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Camareros o agricultores, los que menos protestan: los sectores con peores condiciones registran menos huelgas

La mayor proporción de huelguistas se da en actividades vinculadas a la Administración Pública y a la industria. Hay muchos más parones en el norte que en el sur del país

Manifestación por el Primero de Mayo en Madrid.
Manifestación por el Primero de Mayo en Madrid.FERNANDO ALVARADO (EFE)
Emilio Sánchez Hidalgo

La huelga es el instrumento definitivo de los empleados para arrancar mejores condiciones laborales a los empresarios. La lógica básica podría conducir a pensar que debería haber más huelgas en los sectores en los que se acumulan más argumentos para protestar, aquellos en los que peores son los salarios, más largas son las jornadas de trabajo y más alta es la parcialidad. Sin embargo, como en tantos otros asuntos económicos, la realidad es más compleja. Las estadísticas oficiales muestran que las actividades con menos huelgas en España son justo las que concentran las peores condiciones laborales, como la hostelería, el empleo doméstico o la agricultura. A la vez, los sectores en los que más se protesta son la administración pública, la educación, la sanidad o la industria, actividades con mejores condiciones laborales que el promedio de la economía.

La principal fuente de análisis para entender el panorama de los parones laborales en España es la estadística del Ministerio de Trabajo. A lo largo de 2023, según este registro, 278.183 trabajadores participaron en huelgas en España. Es decir, un 1,41% de los 19,7 millones de afiliados que la Seguridad Social tenía contabilizados en diciembre del año pasado. La desagregación por sectores muestra grandes diferencias en función de la actividad. La clave en el desfase, indican los expertos, es la capacidad de los trabajadores para organizarse y la fuerza que atesoren respecto a la propiedad.

La mayor proporción de huelguistas se da en educación: el 4,99% de los empleados del sector pararon en algún momento del año. También es altísima (en comparación con el resto de sectores) la porción de huelguistas en la Administración pública, con un 3,51%. Estos dos sectores dependen casi del todo de lo público, donde las condiciones laborales son mejores que las del promedio de la economía. Frente a los 2.128 euros que cobraron de media los españoles en 2022 y jornadas pactadas de 38,2 horas semanales, en la administración pública se ganan 2.743 euros y se trabajan 35,9 horas. En educación se ganan 2.515 euros y la jornada pactada media es de 32,6 horas a la semana.

En tercer lugar en proporción de huelguistas se encuentran las actividades sanitarias y de servicios sociales (3,05%), también con mejores condiciones laborales que el promedio y estrechamente ligadas a lo público. Esta etiqueta agrupa dos realidades muy diferentes, la de los sanitarios de centros de salud y hospitales y la de los empleados en residencias de mayores. La mayoría de la conflictividad se encuentra en los primeros, con un 4,1% de huelguistas, frente al 1,4% de los segundos. Y en los primeros hay más centros de trabajo públicos que en los segundos.

Fernando Luján, vicesecretario general de Política Sindical de UGT, cree que la huelga es “una manifestación de la libertad sindical, una muestra de que los sindicatos están organizados en el sector”. Por ello, cree que en los que las centrales son más fuertes, donde una mayor porción de trabajadores está afiliada, es más probable que haya huelgas. Coincide Raúl Olmos, adjunto a la Secretaría de Acción Sindical de CC OO: “Donde los trabajadores están más organizados, es más probable que den el paso. Habitualmente hay mayor seguimiento en sectores con buena calidad de empleo que en los que es mala. A mayor estabilidad, más capacidad”. En su opinión, allí donde el trabajador teme menos perder el puesto de trabajo por hacer huelga, más posible es que se anime a protestar.

Según los últimos datos disponibles (de 2010, muy desfasados, pero con valor comparativo), justo los sectores con mayor proporción de empleados afiliados a un sindicato son la administración pública (33%), educación (24,8%) y actividades sanitarias y de servicios sociales (22,2%). También están por encima de la media (16%) la proporción de afiliados a sindicatos en transporte y almacenamiento (21,7%) y en industria (20,4%). Estos sectores destacan como las otras actividades con más parones que el promedio en 2023.

