El consumo privado y la inversión impulsaron el PIB de la eurozona en el tercer trimestre
Eurostat confirma el dato de crecimiento del 0,4% entre julio y septiembre, con España como única gran economía que crece por encima del promedio
El consumo privado y la inversión fueron los dos factores principales de crecimiento del PIB en la eurozona en el tercer trimestre de este año, que repuntó dos décimas hasta el 0,4% en un periodo en el que se vio lastrado por el saldo negativo entre exportaciones e importaciones, según los últimos datos de Eurostat. En concreto, el consumo de los hogares creció un 0,5% entre julio y septiembre, mientras que la formación bruta de capital fijo, que supone el principal componente de la inversión, lo hizo un 2%. Entre los dos explican los 0,8 puntos de la expansión económica en el tercer trimestre (0,4 puntos cada uno). A ellos se suman la variación de existencias (el segundo componente de la inversión) y el gasto público, que aportan 0,4 puntos y 0,1 puntos, respectivamente, al crecimiento de la actividad económica en el mismo periodo.
Por el lado negativo, las importaciones a la zona euro aumentaron un tímido 0,2% entre julio y septiembre, mientras que las exportaciones disminuyeron un 1,5%, dos comportamientos que conducen a una aportación negativa al crecimiento económico de 0,9 puntos. En consecuencia, Eurostat confirma, en línea con el dato que ya adelantó, que el PIB de la eurozona se expandió un 0,4% en el tercer trimestre del año, una tasa que es dos décimas superior a la observada en el segundo trimestre y una décima más alta que la del primero.
En el conjunto de la UE, el comportamiento de la economía fue similar, con una subida en el tercer trimestre del 0,4% que se explica por el crecimiento de la variación de existencias (0,5 puntos), el consumo privado (0,3 puntos), la formación bruta de capital fijo (0,2 puntos) y el gasto público (0,1 puntos), a los que hay que restar el saldo negativo entre exportaciones e importaciones (-0,8 puntos).
Por países, los socios con mayores incrementos fueron Irlanda (3,5%), Dinamarca y Lituania (ambos un 1,2%), mientras que España registró una tasa de crecimiento del PIB del 0,8%, el doble que la media tanto de la eurozona como de la UE. De hecho, España fue la única de las cuatro grandes economías europeas con un comportamiento superior al promedio, puesto que el PIB de Francia aumentó un 0,4%, el de Alemania lo hizo un 0,1% y el de Italia se mantuvo estable (0%). Por contra, cinco Estados miembros registraron tasas negativas: fueron Austria, Polonia y Rumanía, con retrocesos del 0,1%, Letonia (-0,2%) y Hungría (-0,7%).
Con respecto al comportamiento del empleo, el número de personas con trabajo aumentó entre julio y septiembre de este año un 0,2% en los países de la zona euro y se mantuvo estable en el conjunto de la UE. Esto supone que en el tercer trimestre del año había en el bloque un total de 219,1 millones de personas empleadas en todos los Estados miembros y, de ellos, 170,9 millones trabajaban en países que utilizan la moneda común.
Los mayores incrementos del empleo fueron los de Croacia (1,5%), Irlanda (1,2%) y Malta (1%), seguidos de España, con una tasa del 0,6%. Las reducciones más importantes se observaron en Rumanía (-3,1%), Estonia (-1,2%) y Letonia (-0,6%). Con estos datos, Eurostat calcula que la productividad por persona empleada se mantuvo estable en la eurozona y aumentó un 0,3% en la UE en comparación con el mismo trimestre de 2023. Según el total de horas trabajadas, la productividad interanual creció un 0,5% en la zona euro y un 0,8% en todo el bloque.