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Tipos de interés
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Oleada de subidas de tipos de interés

La respuesta a la inflación y la guerra de Ucrania será intensa y sostenida en los próximos meses

Subida tipos interes
Sede del BCE, en Fráncfort (Alemania).reuters

El fin de una tan larga como inesperada era de tipos bajos ya está aquí. En las últimas semanas, decenas de bancos centrales están dando por terminadas unas políticas monetarias extraordinariamente acomodaticias. Arrancaron tras la emergencia de la crisis financiera de 2008 y se intensificaron aún más durante el reciente periodo de pandemia.

Durante este tiempo se había inoculado en las economías y en los mercados una percepción muy asentada y desconocida en generaciones: la globalización, la innovación tecnológica y las tendencias demográficas eran una vacuna potente frente a los riesgos inflacionistas. Es más, quizás demasiado potente, comenzaban a barruntar algunos bancos centrales. Sólo así se explica que éstos, incluso empezasen a pensar en cómo alterar esta suerte de fuerte sistema inmunitario antiinflacionista natural que supuestamente se había creado, para que la política monetaria recuperase un cierto margen de maniobra que facilitase un crecimiento estable y duradero a largo plazo.

En la mayoría de las economías avanzadas, los tipos se situaban pocos meses atrás en niveles que no tenían precedentes. En algunos casos, como la eurozona o Japón, en un territorio negativo que determinaba volúmenes inimaginables de deuda en los mercados de bonos en los que el emisor de estos, y singularmente los Estados soberanos, pero no sólo, “cobraban intereses” a sus tenedores. Una distopía creada en aras de hacer frente a los shocks provocados por la crisis financiera, y posteriormente por la pandemia, que se prolongaba en el tiempo.

No ha cambiado el escenario por la acción de los bancos centrales. Han sido, primero los cuellos de botellas originados en la pandemia, y luego el inicio de una guerra también inesperada en el seno de Europa poniendo en riesgo el aprovisionamiento energético y alimentario, y disparando sus precios, los determinantes de un cambio radical. Podría pensarse que de manera temporal. Pero ni las dudas sobre la duración y naturaleza final del conflicto bélico, ni la quiebra de los principios de una economía global, ni los efectos de segunda ronda que se derivarán de la perturbación inflacionista, invitan a ser optimistas a corto plazo.

La respuesta: subida de tipos, liderada e iniciada ya por la Reserva Federal y el Banco de Inglaterra, será intensa y sostenida en estos próximos meses. Casi todos los bancos centrales relevantes, y desde luego el BCE, se incorporarán en breve a este movimiento que los mercados ya han descontado, provocando las mayores pérdidas conocidas en el mercado de bonos en muchas décadas y un serio correctivo en los mercados bursátiles. No sorprende. De momento, sin embargo, con un desenlace esperanzador: sólo hay expectativas de desaceleración, en un contexto de previsiones de crecimiento económico todavía notable.

Daniel Manzano y Javier Pino son socio y analista de Afi, respectivamente.

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