Primavera Sound ya es teenager

Ha llegado el momento. Primavera Sound cumple 15 años con los Strokes, Patti Smith (cantando el Horses) o una reunión de antiguas alumnas de la escuela riot grrrl (Sleater-Kinney, Babes In Toyland y Kathleen Hanna con Julie Ruin) como reclamos universales. Tendrás que empollarte muchos más nombres si quieres ser quien arrastre a tus colegas de un escenario a otro programa en mano, pero esos deberes te los dejamos a ti. Nosotros hoy estamos aquí para celebrar el cumpleaños del festival barcelonés, que ya ha arrancado oficialmente, pero que concentra el grueso de su programación a partir de mañana en el recinto del Fòrum. Y lo hacemos recogiendo los testimonios de algunos amigos especiales que han pasado por sus escenarios.

Quince primaveras, cantaba un grupo de mariachis hace unos meses en la fiesta de presentación del festival. Pero todavía habría que añadir cinco más si contamos aquella primera edición que se celebró en las salas Nitsa y Savannah allá por 1995. Ese momento embrionario congregó a los primeros grupos del indie patrio, dotándoles de la condición de escena. Lo recuerda Florent, de Los Planetas: “Fue una experiencia inolvidable. Allí estaban grupos como Minema, La Buena Vida o Moving Pictures. Aleix Vergès, guitarrista de Peanut Pie, que todavía no era conocido como DJ Sideral, llevaba una pegatina de nuestro grupo en la guitarra. Fue la primera vez que fuimos conscientes de que se estaba gestando un nuevo movimiento musical en todo el país. El sentimiento de comunidad que se generó fue algo especial. Y todo fue gracias a Gabi [Ruiz, director del Primavera Sound], que fue el que nos reunió en una sala por primera vez”.

La escena electrónica iría tomando peso en Primavera Sound con los años. Ahí estuvieron liándola los hermanos Stephan y David Dewaele, aka 2manydjs. “La primera vez que pinchamos en el Primavera, en el año 2000, todas las actuaciones de nuestro escenario se fueron retrasando por problemas con las pruebas de sonido”, recuerda. “Estaban Peaches, Michael Mayer, Le Hammond Inferno y unos LCD Soundsystem que casi no actuaron. Al pobre Erol Alkan le tocaba pinchar justo después de nosotros y, como ya estaban largando a la gente porque eran las seis de la mañana, ¡no pudo poner ni un solo tema!”.

Todos los grupos que pasan por el festival repiten. También Franz Ferdinand. Hablamos con Nick McCarthy, su guitarrista. “Me acuerdo de la primera vez que tocamos. Fue en el Poble Espanyol. Qué sitio más friki. Tocaban The Fall y yo estaba con un colega mío de Barcelona que tocaba el saxo en un grupo de percusión improvisada. Tenía el coche lleno de radiocassettes robados. ‘Es para sacarme un dinerillo extra’, me dijo. Tan surrealista como Dalí, ¿no crees?”.

Mientras el Primavera crece y traspasa fronteras —véase la gira Touring Party y su alianza con el All Tomorrow’s Parties británico— o activa iniciativas quijotescas —como el sello discográfico El Segell y el espacio La Botiga—, permanece en el top de recuerdos de muchos artistas. Le pasa al grupo escocés Mogwai: “Es uno de nuestros festivales favoritos. Nuestro recuerdo más increíble es aquella Champions League que ganó el Barça en 2006, momentos antes de que saliéramos a tocar en el Escenario Rockdelux. ¿Te acuerdas, Gerardo? Nos metías prisa para que llegáramos a tiempo a nuestro propio concierto y nosotros nos negábamos a movernos hasta que acabara el partido. ¡Ja, ja, ja! Al final celebramos la victoria azulgrana con una de nuestras mejores actuaciones festivaleras ever. ¡Visca Barça!”. Sí, a veces los grupos nos las hacen pasar putas a los que curramos con ellos, aunque se lo perdonamos todo si luego dan un conciertazo.

El Primavera es un ente cambiante, pero hay algo que permanece: las sesiones de cierre de DJ Coco, figura imprescindible del festival. Marc Gili, cantante de Dorian, lo detalla en éxtasis: “El sol saliendo por el horizonte, hits de ayer y de hoy uno detrás de otro, y caras de felicidad a veces resplandecientes, a veces torcidas, que reflejan la satisfacción de haber vivido algo parecido a la felicidad absoluta. Entonces suena la última canción y se emprende una diáspora revuelta hacia la salida. En esos momentos pienso que hemos vivido, durante unos días, un sueño que roza la utopía de un mundo sin conflictos, sin mezquindad, sin odios, sin bajezas”.

Queda todo dicho: Ens veiem al Fórum.