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MIRADOR
Columna
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La manta

La negociación de Pedro Sánchez con Rivera e Iglesias se parece a una manta demasiado pequeña que cuanto tapa a uno destapa al otro

Julio Llamazares

Los esfuerzos de Pedro Sánchez, el líder del PSOE, por alcanzar un acuerdo con otros partidos que le permita formar un Gobierno me recuerdan a esas mantas que, por su escaso tamaño, no llegan a cumplir su cometido del todo, pues, si te tapas los pies, te quedan los brazos fuera y, si las estiras para que te cubran éstos, te quedas con los pies al aire. Pedro Sánchez lleva luchando con la suya desde que accedió a la secretaría general de su partido, intentando dar gusto a los dos brazos de éste, que tiran cada uno hacia su lado de la manta tratando de monopolizarla.

Esta semana, la cosa se ha complicado todavía más, pues con la misma manta Sánchez debe tapar además a los líderes de otros dos partidos, el de Ciudadanos y el de Podemos, con los que quiere hacer un menàge à trois tan entretenido como impensable hace poco.

De momento, los dos invitados a compartir la cama del socialista se resisten a sucumbir a sus pretensiones, pero, como la tentación del poder es fuerte, han terminado por transigir a su propuesta inicial, que consiste en tumbarse a su lado pero sin que por el momento al menos haya trato carnal entre ellos.

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El problema es que la manta no alcanza para los tres y tanto Pablo Iglesias, el líder de Podemos, como Rivera, el de Ciudadanos, uno desde la izquierda y otro desde la derecha, tiran con fuerza de ella para no quedarse destapados mientras Pedro Sánchez, entre los dos, trata de que no discutan. Así que tan pronto empuja un poco la manta a la izquierda como lo hace a la derecha, dependiendo de quién protesta más.

Por el momento, el que más tapado está es el líder de Ciudadanos, que fue el primero en acostarse con Sánchez, pero el de Podemos reclama también su parte de manta argumentando su mayor tamaño político. La disputa es tan denodada que, como sigan así, van a romper la manta entre los tres, pues lo que es evidente es que Pedro Sánchez no puede hacer lo que san Martín, aquel santo que dividió su capa en dos partes para poderse cubrir él y un mendigo al que encontró en su camino muerto de frío.

¿Cómo terminará la historia? A día de hoy es difícil saberlo. Dados los antecedentes de los tres políticos, puede que acabe con la manta rota (y con Rajoy, el líder conservador, ofreciendo la suya al de Ciudadanos) o puede que éste, Iglesias y Sánchez se líen la manta a la cabeza y formen por fin un Gobierno. Sea lo que sea, que lo hagan pronto y nos dejen dormir a los demás.

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