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La presión del alquiler se dispara en seis provincias: más de 100 aspirantes por cada anuncio de piso y precios que suben más de un 40%

Un nuevo estudio mide la tensión del mercado en cada territorio. Las situaciones más desesperadas de los inquilinos para encontrar casa se dan en Baleares, Santa Cruz de Tenerife, Barcelona, Madrid, Valencia y Bizkaia

Viviendas de alquiler
Vista aérea de Palma, la capital de Baleares, el 12 de abril.MIQUEL A. BORRÀS (EFE)
José Luis Aranda

Los alquileres no dan tregua en España, pero en algunos sitios el mercado parece una olla exprés incapaz de liberar el vapor que se acumula, y en otros es más bien como un cazo que empieza a humear. Un nuevo informe de la compañía Alquiler Seguro, a cuyos datos ha tenido acceso por adelantado EL PAÍS, trata de medir la presión de los arrendamientos, que se traslada a las dificultades de muchos inquilinos para encontrar un piso o a los precios que tienen que pagar. Seis provincias se llevan la peor parte: Baleares, Santa Cruz de Tenerife, Barcelona, Madrid, Valencia y Bizkaia. En todas ellas la presión es “muy alta” según el análisis, lo que significa que por cada inmueble que se anuncia, aparecen más de 60 aspirantes alquilarlo. En las tres primeras se superan incluso los 100 candidatos, y Baleares, con 142, rompe todas las marcas y muestra la situación más desesperada para los que buscan casa.

Los datos se han hecho a partir de los casos de la propia compañía, que gestiona los arrendamientos de más de 23.000 viviendas en toda España. Partiendo de esa y otras fuentes, el estudio pone además el foco en otros dos aspectos, además de la fuerte demanda: la oferta y los precios. Ahí aparecen diferencias. Mientras que las seis provincias con mayor presión figuran entre las 10 más caras de España en números absolutos (de nuevo Baleares ocupa la primera posición con una media de 1.591 euros por casa), los importes respecto a antes de la pandemia no han crecido por igual. En ese apartado es Santa Cruz de Tenerife la que concentra un mayor encarecimiento, con un 44,6% entre 2019 y el primer trimestre de ese año. No obstante, está por detrás de otras cuatro provincias (Segovia, Ávila, Jaén y Alicante) donde los precios han escalado más, pero, sin embargo, el mercado siente menos presión.

Entre las seis provincias con mayor tensión de demanda, Valencia es la única que se sitúa en las 10 peores posiciones, tanto si se mira la caída de oferta, como la subida de precios, como los importes absolutos. Baleares, por ejemplo, aparece relativamente bien parada al mirar la variación de oferta (número de viviendas que salían al mercado en 2019 y en 2023), con una caída del 9,2%. Es un porcentaje abultado, pero sensiblemente menor que la media nacional. En el conjunto de España, la oferta se contrajo más de un 17% en cuatro años; y la situación va camino de agravarse porque, a partir de los datos del primer trimestre de 2024, el análisis proyecta que este año se anunciarán unos 750.000 pisos. Es decir, por debajo de los 800.000 del año pasado, que ya fue el más flojo desde 2019. Justo antes de la pandemia, la cifra superó los 980.000, y en 2021, con el movimiento de muchos inmuebles de otras modalidades de arrendamiento al de vivienda habitual como consecuencia de la covid, se rebasó la barrera del millón. Ahora todo apunta a que muchos hacen el camino inverso.

Alquileres un 24,7% más caros

En ese contexto de escasez general de vivienda, los precios han subido con alegría en los últimos tiempos. Según Alquiler Seguro, lo han hecho un 24,7% desde 2019. Es decir, que ahora la renta es una cuarta parte más cara. Esta media nacional supera lo que ha subido la inflación desde entonces (18,6% entre marzo de 2019 y marzo de 2024). En total, 45 provincias han visto subir las rentas por encima del IPC. Resulta llamativo, no obstante, que ni Madrid ni Barcelona, los dos mayores mercados, figuran entre los territorios con mayores incrementos. La región de la capital ocupa la posición 39ª, y la provincia catalana más poblada, la 31ª. Eso sí, en ambas la subida supera la media nacional.

