Normalizar gestos
El lunes alguien me preguntó si estaba contento de que Amaya Valdemoro realizase el saque de honor en el Madrid-Athletic y que Jennifer Pareja, acompañada por algunas compañeras, hiciese lo propio en el Espanyol-Betis. Amaya es la mejor baloncestista española de la historia y ganó la medalla de oro en el Eurobasket de Francia de junio —además de la absoluta, este verano también se coronaron campeonas de Europa el resto de categorías femeninas— y Jennifer es la incansable capitana del combinado de waterpolo, el mejor grupo que hemos tenido y que volvió a encandilarnos en el Mundial de Barcelona, esta vez con el oro como botín. Por eso le dije que sí, que estaba contento a medias. Porque el mejor reconocimiento sería normalizar esos gestos y que también fuese habitual ver homenajeado a un deportista en una competición femenina. Sería un tributo merecido para el protagonista y supondría un reclamo mediático para la entidad que lo hiciese.
Las y los deportistas forman parte del mismo universo, por mucho que les separen los focos de los medios de comunicación y las condiciones laborales. Les une algo tan extraordinario como el deporte, aunque el concepto se pervierta muchas veces con tantos cheques repletos de ceros y noticias que no son tal. Porque, como dijo Mireia Belmonte —de nuevo, nuestra mejor nadadora—, los medios dan más importancia al pelo de Sergio Ramos que a los récords que pueda lograr ella en la piscina.
Busquemos sinergias y descubramos ese gran desconocido y olvidado deporte femenino, fantástico en Londres 2012, pese a todo.— Toni Delgado.
