Pi y Margall, cosmopolita
Leí con interés el artículo Pi y Margall, 'unionista', del profesor Daniel Guerra Sesma, publicado en EL PAÍS en la edición del día 19 de mayo. El autor se centraba en la tesis de Pi acerca de la disolución de una federación y de la secesión de una parte del territorio. Sorprende, sin embargo, que en este ámbito no se mencione el carácter cosmopolita de Pi y Margall, quien fue, de hecho, el introductor en la península de la lengua auxiliar internacional esperanto “que pueden adoptar los hombres de todos los pueblos para sus negocios exteriores, sin que por esto dejen de usar y cultivar sus idiomas nacionales, y aún los regionales (…). Nosotros, que tanto quisiéramos ver abatidas las fronteras de los pueblos, no vacilamos en recomendar su estudio y su examen a todos los hombres de inteligencia y de corazón que de veras amen el progreso intelectual y moral de los pueblos”, escribía Pi en El Nuevo Régimen en enero de 1898. A este artículo le seguirían dos más poco antes de su muerte. En este sentido, quizás, un título más apropiado a la personalidad del personaje hubiese sido “Pi y Margall, cosmopolita”.— Javier Alcalde Villacampa.