Tras las seis provincias con mayor tensión en la demanda, otras dos aparecen en el análisis como territorios de presión “alta”. El patrón es similar: zonas caras y muy pobladas o con un fuerte componente turístico. Son Las Palmas y Gipuzkoa, ambas con unos 50 aspirantes por cada piso que sale al mercado. Además, hay tres (Álava, Navarra y Málaga) que figuran como zonas de presión “elevada”. Es llamativo el caso de la provincia andaluza, que figura entre las que han vivido un mayor crecimiento de precios y donde más se paga por el alquiler, pero donde los datos del estudio dan cuenta de una súbita relajación en lo que va de año (de 67 contactos por piso en 2023 a 31 en el arranque de este ejercicio). No obstante, señalan en la firma de intermediación de arrendamientos, la situación podría evolucionar conforme se acerca el verano, algo que también podría suceder en otras provincias por los efectos que el turismo tiene sobre su mercado inmobiliario. De hecho, la intención del nuevo Barómetro del Alquiler es publicar datos con periodicidad trimestral. Y sus creadores defienden que servirá como indicador adelantado para ver dónde el mercado puede complicarse (en la medida en que si en un lugar hay presión durante mucho tiempo, lo previsible es que los precios crezcan).

Por el contrario, 27 mercados provinciales tienen una presión considerada “normal” (hasta 15 contactos por inmueble). En el mapa se extienden en gran parte por el centro de la Península (excluyendo Madrid y alrededores) y por el noroeste. Pero llama la atención que también provincias costeras del sureste (Murcia, Almería y Granada) presentan una buena situación. En esta última puede influir que es la única, junto con Navarra, donde la oferta ha aumentado en los últimos tiempos.

Desde el punto de vista de los precios, la media para España alcanza los 1.069 euros de renta mensual. Es el importe que clava Las Palmas, mientras que seis provincias (Baleares, Barcelona, Madrid, Gipuzkoa, Bizkaia y Málaga) lo superan. Santa Cruz de Tenerife queda por debajo, pero todavía por encima de la barrera de 1.000 euros, lo mismo que sucede en Valencia.

En líneas generales, se observa mucha mayor correlación entre precios de vivienda absolutos y tensión de la demanda que con el resto de variables. Llama la atención que la escasa oferta (un argumento muy repetido por el sector, que ha alertado en innumerables ocasiones de que la ley de vivienda aprobada el año pasado espantaría a muchos caseros) no aparece como un factor diferencial en muchas de las provincias más tensas. No obstante, sí se ve menor oferta de pisos a nivel general, y además la propia presión de la demanda es un concepto que va unido de manera indisoluble con la falta de oferta (se retiren más o menos pisos, si hay demasiada demanda es que falta oferta). En cuanto a la variación de precios, tampoco se observa una relación directa en muchos casos. Pero es descriptivo de la situación que estos hayan subido en todas y cada una de las 50 provincias españolas, con diferentes porcentajes entre el 10,7% de Palencia y el 58,8% de Segovia.

El Barómetro es el primer estudio que la Fundación Alquiler Seguro ha presentado en el marco de un nuevo Observatorio del Alquiler. Para ello, la compañía ha firmado un acuerdo de colaboración con la Universidad Rey Juan Carlos. El objetivo es “ofrecer datos e información sobre el mercado del alquiler y promover la transparencia en el sector”. Fernando Pinto, profesor de Economía Aplicada en la citada universidad, ha destacado este miércoles en la presentación del observatorio el carácter “pionero” de la iniciativa y ha destacado que el nuevo dentro de análisis “trabaja con datos reales” del mercado, obtenidos de los contratos sobre los que tiene conocimiento la empresa, e intentará “evaluar el impacto de las políticas públicas que se lleven a cabo” en materia de arrendamiento.

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Sobre la firma

José Luis Aranda
Es redactor de la sección de Economía de EL PAÍS, diario donde entró a trabajar en 2008. Escribe habitualmente sobre temas de vivienda y referentes al sector inmobiliario. Es licenciado en Historia por la Universitat de València y Máster de Periodismo de EL PAÍS.
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