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Madagascar guarda el monedero en el teléfono

Pese a las limitaciones tecnológicas, el país es uno de los nueve de África en los que hay más cuentas de dinero móvil que bancarias

Carlos Bajo Erro
Gráfico de GatesLetter.com, basado en datos del FMI, sobre la implantación del dinero móvil en el mundo.
Gráfico de GatesLetter.com, basado en datos del FMI, sobre la implantación del dinero móvil en el mundo.

Empezó siendo una manera informal de pagar pequeñas cantidades de dinero que tenía la particularidad de no incluir el intercambio de moneda. Y ahora aparece como una de las grandes aportaciones contemporáneas africanas al sistema mundial de comercio. Las organizaciones internacionales dicen que el dinero móvil es uno de los fenómenos más revolucionarios en África. Alertan los expertos de que la expansión de esta práctica es una de las cuestiones que marcará el presente año en el continente. Sin embargo, el dinero móvil no es futuro, es presente. El número de transacciones que se hacen a través de las redes telefónicas en África, sobre todo, en el área Oriental no deja de aumentar.

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Primero se expandió el uso del móvil por el continente y lo hizo a una velocidad que muy pocos esperaban. Entre las consecuencias secundarias de esta auténtica explosión tecnológica apareció una forma de intercambio que primero se consideró “informal”, el crédito de las tarjetas prepago se intercambiaba entre los terminales para satisfacer pequeñas sumas. Para cuando los analistas quisieron darse cuenta ese intercambio era un auténtico sistema financiero que había relegado, incluso, a los bancos. Es cierto que han acabado recuperando al menos una parte de ese terreno, bancos y operadoras de telefonía se reparten un pastel que, sin embargo, tienen que compartir con algunas empresas que fueron más clarividentes, que surgieron como alocadas startups tecnológicas y se han convertido en gigantes financieros. Esta realidad actual no tiene que hacer olvidar, en todo caso, el origen popular del sistema.

Madagascar es uno de los países con un panorama digital menos implantado de África y, por extensión, uno de los que están a la zaga en todo el mundo. La tasa de penetración de Internet es del 2,2%, pero casi cuatro de cada diez malgaches tienen un teléfono móvil (más de un 36% de la población) y ese es el elemento fundamental para entender que los carteles de las empresas de dinero móvil colapsen las calles del país, desde la capital hasta los pueblos de zonas remotas. Igual que ocurre con los rótulos de Coca-Cola, casi en cualquier lugar de la “Grande-Île” te puedes encontrar con un cartel de MVola, Orange Money o Airtel Money... A pesar de estas limitaciones tecnológicas, Madagascar es uno de los nueve países africanos en los que hay más cuentas de dinero móvil que cuentas bancarias.

Un establecimiento ofrece los servicios de las tres principales compañías de dinero móvil en una calle de la capital malgache, Antananarivo.
Un establecimiento ofrece los servicios de las tres principales compañías de dinero móvil en una calle de la capital malgache, Antananarivo.C.B.

En poco más de cuatro años el dinero móvil ha conseguido convertirse en un elemento cotidiano de la vida de muchos malgaches. MVola fue el primero de los operadores de este servicio, de la mano de la compañía de telefonía Telma. En junio de 2010 aparecía como un servicio de transferencia de dinero a través del teléfono móvil. Heritiana Andrianalisoa, director adjunto de la división de dinero móvil de Telma y responsable del desarrollo de MVola, explica que cuando la compañía puso en marcha este sistema “la tasa de bancarización en Madagascar no superaba el 4% y la tasa de penetración del teléfono móvil superaba ampliamente el 25% (hoy ronda el 40%), con más del 85% de la población cubierta por la red móvil”. Estos dos elementos, claves en el caso malgache, son en realidad los dos secretos de la expansión del dinero móvil en todo el África subsahariana, la escasa bancarización y el amplio impacto del teléfono móvil.

La normativa malgache no permite el pago con tarjeta en el comercio electrónico, pero sí a través de los sistemas de dinero móvil.

Lo que nació como una manera de transferencia de dinero ha ido sumando nuevos servicios. Andrianalisoa confiesa que la operación más habitual es la compra de crédito telefónico porque “está disponible 24 horas al día, en cualquier lugar y sin necesidad de desplazarse a la tienda más cercana” y que otras como su utilización como modo de pago “se desarrolla poco a poco”. Cada vez más se pueden encontrar los distintivos de cualquiera de las tres empresas de dinero móvil en tiendas o restaurantes y se están implantando en el comercio electrónico. MVola distribuye entre los sitios de compras online un módulo para hacer los pagos a través de estos sistemas. Curiosamente la normativa malgache no permite el pago con tarjeta en el comercio electrónico, pero sí a través de los sistemas de dinero móvil. Pero los servicios no se paran ahí. “MVola es utilizado por empresas e instituciones para el pago de salarios, sobre todo en los lugares remotos y enclavados”, explica Heritiana Andrianalisoa. El responsable de la división de dinero móvil de Telma añade que gracias a un acuerdo con Western Union facilitan las transferencias de dinero desde el extranjero, que se pueden pagar las facturas de agua y electricidad a través del móvil, así como las matrículas de algunos centros escolares. Así, al cabo del mes se realizan más de dos millones de transacciones a través de los móviles de sólo una de las tres operadoras.

