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Tribuna
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La mejor Liga, con los peores horarios

Hay que racionalizar nuestros horarios y hacerlos converger con los de otros países europeos

La temporada de fútbol ha arrancado con horarios irracionales: en las tres primeras jornadas de Liga se han fijado tres partidos a las 23:00 horas (uno el sábado, otro el domingo y el tercero el lunes), mientras que los dos encuentros de la Supercopa, entre el Real Madrid y el Barcelona, se disputaron el jueves 23 de agosto y el miércoles 29 a las 22:30.

¿Cómo es posible que estos partidos se celebren a horas tan tardías, siendo además la mayoría de esos días vísperas de laborables? Las personas que los vieron en sus casas por televisión se acostarían entre las 0:30 y la 1:00; y aún más tarde lo harían los espectadores que acudieron a los estadios, los futbolistas, los entrenadores, los directivos, los empleados de los clubes, los representantes de los medios de comunicación que cubrieron los encuentros... No podemos olvidarnos de todos aquellos que los ven en bares, restaurantes, peñas y entidades deportivas, casas particulares con amigos, etc. etc. Son muchos los aficionados que acostumbran a ver los partidos de singular importancia acompañados de otras personas de la misma sintonía. En estos casos, que son muchos miles, la jornada se prolonga alguna hora más. ¿Cómo pretendemos que todos ellos se levanten apenas unas horas después y rindan en plenitud de condiciones, si han dormido menos de lo aconsejable?

Es un grave error que merma nuestra productividad, reduce el rendimiento académico de menores y jóvenes y aumenta el estrés, el absentismo y la siniestralidad laboral y de tráfico, a la vez que el gasto económico y energético. Por eso, desde la Comisión Nacional para la Racionalización de los Horarios Españoles, que presido, hemos denunciado en otras ocasiones este despropósito e instado a que se corrija, aunque hasta ahora sin resultados prácticos. Entendemos que en un país acuciado por la crisis económica y que necesita el esfuerzo de todos los españoles para mantener altos los niveles de compromiso y eficacia en el trabajo, es inadmisible que se incite a los trabajadores a acostarse de madrugada para poder ver un partido de fútbol.

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El Gobierno no debe cruzarse de brazos ante este desajuste. Ha de ser consecuente con sus llamadas a la responsabilidad

Por suerte, no somos los únicos que pensamos así. “A las once de la noche ya estoy durmiendo”, explicó Radamel Falcao, delantero colombiano del Atlético de Madrid, uno de los equipos que jugó su primer partido de Liga a esa hora. Su entrenador, el argentino Diego Pablo Simeone, lo consideró “una falta de respeto a los jugadores, a la gente, a todos”. “No es el mejor horario para potenciar el fútbol”, dijo por su parte el entrenador del Mallorca, Joaquín Caparrós. “Presumimos —añadió— de la mejor Liga en aspectos futbolísticos, porque somos campeones del mundo, pero tenemos que aprender en estructura organizativa. Fuimos a jugar a Inglaterra y nos dio envidia ver que todos los partidos de la temporada ya están marcados y los aficionados saben cuándo van a jugar en enero o febrero”. Es importante que los ciudadanos, muy especialmente a través de los medios de comunicación social —cartas al director, por ejemplo—, clubs deportivos, instituciones, etc. etc. expongan sus opiniones al respecto.

Apelamos al sentido de responsabilidad, tanto de la Liga de Fútbol Profesional como de las televisiones, para que no dejen que sus intereses perjudiquen a los millones de aficionados que el fútbol tiene en España, entre los que se incluyen muchos menores. Y esa responsabilidad pasa por programar los partidos a horarios razonables. En la Premier inglesa, una de las que nos disputa ese oficioso título de mejor Liga del mundo, de los 10 partidos de cada jornada, el más tardío se juega a las 20:45.

Considero que el asunto es importante, grave y urgente. El Gobierno no debe cruzarse de brazos ante este desajuste. Ha de ser consecuente con sus llamadas a la responsabilidad, al trabajo, a la productividad, al espíritu de superación... La reforma previa a todas las reformas que precisa España para remontar la crisis, la más necesaria y urgente, es la de racionalizar nuestros horarios, para hacerlos converger con los de otros países europeos. También los del fútbol. Todos saldremos beneficiados.

Ignacio Buqueras es presidente de la Comisión Nacional para la Racionalización de los Horarios Españoles y de ARHOE. Autor deTiempo al tiempo (Planeta).

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