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Vidas en el epicentro del desastre

Un informe indica las 10 ciudades del mundo más amenazadas por catástrofes naturales Son urbes edificadas junto al agua que se enfrentan a un dilema: riqueza o supervivencia

Los efectos de las inundaciones en Bulacán, al norte de Manila.
Los efectos de las inundaciones en Bulacán, al norte de Manila.Erik de Castro (REUTERS)

Cientos de millones de ciudadanos de todo el mundo viven cada día con el miedo de quedar atrapados. Un informe elaborado por la aseguradora Swiss Re ha medido las amenazas a las que se enfrentan más de 600 urbes y 1.700 millones de personas. Las más cercanas a la temida hecatombe, cuyo tamaño responde precisamente a las riquezas del mar y fructíferos ríos, conviven con inundaciones cada vez más habituales mientras su población crece a un ritmo vertiginoso. Tokio y Manila encabezan una lista en la que las ocho primeras ciudades son asiáticas.

El informe mide tanto la población que podría verse afectada por inundaciones, tsunamis, huracanes o tormentas tropicales como el impacto económico que tendría la catástrofe de llegar a producirse. Pese a encontrarse en riesgo por una mezcolanza de todos estos fenómenos naturales, especialmente el terremoto que se llevó más de 140.000 vidas en 1923, Tokio no ha parado de crecer y crecer. “El problema que tienen este tipo de poblaciones radica en el lugar dónde se han implantado y en cuánto han crecido. Muchas se han empeñado en seguir expandiéndose en un sitio equivocado”, explica Antonio Pou, profesor de Ecología de la Universidad Autónoma de Madrid.

Los lugares en riesgo

Para su clasificación, el informe de Swiss Re suma los posibles afectados por cada tipo de tragedia en cada ciudad. Por eso, un solo sujeto está contabilizado más de una vez, lo que implica que la cifra final de la población en riesgo supere el número de habitantes.

1. Tokio-Yokohama (Japón): 57.1 millones de personas en peligro

2. Manila (Filipinas): 34.6 millones

3. Delta del río de las Perlas (China): 34,5 millones

4. Osaka-Kobe (Japón): 32.1 millones

5. Jakarta (Indonesia): 27.7 millones

6. Nagoya (Japón): 22.9 millones

7. Calcuta (India): 17.9 millones

8. Shanghai (China): 16.7 millones

9. Los Ángeles (EE UU): 16.4 millones

10. Teherán (Irán): 15.6 millones

Si en el caso de Japón la maldición se explica por su posición en el Anillo de Fuego, una de las zonas con mayor actividad sísmica del mundo, en general la principal amenaza de estas urbes son las inundaciones. Unos 379 millones de personas se encuentran en riesgo de sufrir sus efectos. “Siempre ha habido inundaciones graves, pero el cambio climático hace que estas tragedias sean cada vez más frecuentes. En Inglaterra ya está empezando a ocurrir”, asegura Pou. Una de las grandes sorpresas del informe es que Londres ocupe el 18º lugar. “Existen zonas tan afectadas y tan costosas de recuperar que deberán plantearse si no merece más la pena marcharse”, comenta Pou.

El miedo de la población a estas tragedias se ha ocultado siempre en un segundo plano. “Las zonas portuarias son ricas y la gente se traslada adonde hay riqueza. Si de vez en cuando se producía un problema lo veían como un mal menor”, explica el profesor de ecología. A esta dinámica consolidada se añade otra surgida en las últimas décadas: el afán por vivir a pie de playa. “Antes la gente que residía en la costa buscaba cierta protección en lugares altos. Ahora parece que merece más la pena jugársela”.

Al hambre de prosperidad se une la mera necesidad, con el inevitable éxodo del campo a los núcleos urbanos. “Estas ciudades están creciendo de una forma tan exagerada que es muy difícil que los Gobiernos locales puedan gestionar bien tanta población”, explica Aditya Bahadur, investigador en desastres del think tank Overseas Development Institute. En zonas con tantas almas por metro cuadrado, cualquier chispa prende como gasolina. “Muchos acaban viviendo en casas pésimamente construidas. Hay un permanente riesgo de tragedia masiva”, añade.

Las formas de la catástrofe

1. Inundaciones: un riesgo para 379 millones de personas

2. Terremotos: 283 millones

3. Vientos extremos: 157 millones

4. Tormentas severas:  33 millones

5. Tsunamis: 12 millones

El impacto de las inundaciones se vuelve mastodóntico con las penurias sanitarias. “No hay medicinas para tanta gente y el estado del agua puede hacer que las enfermedades proliferen. Una inundación puede convertirse rápidamente en un brote de cólera”, alerta Bahadur. El informe concluye que las autoridades no disponen de medios suficientes para responder a la entidad de los fenómenos, algo con lo que coincide el investigador, que critica a estos países por no tener en cuenta las probabilidades de que se produzcan terremotos o tsunamis. “Prepararse para un desastre es algo más que tirar una moneda y ver si sale cara o cruz”.

El profesor Pou considera que el dilema no es tanto medioambiental como de origen sociológico: “La gente tiene otras prioridades. ¿Qué probabilidad hay de que suceda tal o tal desgracia? Si pasa dentro de 300 años... entonces estamos tirando el dinero”. El investigador del think tank apunta a la dinámica cortoplacista de la política: “Los dirigentes no tienen incentivos para prevenir nada. Son elegidos durante cinco años y no piensan más allá”.

Dos elementos, parte de la más intrínseca naturaleza humana, se baten por definir el sino del futuro más próximo: la ambición frente al espíritu de supervivencia. Manila o Yakarta están entre las primeras ciudades obligadas a plantearse un debate que ya resuena en Londres, la primera gran urbe de la industrialización. Y en un momento en que la tecnología ha dado al hombre un poder inmenso para manipular un entorno en el que vive de prestado.

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