A la escasa tradición de poseer cuentas bancarias y a la amplia familiaridad con la telefonía móvil, Andrianalisoa añade otros dos factores para explicar esta vertiginosa expansión del dinero móvil. Por un lado, las acciones previas de la compañía para generar confianza, antes incluso de que el sistema MVola viese la luz. Por otra, la falta de infraestructuras en el país, que hace que haya muchas zonas enclavadas, mal comunicadas o de difícil acceso, en las que la conexión telefónica se convierte en un vínculo seguro y estable con el exterior, por el que llegan las noticias, pero también, incluso, el dinero, los salarios y las facturas.

El análisis de Andrianalisoa respecto a la utilidad de este sistema para los ciudadanos coincide con el de la mayor parte de los expertos. “Los servicios son simples, inmediatos y seguros. Y son un primer paso hacia la inclusión en el sistema financiero que puede permitir a los abonados beneficiarse de los servicios de este sistema”, explica el responsable de la principal compañía de dinero móvil malgache.

En su carta anual de 2015, la Fundación Gates empleaba argumentos parecidos para fijar la atención sobre la realización de operaciones bancarias a través del móvil, en lo que considera el nuevo banco de los pobres: “Las personas pobres utilizan sistemas financieros tremendamente ineficaces. Sus planes de ahorro consisten en guardar dinero en efectivo en casa durante años o comprar productos que pierden valor con el tiempo. Cuando necesitan transferir dinero a sus amigos o familiares para ayudarles en tiempos difíciles, o bien se toman un día de descanso y les entregan el dinero en mano o bien confían en un tercero para que realice esa tarea por ellos. Si necesitan pedir dinero en caso de emergencia, se ven obligados a pagar tasas de usura a un prestamista. El hecho de no tener acceso de manera cómoda y sencilla a una serie de productos financieros dificulta enormemente la vida de estas personas”.

Esos son algunos de los beneficios que aparentemente aportan los sistemas de dinero móvil a los ciudadanos, aunque en todo caso se parte de la dudosa premisa de que es bueno acceder al sistema financiero. En todo caso, los malgaches, como muchos otros africanos, encuentran en el uso de dinero móvil, al menos, un valor añadido de comodidad. Como muestra, un botón: la rápida implantación del servicio y la presencia de los distintivos de las empresas en cualquier lugar del país.

Dinero móvil, la nueva moneda africana

Un restaurante de Antananarivo permite el pago con dinero móvil además de con tarjetas de crédito.
Un restaurante de Antananarivo permite el pago con dinero móvil además de con tarjetas de crédito.C.B.

Kenia no sólo es el país en el que se inició formalmente el uso del dinero móvil, sino que también es en el que está más implantado este sistema. Un informe de la consultora McKinsey & Company decía que en febrero de 2014, un 70% de los pagos en el país de África Oriental, se hacían con dinero electrónico. Los datos del Fondo Monetario Internacional plasmados en la Gates Letter de 2015 señalan que Kenia es el campeón del dinero móvil tanto en términos absolutos como relativos, con 23,5 millones de cuentas, 1.018 por cada mil habitantes.

Según los mismos datos, de los nueve países con más cuentas de dinero móvil del mundo, seis son africanos, a saber, Kenia, Tanzania, Zimbabue, Ruanda, Camerún y la República Democrática del Congo. Por tener una idea del paso específico del continente en este fenómeno, basta con echar mano de los datos del informe del GSMA los servicios de banca móvil en 2013. Este estudio plantea que en ese momento había en todo el mundo 203 millones de cuentas de dinero móvil, de las cuales casi la mitad, 98 millones, se situaban en África subsahariana y, más concretamente, una de cada tres suscripciones del planeta se concentraban en la subregión de África Oriental.

Estos mismos datos, señalan que, al menos, nueve mercados africanos tenían más cuentas de dinero móvil de cuentas bancarias. Se trata de Camerún, la República Democrática del Congo, Gabón, Kenia, Madagascar, Tanzania, Uganda, Zambia y Zimbabue. Los autores del estudio afirman que esta cifra podría ser mayor porque hay países cuyos datos de cuentas bancarias no están disponibles. Pero además los africanos están más familiarizados con este sistema y lo utilizan más habitualmente. El GSMA señala que de los más de 200 millones de cuentas, 61 millones se consideran cuentas activas, ya que se utilizaron en los últimos tres meses antes de la realización del estudio. 42,4 millones de esos 61, es decir, dos de cada tres pertenecían a ciudadanos de África subsahariana.

Sobre la firma

Carlos Bajo Erro
Licenciado en Periodismo (UN), máster en Culturas y Desarrollo en África (URV) y realizando un doctorando en Comunicación y Relaciones Internacionales (URLl). Se dedica al periodismo, a la investigación social, a la docencia y a la consultoría en comunicación para organizaciones sociales.

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