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¿Por qué resulta interesante tener un plan de pensiones de empleo?

Ofrece a empleados, empresas y autónomos una oportunidad de ahorro y de optimizar su fiscalidad. Aunque aún está poco implementado en España, la reforma de las pensiones respalda la previsión social desde la empresa: el objetivo es que en 2030, al menos la mitad de los trabajadores tenga un plan de empleo. ‘Vamos con tu futuro. Saber más para decidir mejor’ es un proyecto de Ibercaja con información para la toma de decisiones financieras

El empleado puede utilizar este sistema de ahorro a largo plazo para desgravarse por encima del límite general anual de 1.500 euros.
El empleado puede utilizar este sistema de ahorro a largo plazo para desgravarse por encima del límite general anual de 1.500 euros.

Los planes de pensiones de empleo son herramientas destinadas al ahorro para la jubilación gestionados e impulsadas por las empresas. En España son poco utilizados en comparación con otros países europeos, a pesar de las recientes modificaciones normativas que han simplificado su gestión e introducido significativas ventajas para empresas, empleados y trabajadores autónomos.

Según datos de Inverco, apenas el 1% de las empresas españolas promueven actualmente planes de pensiones para sus empleados y solo el 10% de los trabajadores disponen de este instrumento de ahorro para la jubilación. Sin embargo, este beneficio social suscita interés: es el segundo más valorado por los empleados, tras del seguro médico, de acuerdo con el VII Estudio sobre la situación de las pensiones en España, elaborado por KPMG.

La situación podría cambiar a partir de ahora. Con la Ley 12/2022, de Impulso de planes de pensiones de empleo, se pretende acercar a España al resto de países europeos y conseguir que en 2030 los planes de empleo se extiendan, al menos, al 50% de trabajadores.

Cada vez es más importante contratar un producto de ahorro a largo plazo que complemente la pensión futura. Cuanto antes mejor, ya que menor será el esfuerzo económico y mayor el potencial de revalorización
Arantza Barrera, directora de Negocio de Planes de Pensiones de Ibercaja Pensión

Se trata de un beneficio social habitualmente asociado a grandes empresas, pero que ahora brinda también a las pymes una amplia variedad de ventajas, desde aspectos sociales y gestión de recursos humanos hasta ganancias fiscales y eficiencia operativa. Además, para el trabajador, constituyen un método de ahorro considerable, gracias a sus beneficios fiscales.

“Cada vez es más importante contratar un producto de ahorro a largo plazo que complemente la pensión futura”, cuenta Arantza Barrera, directora de Negocio de Planes de Pensiones de Ibercaja Pensión. “Cuanto antes mejor, ya que menor será el esfuerzo económico y mayor el potencial de revalorización”. Con 35 años de experiencia en la gestión del ahorro para la jubilación, Ibercaja Pensión es la tercera gestora nacional de planes de pensiones de empleo, según la estadística trimestral de Inverco.

Ventajas sociales para las empresas

Los planes de pensiones desempeñan un papel importante como instrumentos de política retributiva: permiten a las empresas equilibrar los incrementos salariales con aportaciones a estas huchas para la jubilación. Asimismo, según los expertos, constituyen soluciones efectivas para fidelizar a los empleados y retener y atraer talento.

Al incorporar estos planes, las compañías manifiestan sensibilidad con la calidad de vida de sus trabajadores y refuerzan su reputación corporativa. Este enfoque no solo contribuye al bienestar financiero actual de los empleados, sino que se proyecta como una medida de peso en el contexto de una vida laboral más extensa y se anticipa a una posible reducción de las pensiones públicas en el futuro.

Beneficios fiscales y operativos

Las aportaciones realizadas por la empresa a los planes de pensiones de empleo, sean periódicas o extraordinarias, se consideran gastos deducibles en el Impuesto sobre Sociedades del ejercicio económico en que se efectúan. También existe una reducción en las cotizaciones a la Seguridad Social, eximiendo los primeros 128,86 euros de aportación mensual de la empresa a favor de cada trabajador.

