El desnudo sin filtros de Vetusta Morla
Mientras La Deriva cruzaba Europa y el Atlántico, nacía el libro Memoria instantánea , un inventario de sensaciones entre escenario y escenario
Álvaro B. Baglietto coge el teléfono sin que llegue a terminar el primer tono. Durante los días de promoción no queda más remedio que estar pendiente: del móvil, del mail, del whatsapp, de todos. Más aún cuando lo que promocionan es un desnudo (casi) integral, metafórico, claro.
El bajista de Vetusta Morla cuenta qué es, qué no es y por qué es Memoria instantánea (Ediciones Temas de Hoy, Planeta, 2016), el libro que ha nacido y crecido con la gira de La Deriva. De forma objetiva es un volumen estructurado en tres partes (Cuarteles de invierno I, II y III), con un peso de 854 gramos, 18,3 centímetros de ancho, 22,3 centímetros de alto y 271 páginas, que agrupan imágenes, textos, canciones y recuerdos, encuadernadas en tapa dura.
De cualquier otra forma es eso cosido por todas las implicaciones emocionales que lo sujetan y con el olor inconfundible de los libros del colegio y los cuadernillos de verano. “Es la otra cara, la que no se ve pero que forma parte de lo mismo”, apunta Baglietto.
Pucho
Sin pudor, sin filtros, sin restricciones ni normas, así es como Pucho hizo cada una de las fotos que vertebran este cajón de sastre, excepto tres que son de Guille Galván y dos de Juanma Latorre; y también fue así como David el Indio, Baglietto, Galván, Latorre y Jorge González escribieron los textos. El bajista asegura que se han “desnudado mucho, bastante".
Pucho
“Cuando escribes tú solo, sin ningún filtro, ningún compañero… de lo que sientes al puño y a la letra… Es lo más cercano a la intimidad”. En la música tienen el acuerdo común, las disquisiciones colectivas, las decisiones técnicas, la protección del propio grupo. “Aquí no hay más”, sentencia Baglietto.
Tampoco hubo más en si había o no que hacerlo. De manera instintiva, como siempre lo han dejado salir todo, el libro surgió.
“Desde el día 1, desde Un día en el mundo (Pequeño Salto Mortal, 2008), hemos colgado fotos en las redes sociales, escribimos en nuestro blog, hacíamos un diario de ruta y de grabación, hemos hecho diarios de gira en revistas como la Rolling Stone. Es algo que ya hacíamos”. Lo único que cambia es que ahora está unido y publicado.
Y una pregunta común y habitual como es “¿por qué ahora?” abre la caja de Pandora de los debates filosóficos de Baglietto.
Pucho
El motivo de la fascinación del bajista por ese por qué ha sido también fuente de discusiones seculares: de dónde surge la necesidad humana de exhibir lo creado, lo vivido. “Me lo he preguntado muchas veces y últimamente le doy muchas vueltas a esta idea”, comienza.
“En el fondo, la razón de ser de todos los artistas es acabar compartiendo lo que hacen. Es la gasolina que mueve el arte. No sé si es necesidad de compartir el talento, o de exhibirte, no lo sé… ¿Qué hace que Bob Dylan lleve girando desde los 16 años? Porque te lo podrías quedar para ti…”.
Pucho
Asegura Baglietto que conoce a muy pocos artistas que nunca hayan editado nada. “Mi padre, por ejemplo. Pero me parece curioso que siempre se analiza a los artistas desde el punto de vista del talento, pero nunca se mira desde este punto de vista”.
Él, que viajaba solo muchas veces, supo en un momento determinado que ya no lo quería más: “Quería viajar con gente, quería compartir los atardeceres, la comida, un paseo por un museo, no quería estar solo. Somos seres sociales y sociables, necesitamos hablar y comunicarnos. Y creo que eso es algo bonito”.
Baglietto acaba cerrando el tema ("aunque yo creo que deberíamos hablar más de esto", se ríe) con una idea que, asegura, seguirá trabajando en su cabeza: "Podríamos incluso decir que necesitamos a los demás para ser más, para existir más. Puede que parezca que eso te posiciona en un nivel inferior, pero insisto, me parece súper bonito. Yo te necesito a ti para estar más, para ser más".
Así, Memoria instantánea enlaza con esa “necesidad” de compartir la cara B del Tour La Deriva, 22 meses, de febrero de 2014 a diciembre de 2015, y nueve países, España, Francia, Alemania, Portugal, Reino Unido, México, Colombia, Argentina y Chile. Una gira durante la que se publicó 15151 (Pequeño Salto Mortal, 2015) -con las dos horas del mítico concierto del 23 de mayo de 2015 en el Barclaycard Center de Madrid-, y las canciones Puntos suspensivos y Profetas de la mañana.
Pucho
El 3 de diciembre de 2015 fue el punto final de aquella gira, 12 días más tarde terminaron el libro. Para el bajista, lo mejor es que el tour y Memoria instantánea fueron creciendo a la vez. “Tenía más encanto porque era real, porque íbamos escribiendo durante todos aquellos días”. En la latitud y longitud exacta que marcan al pie de página, en un globo terráqueo en el que Europa no es el centro.
Todas aquellas emociones, sensaciones o ideas encajan ahora en las distintas “entradillas” (las partes en las que se divide cada “capítulo”): Instrucciones de seguridad, Tránsitos, Geografías, Salas de espera, Panoramas, Ausencias, Encuentros y Declaración de aduanas. Las ocho comienzan, sobre azul, con un collage de pulseras de festivales, entradas, tickets, polaroids veladas, billetes de avión, mapas, monedas, posavasos…
“Pucho, que lo guarda todo, le encanta exprimir, recordar, seguir palpando. No es solo una mierda de billete de metro roto, es el recuerdo de que estuviste ahí, de que había un inicio en una parada de metro y una llegada. Es muy fetichista con eso. Él fue quien montó todo esto. Hizo la composición con un fondo en su casa e indicó cómo quería que fuese el diseño”.
Pucho
Ha resultado ser algo limpio, sin recovecos, algo que apetece comerse de una tacada y, por primera vez, con alguien ajeno a la familia que es Pequeño Salto Mortal, su propio sello, en el que cada miembro del grupo también tiene su propia función. Para Vetusta esta primera experiencia ha supuesto un pequeño “respiro”. “Nos han hecho la vida muy fácil, entendieron a la perfección qué queríamos. Pensábamos que nunca nadie haría las cosas como nosotros, pero ha resultado que sí, que hay gente que se involucra en el proyecto tanto como uno mismo”, explica Baglietto refiriéndose al equipo de la Editorial Planeta.
¿Una experiencia para repetir? “Una experiencia para repetir”, espeta el bajista entre carcajadas. Se despide con una última advertencia: “Este es un libro para escuchar”. Se refiere a la lista de Spotify (el enlace, más abajo) que han creado con las canciones que acompañan cada uno de los textos. “Y nada más, leerlo con cariño. Son seis amigos escribiendo”.
En Memoria instantánea es Bruce Springsteen (o un “atribuido a”) quien lo hace: ¿Que en qué consiste mi trabajo? Mi trabajo consiste en ir de ciudad en ciudad, decirle a la gente que no afloje y volverme por el mismo sitio por el que he venido.
Aquí, el enlace a la lista de Spotify, la banda sonora de Memoria instantánea
Pucho