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BIOLOGÍA

Dos virus extinguen poblaciones de anfibios en el norte de España

Los patógenos, capaces de infectar a varias especies a la vez, ponen al borde del colapso a tritones, ranas y sapos en el Parque Nacional de Picos de Europa

Nuño Domínguez
Larva de tritón alpino muerta por un ranavirus en el Parque Nacional de Picos de Europa
Larva de tritón alpino muerta por un ranavirus en el Parque Nacional de Picos de Europa

Dos virus detectados en el norte de España están causando la muerte masiva de varias especies de anfibios, algunos de ellos amenazados. El problema lleva años registrándose en el Parque Nacional de Picos de Europa sin que haya remitido. Los dos virus causan cada año la muerte de miles de ejemplares y llegan a extinguir poblaciones enteras, según los responsables de un estudio en el que han colaborado investigadores españoles y británicos. El equipo sospecha que los dos patógenos se están expandiendo por las actividades humanas ya que han encontrado también focos de infección en un embalse de Galicia.

El primer signo de alarma fue observado en 2005 en la vertiente cántabra de Picos de Europa, donde Amparo Mora, una bióloga del Parque Nacional, descubrió miles de ejemplares muertos en una gran charca artificial usada como abrevadero. Mora alertó a expertos en anfibios del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC), en Madrid. Fue entonces cuando el investigador Jaime Bosch comenzó a colaborar con el personal del parque para rastrear, año a año, las zonas de reproducción de anfibios. El primer año solo se encontraron anfibios muertos en esa charca pero, en los siguientes, la enfermedad apareció en otros puntos del parque, en el que confluyen las comunidades de Castilla y León, Cantabria y Asturias.

Los virus "se pueden pegar a las patas de un animal, a las botas de un montañero o a una piragua, sobrevivir semanas y así saltar de zona, incluso de país", comenta Bosch

En un estudio publicado hoy en Current Biology, Bosch, Mora y expertos en genética de Reino Unido identifican a los culpables de estas “muertes en masa”: dos ranavirus de la misma familia. Se trata de patógenos emergentes que infectan a peces, reptiles y anfibios y que en estos últimos causan una enfermedad letal.

“Estos virus se conocen desde hace tiempo", explica Bosch y señala que "en Reino Unido, por ejemplo, se habían producido brotes puntuales en una sola especie”. “Pero esta vez se trata de patógenos capaces de infectar a varias especies a la vez y de extinguir poblaciones entera”, señala. Los expertos han muestreado 17 puntos del Parque Nacional y han encontrado brotes de ranavirosis en cinco de ellos, incluido el lago Ercina (lagos de Covadonga), uno de los puntos más visitados del parque. En conjunto, seis especies de anfibios se han visto afectadas por el brote en Picos de Europa. Las tres más castigadas son el sapo partero, el sapo común y el tritón alpino, este último amenazado en algunas zonas.

El ébola de los anfibios

Los expertos han secuenciado el ADN del virus con ayuda de expertos del University College de Londres y de otras instituciones británicas. Esto les ha servido para identificar otro punto del norte de España donde los mismos virus están también causando muertes masivas, en este caso no solo entre anfibios, sino también entre culebras de agua que se alimentan de ellos. Este segundo foco está en el embalse del Pontillón (Pontevedra) a unos 200 kilómetros de Picos de Europa. La distancia es tan grande que los investigadores creen que la explicación más plausible es la intervención humana. Estos ranavirus “sobreviven en el agua, pero también son muy resistentes a ambientes secos y temperaturas altas, se pueden pegar a las patas de un animal, a las botas de un montañero o a una piragua, sobrevivir semanas y así saltar de zona, incluso de país”, explica Bosch.

El equipo resalta la importancia de estudiar estos virus capaces de saltar entre especies, una capacidad que los asemeja a otros patógenos como el ébola o el VIH. Los ranavirus también se transmiten por contacto entre animales infectados y causan fuertes hemorragias y daños en varios órganos internos, unos síntomas “similares a los el ébola”, dice Bosch. Los ranavirus solo afectan a animales de sangre fría y en este caso también hay portadores que no muestran síntomas: los peces. De hecho la reintroducción de truchas o salmones también supone un riesgo ya que basta que el virus esté en el agua para poder contagiar a anfibios, apunta Bosch.

Tanto las autoridades del Parque Nacional de Picos de Europa como de la Xunta de Galicia están avisadas del problema, asegura el investigador del MNCN. En el Parque Nacional incluso se barajó vallar los lagos donde ha habido brotes para evitar la diseminación del virus, aunque aún no ha habido medidas concretas. Bosch reconoce que contener a virus como estos es “complejísimo” pero sí señala que hay un mensaje claro para la gente que visita estas zonas de montaña: “es importante no coger animales y llevárselos para soltarlos en otro lugar”.

Los vertebrados más amenazados del mundo

Los anfibios son los vertebrados más amenazados del mundo, según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza. Hace unos años, un estudio alertaba de que estos animales están viviendo en un solo siglo el equivalente a decenas de millones de años de extinciones. La pérdida de su hábitat a manos del hombre y las enfermedades causadas por hongos y virus son algunas de las responsables de su espectacular declive. Hasta ahora, uno de los grandes azotes para estos animales eran los hongos que producen la quitridiomicosis, una enfermedad letal que afecta a múltiples especies y diezma poblaciones enteras. Ignacio de la Riva, investigador del Museo Nacional de Ciencias Naturales que no ha participado en el estudio, señala que los nuevos virus plantean una amenaza comparable a los hongos por su capacidad de infectar a varias especies a la vez. “La situación que desvela el estudio es alarmante”, comenta. “El gran problema es que se trata de comunidades enteras afectadas y en áreas protegidas y además remediar los contagios parece imposible”. La esperanza, apunta, es que los anfibios desarrollen inmunidad al virus, algo que ya se ha observado en otros países afectados tanto por hongos como por ranavirus.

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Sobre la firma

Nuño Domínguez
Nuño Domínguez es cofundador de Materia, la sección de Ciencia de EL PAÍS. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y Máster en Periodismo Científico por la Universidad de Boston (EE UU). Antes de EL PAÍS trabajó en medios como Público, El Mundo, La Voz de Galicia o la Agencia Efe.

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