Más allá de estos factores estructurales, Olmos apunta otros coyunturales: “Cuando no hay una huelga general, hay conflictos específicos que condicionan toda la estadística. En el alto peso de la Administración pública en 2023 tienen mucho que ver las movilizaciones en justicia. El peso de sanidad y educación se da porque en años de elecciones autonómicas suele haber protestas en estos sectores”. En la misma línea, las protestas de la logística en Guadalajara o en el puerto de Barcelona impulsaron las huelgas en transporte y almacenamiento.

Luján indica que en algunos sectores se da lo que cataloga como “guerra fría”, actividades en las que, aunque los sindicatos tienen músculo, no hay huelgas en los últimos años porque ya se produjeron en el pasado y asentaron las condiciones de hoy. “En algunos sectores fueron hace años y ya no es necesario, como en el automóvil, con contadas excepciones”, explica. “Además”, continúa, “en centros de trabajo en los que los sindicatos hablan por el 90% de la plantilla, sabes que al negociar el empresario no se guarda nada. Esa representatividad te da fortaleza. A mejor organización de los trabajadores, mejores condiciones”.

Con todo, con algunas diferencias, tanto en 2022 como en 2019 la mayoría de sectores con más huelguistas fueron parecidos a los de 2023: o ligados a la industria o muy vinculados con lo público.

Año a año, los sectores con menos huelgas también suelen ser los mismos: en 2023 quedaron a la cola comercio (solo el 0,33% de los afiliados a la Seguridad Social participaron en huelgas), hostelería (0,20%), agrario (0,19%), construcción (0,15%), actividades inmobiliarias (0,04%) y empleo doméstico (0,01%). En todas estas actividades, todas de carácter privado casi al completo, el salario medio está por debajo del promedio de la economía. En el caso de las empleadas de hogar es menos de la mitad. Además, con la excepción de la construcción, en todos estos sectores las jornadas pactadas están por encima de la media.

Es una pescadilla que se muerde la cola”, opina Olmos. “En los sectores con más dificultades para organizarse, mayor precariedad”. Cree que hay actividades que están consiguiendo romper este círculo vicioso, como la ayuda a domicilio, “lo que repercute en mejores condiciones laborales vía movilización, pero en los que más dispersión hay, como en hostelería, es muy difícil”. Luján cree para estos sectores es importante “la negociación colectiva desde arriba, la que se hace desde la confederación (el poder central del sindicato)”. El mejor ejemplo de este tipo de diálogo es el Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva, que sindicatos y empresarios firmaron en mayo del año pasado y que marcaba una senda de subida de los salarios de entonces a 2025.

Euskadi lidera la protesta

El detalle por territorios incide en la conexión de cada actividad y el ánimo de los trabajadores para protestar. Las comunidades con más huelguistas en 2023 fueron justo aquellas con más protagonismo de actividad industriales, las más productivas de la economía: el 10,41% de los afiliados a la Seguridad Social en Euskadi hicieron huelga en 2023, mientras que en Navarra fueron el 4,89%. También están por encima de la media nacional (1,34%) en Galicia (2,35%) y Cataluña (1,58%). También quedaron por encima de la media en 2022 Cantabria (2,75%) y Asturias (1,42%), mientras que en 2019 se coló Aragón (1,42%). Es decir, siempre autonomías del norte del país.

En el lado contrario quedan las regiones menos desarrolladas, las que más dependen del turismo y la agricultura. En 2023 las regiones con menor proporción de huelguistas fueron Extremadura (0,30%), Canarias (0,27%), Murcia (0,26%) y la Comunidad Valenciana (0,23%).

Por provincias, las que más huelguistas concentraron en 2023 fueron las tras vascas, Álava(11,87%), Gipuzkoa (11,32%) y Bizkaia (9,33%), seguidas de Guadalajara (5,46%) y Navarra (4,89%). A la cola quedan Zamora (0,18%), Ávila (0,16%), Castellón (0,15%), Almería (0,12%) y Soria (0,11%).

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Sobre la firma

Emilio Sánchez Hidalgo
Redactor de Economía. Empezó su trayectoria en EL PAÍS en 2016 en Verne y se incorporó a Sociedad con el estallido del coronavirus, en 2020. Ha cubierto la erupción en La Palma y ha participado en la investigación de la pederastia en la Iglesia. Antes trabajó en la Cadena SER, en el diario AS y en medios locales de su ciudad, Alcalá de Henares.
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