hace más de 13.000 años, un mamut murió en Tultepec. Probablemente se acercó al lago que había entonces en este municipio al norte de la Ciudad de México y cuando se agachaba a beber, o a comer unas hierbas, notó que sus patas se hundían en el fango con sus tres o cuatro toneladas de peso, hasta que supo que nunca podría salir de allí. Como su osamenta ha aparecido destazada, hecha piezas, y su cráneo a un lado, todo indica a que antes o después de morir cayó en manos de los pobladores de aquel tiempo y estos se dieron un banquete.

“Chingón, hoy tacos de mamut”, debieron de relamerse aquellos cazadores mexicanos del Pleistoceno Superior al encontrarse la suculenta presa.

“Hay huesos que faltan. Otros sí guardan su relación anatómica. Esa variedad de posiciones nos hace interpretar que hubo intervención humana”, explica Luis Córdoba, arqueólogo del Instituto Nacional de Antropología e Historia. El mamut apareció en diciembre en una obra de drenaje. “En ese momento se decidió tapar los restos, porque se venían las fiestas de Navidad y de fin de Año”, aclara el director de la excavación, una fosa vallada y rodeada de vecinos asombrados, sobre todo de niños que miran los huesos con ojos pasmados y a veces pronuncian esa palabra nueva y maravillosa: "Mamut", "mamut".

Como la osamenta está hecha pedazos, todo indica que el mamut cayó en manos de cazadores

–¿Qué es un mamut? –le preguntó antes de llegar a su madre la niña Fernanda Lechuga, de 12 años.

–Son como los elefantes de Ice Age…

–¡Uy! –saltó ella–, ¡voy a ver a Manny y a Ellie!

Antes de poder ver uno en persona, Fernanda había visto a los mamuts varias veces en el DVD de su casa, pero no sabía que se llamaban así. Creía que se llamaban Manny y Ellie y que habían nacido en los estudios 20th Century Fox.

Costillas, cúbitos, radios, falanges, fémures, vértebras del mamut se ven desordenadas desde arriba de la fosa. El cráneo quedó hacia abajo, con sus colmillos dados la vuelta y la base de los molares a la vista. La base de los molares de un mamut. Eso es una cosa muy especial. Tiene una forma corrugada que recuerda a la primera pisada de Neil Armstrong en la Luna.

En el rescate de los huesos colaboran empleados municipales. Gente que normalmente se dedica a cubrir baches y que durante unas semanas está haciendo arqueología. “Está de pelos trabajar aquí, lo estamos disfrutando rebién”, exclama José Antonio Corona dentro del agujero, con una paleta de albañil que mueve con delicadeza de anticuario.

El enorme mamut apareció en una pista perdida y sin pavimentar

Pero, atención: no es la primera vez que aparece un mamut en Tultepec. “Desde hace años se encontraron restos en obras. El primer reporte de periódico es de 1963, pero por falta de información en aquellos años no se daba aviso a la autoridad”, comenta Córdoba, un arqueólogo serio y de barba que nunca ha tenido teléfono móvil. “Es una distracción”, dice, consecuente con su vínculo profesional con la antigüedad.

El animal se encontraba a dos metros y medio bajo tierra, en la calle La Saucera –una pista perdida y sin pavimentar que ahora es conocida en todo el municipio, rebautizada con un nuevo nombre magnífico: “Donde el mamut”–. Por sus grandes colmillos de un metro y treinta de largo se cree que era macho. Murió con menos de 25 años. Midió unos tres metros de altura.

Hasta hoy lo más famoso de Tutepec eran sus talleres de pirotecnia. Ahora el Ayuntamiento quiere incorporar a su patrimonio la osamenta del mamut y planea solicitar al Instituto Nacional de Antropología e Historia su custodia para exhibirla en su Casa de la Cultura. Si les permiten guardarla, su puesta de largo podría ser memorable. El esqueleto del Pleistoceno alumbrado en la noche por el resplandor de fuegos de artificio. "Mamut", "mamut", susurrando los niños.

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