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EL ACENTO
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Kim Dotcom, querido villano

La creación de Mega deja clara la falta de escrúpulos de este estridente personaje y el vacío legal

SOLEDAD CALÉS

Un millón de clientes en menos de 24 horas, colapso en el estreno del servicio, celebración en las redes sociales en forma de varios trending topics. Esos son algunos de los méritos de Mega, un nuevo servicio de almacenamiento en Internet que arranca con una oferta, teóricamente, inmejorable. Cincuenta gigas de espacio en Internet gratis. Esto equivale a una docena de películas en alta definición, miles de canciones o cientos de miles de libros digitales.

A primera vista podría pensarse que sí, que Kim Dotcom (como se pronuncia .com en inglés), apodo con el que se conoce a Kim Schmitz, sabe cómo hacer negocios y conoce las claves para triunfar. Todo esto sería correcto, incluso una buena idea, si no se conocieran los antecedentes de su nueva creación. MegaUpload, nacido en 2005, se convirtió en el supermercado para la música, cine y libros gratis. Entrar, escoger y descargar al disco duro. ¿Por qué pagar por algo al alcance de la mano? La estrategia de Kim Dotcom, el querido villano, condenado y criticado, pero amado por el gran público por poner al alcance de la mano este híper virtual donde acceder a las series de moda pocas horas después de su emisión en televisión, es impecable.

Da acceso gratis a los usuarios esporádicos y de pago a los fieles, aquellos a los que se les quedan cortos los gigas de cortesía para guardar y el ancho de banda para descargar. Así, a base de crear una adicción, amasó una fortuna de coches deportivos y una mansión propia de un magnate de Hollywood sin pensar en ningún momento en la retribución de actores, productores, autores, editores o creadores de programas informáticos, que esto también se ofrece a través de enlaces.

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Al cliente, por ahora feliz y confiado, también se le deja sin respaldo. ¿Quién le asegura que ante un nuevo cierre por orden judicial no perderá el acceso y todo el contenido almacenado? ¿Dónde reclamar en caso de falsificaciones y servicio deficiente?

La creación de MegaUpload deja clara la falta de escrúpulos de este estridente personaje y el vacío legal. El nacimiento de un sucesor, Mega, y la celebración por la comunidad internauta evidencian la ausencia de respeto por los creadores de contenido digital.

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