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Tentaciones
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lo que hay que ver

1, 2, 3, Daryl Hannah

Es más fácil verla entre rejas por participar en una manifestación ecologista que sobre una alfombra roja. Daryl Hannah, la sirena más famosa del cine, vive al margen del mundo en una granja. Gracias a Sense8, el último delirio de los Wachowski, está de vuelta.

La presentación de Netflix puede que no sea el momento más adecuado para declarar que hace más de 20 años que no tienes tele. Pero es que Daryl Hannah (54), una de las protagonistas de Sense8 –la teleserie de los hermanos Wachowski con la que la plataforma exhibió músculo el día de su desembarco en España–, no tiene muchas posesiones terrenales. Sí tiene, en cambio, un arca de Noé de animales rescatados en su rancho de Colorado, paneles solares, inodoros de compost, un huerto ecológico que despacha en mercadillos locales, una ranchera que funciona con biocombustible y un tipi en el jardín que usa cuando quiere dormir al ras.

La actriz y hada madrina de la biosfera tiene todo eso y para los estándares de Hollywood, también cierta imagen de lunática. “Esa fama siempre ha estado ahí. Incluso de la manera más literal. Cuando tenía 6 años, las profesoras del colegio católico al que iba llamaron a mi madre para decirle ‘A esta niña le pasa algo. Está como ida’. Así que me hicieron un montón de tests de Rorschach, que entonces estaban muy de moda. ‘¿Qué ves aquí?’, me preguntaban. Y yo contestaba ‘un hombre pescando’ o ‘un oso saliendo de su cueva’. Pues bien, se supone que aquellas no eran las respuestas correctas y le aconsejaron a mi madre que me internara. Afortunadamente no lo hizo. Yo creo que simplemente era poco comunicativa y vivía en las nubes.

Luego siendo adolescente, me diagnosticaron síndrome de Asperger en grado leve. Ahora sigo siendo rarita, pero me lo guardo para mí”, ríe al comienzo de la entrevista. Justo antes de entrar en la suite que la plataforma online ha acondicionado para que reciba a los medios, se ha cruzado con su compañero de reparto en Sense8, Miguel Ángel Silvestre, que se ha estrenado en EE UU con un papel de actor latino con un gran secreto que guardar (mejor no revelar más). “¡Miguel! Nos vemos luego, ¿no?”, le ha achuchado, agachándose para salvar la cabeza de diferencia que les separa. En la rueda de prensa previa, el actor ha dicho de ella que “es una hippie y una intelectual”. Su respuesta al respecto es: “Lo de hippie supongo que lo dice porque vivo en el campo y lo de intelectual, bueno, me gusta leer, aprender, pensar, pero creo que estos son solo dos elementos de mi personalidad, tengo muchos más”.

Hanna en un fotograma de 'Blade Runner'
Hanna en un fotograma de 'Blade Runner'

Dice que tiene frío y se envuelve con un albornoz del hotel antes de sentarse y entrelazar las manos sobre el regazo. Hay que fijarse para detectar la falange del índice izquierdo que perdió de pequeña, jugando con la silla salvaescaleras de su abuela. Las criaturas que Hannah ha encarnado a lo largo de su carrera no suelen ser de este mundo. Un androide (Blade Runner) y una sirena (1, 2, 3... Splash) la convirtieron en objeto de deseo generacional en los ochenta. Un memorable papel de psicópata tuerta (Kill Bill) le devolvió la fama con el cambio de siglo. Y, tras más de una década interpretando papeles que han pasado con más pena que gloria, ahora podría restaurársela una especie de ángel anunciador cuya visión conecta telepáticamente a ocho personas de distintas partes del globo (Sense8). “Ya interpreté a otro ángel una vez, solo que entonces era una stripper que se llamaba así”. Se refi ere a la peli Dancing at the blue iguana (2000), uno de tantos trabajos suyos caídos en el olvido que delatan que nunca se ha acabado de ir o, quizás, que nunca ha acabado de estar del todo. Lo que nos lleva a pensar que algunos de sus papeles más interesantes los ha adoptado en los dramas románticos de su vida real, ya fuera como novia de de John Fitzgerald Kennedy Jr. (o novia de América) o, actualmente, como pareja del rockero Neil Young. Ella misma confiesa haber dejado atrás hace tiempo la magia.

Siendo adolescente, me diagnosticaron síndrome de Asperger en grado leve. Ahora sigo siendo rarita, pero me lo guardo para mí
Fotograma de 'Kill Bill'
Fotograma de 'Kill Bill'

Siempre has dicho que fue la interpretación lo que te permitió evadirte a tu propio reino de Oz. Pero ¿cuándo te diste cuenta de que ya no estabas en Kansas?

Sí, convertirme en actriz fue lo que me permitió escaparme a un mundo de fantasía. Cuando hice Blade Runner pensé 'ya está. Así es como puedo ser otra persona; actuando'. Pero tenía 25 años y aquello fue solo una ilusión. No había tenido en cuenta otros aspectos de la profesión como la promoción y lo que ésta conlleva. Vivía el hecho de ser el centro de atención como si fuera potencial objeto de las burlas de la gente. Cuando me miraban, pensaba que era porque se estaban riendo de mí. ¿Y sabes qué? No hay que tener miedo de lo que piense la gente porque la gente nunca piensa en ti, solo piensa en sí misma.

De hecho, en tu caso, es más fácil decir cuando has estado entre rejas por última vez que sobre una alfombra roja.

¡Cierto! Me han arrestado cinco veces por participar en protestas ecologistas. La última el año pasado, en Washington DC, durante una marcha en contra del oleoducto de Keystone XL. Y, como siempre cuando me detienen, me soltaron la última porque los policías no paraban de pedirme que me hiciera una foto con ellos… Bromas aparte, creo que la desobediencia es fundamental en la lucha civil.

Junto a Naveen Andrews en 'Sense8'
Junto a Naveen Andrews en 'Sense8'

¿Has considerado meterte en política?

No, por Dios. Nunca. No tengo ningún respeto por el sistema político. Mucho menos en la actualidad. La democracia, especialmente en EE UU, es un espejismo que nadie cuestiona. Ni siquiera nos planteamos que nuestros políticos están comprados, el sistema político solo responde a intereses económicos y el mundo está en manos de unos pocos terratenientes globales. Mientras vivimos engañados, se privatiza el sistema penitenciario, la sanidad, el agua... Como ser humano, mi compromiso pasa por ser una ciudadana informada y usar mi voz para lograr que otras personas se involucren. El verdadero cambio empieza desde abajo, no desde arriba.

Vives en el límite de la civilización, ¿también al margen de la obsesión que se supone en tu profesión por la juventud?

Llevo oyendo que soy mayor para determinados papeles desde la treintena, y nunca he parado de trabajar. Yo me siento joven, así que ni siquiera pienso en ello. Solo cuando veo en Internet que comentan lo mal que me ha quedado este o aquel retoque. ¿Por qué creen que me he operado si estoy llena de arrugas y con papada?

En Sense8, el personaje de Naveen Andrews (Perdidos) dice: “Todos morimos y renacemos varias veces a lo largo de nuestra vida”. ¿Podría aplicarse a la tuya propia?

Por supuesto. He pasado por tantos capítulos… Es lo que tiene ser actriz, que trabajar no depende de tu iniciativa, te tienen que llamar. Es como si te invitaran a una fi esta o te dejaran fuera de la lista. Y así en todo en la vida. A veces te puedes colar... ¡pero no siempre!

• Sense8 se puede ver en Netflix. www.netflix.com/es

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