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Guisantes a la mostaza con cordero

Un corte de cordero muy humilde que se viene arriba en una combinación dulce, ácida y aromática con guisantes, miel, mostaza y un toque de ralladura de limón.

Los guisantes dicen "hola" a la primavera
Los guisantes dicen "hola" a la primaveraCARLOS ROMÁN

Hete aquí otra receta buena, bonita y, sobre todo, barata; de estas que entran en mi experimento de ver si es viable vivir con 50€ a la semana en Barcelona. Podríamos ponernos más exquisitos y meterle chuletillas de cordero en lugar de costillas -la punta de la costilla, una pieza que consigo por unos dos euros el kilo en mi carnicería, con bastante hueso y grasa-, guisantes frescos y una mostaza más fina. Pero lo importante es, precisamente, que esta receta queda igual de buena usando ingredientes más baratos (que no menos nobles, ojocuidao). Lo único que no te recomiendo es usar guisantes de lata, que ya vienen cocidos y, bueno, en general, son el demonio.

¿Por qué debería importarte esta receta? Porque tienes en la misma preparación graso y crujiente -el cordero-, el dulce de los guisantes y la miel, la mostaza ácida y un aromático refrescante (la piel de limón, que a estas alturas ya se va a hacer un poco repetitiva, pero no voy a parar hasta que cada hogar la use, como mínimo, una vez al día). Por si fuera poco, los guisantes están fuertemente inspirados por una receta similar de Plenty More, esa joya de la cocina vegetariana escrita por Yotam Ottolenghi. Así que incluso si los preparas a pelo, sin el cordero, el resultado va a ser superior.

Dificultad: Bajita, realmente no te vas a partir la cabeza con esta receta.

Ingredientes

Para 4 personas

  • 1 k de punta de costilla de cordero troceada
  • 2 cucharadas de miel
  • Una cucharadita de romero
  • Una cucharada de mostaza a la antigua
  • 600 g de guisantes congelados
  • La ralladura de un limón (solo la parte amarilla)
  • 3 cebollas dulces
  • 8 ajos tiernos
  • Sal
  • Pimienta

Instrucciones

1.
En una sartén, marcar bien las costillas por el lado de la grasa, para eliminar la mayor cantidad posible. Pasar a una bandeja y hornear a 130 ºC durante un mínimo de dos horas.
2.
Retirar toda la grasa de cordero de la sartén salvo una cucharada. Añadir otra cucharada de aceite de oliva virgen extra. Dorar la cebolla y los ajos tiernos picados.
3.
Calentar una olla con agua. Echar sal cuando rompa a hervir y blanquear los guisantes durante un minuto -si están congelados- o medio si son frescos. Escurrir y pasar a un bol con agua y hielo.
4.
Sacar las costillas del horno, escurrir bien la grasa que han desprendido y untarlas con miel con ayuda de un pincel. Espolvorear el romero por encima, subir la temperatura a 175 ºC y hornear 10 minutos más, hasta que estén doradas y crujientes.
5.
Poner la mostaza en la sartén y añadir los guisantes y los ajos tiernos y las cebollas previamente rehogadas. Saltear un par de minutos a fuego vivo, salpimentar y acabar echando la ralladura de limón. Repartir los guisantes en cuatro platos, repartir las costillas, poner un poco de flor de sal por encima y servir inmediatamente.

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