Además, se contempla una deducción del 10% en la cuota íntegra del Impuesto sobre Sociedades para las contribuciones empresariales a estos planes, aplicable a trabajadores con retribuciones brutas anuales inferiores a 27.000 euros y, de manera proporcional, para salarios superiores a este umbral.

Tanto la implementación como el uso de los planes de pensiones de empleo por parte de las empresas se distinguen por su sencillez. Cada empresa, en consenso con sus trabajadores, determina aquello que más se adecúa a sus necesidades, como la antigüedad mínima para unirse al plan o las condiciones relacionadas con las aportaciones.

El trabajador también sale ganando

Las contribuciones realizadas por el empleador al plan de pensiones se consideran “salario diferido”. En consecuencia, en el IRPF, el trabajador solo tributará en el momento de la jubilación o al recibir la prestación debido a circunstancias específicas, como fallecimiento, incapacidad, desempleo de larga duración, enfermedad grave o dependencia. Además, estas contribuciones no están sujetas a retención a cuenta por IRPF en el año en el que se realizan.

Las aportaciones realizadas por la empresa a la Seguridad Social se suman a un sistema de doble ahorro: uno privado, derivado de las cantidades que se sumen al plan, y otro público, generado por un aumento en las contribuciones a la Seguridad Social, mejorando así la cobertura para los trabajadores.

Para el trabajador, un plan de empleo le permite constituir un ahorro para su jubilación y desgravarse por encima del límite general anual de 1.500 euros con un menor esfuerzo personal
Juan Linares, director de Asesoría Fiscal de Ibercaja

El empleado también puede utilizar este plan con el fin de ahorrar más dinero. “Para el trabajador, un plan de empleo le permite constituir un ahorro para su jubilación y desgravarse por encima del límite general anual de 1.500 euros con un menor esfuerzo personal”, explica Juan Linares, director de Asesoría Fiscal de Ibercaja, que alude al incremento adicional de hasta 8.500 euros en el límite de aportaciones a planes de pensiones para aquellos trabajadores por cuenta ajena que tengan un plan de empleo.

Aunque la desgravación fiscal de los planes de pensiones representa una ventaja, es posible maximizar su rentabilidad reinvirtiendo el ahorro fiscal generado cada año. Ibercaja ofrece una guía detallada sobre cómo optimizar la desgravación.

Ventajas para autónomos

Desde 2023, los trabajadores por cuenta también pueden adherirse a planes de pensiones de empleo simplificados de autónomos, con los que maximizar su ahorro y su desgravación fiscal. En este caso, pueden aumentar su desgravación por encima del límite general anual de 1.500 euros de aportaciones a planes de pensiones individuales con un incremento adicional de 4.250 euros.

Las aportaciones voluntarias, únicas o periódicas, reducen su base imponible del IRPF. De esta forma, podrían desgravarse hasta esos 5.750 euros al año o el 30% de la suma de los rendimientos netos del trabajo y las actividades económicas.

Mitos sobre los planes de pensiones de empleo

Empresarios y trabajadores pueden mostrar reservas al considerar la adhesión a un plan de pensiones de empleo. Ibercaja aclara estas falsas creencias.

Prejuicios frecuentes de algunos empresarios.

“Mis empleados tendrán un importante impacto fiscal en el momento del cobro”. Contar con un buen asesoramiento sobre cuándo y cómo rescatar el plan puede ayudar a minimizar el impacto fiscal.

“Será complicado instrumentarlo si no quieren adherirse todos los trabajadores”. La empresa debe ofrecerlo a todos los empleados. Si algún trabajador no quiere, no impide su implantación para el resto ni por ello se le compensa con otro beneficio.

“Es mejor aumentar el salario que incrementar la retribución con aportaciones a planes de pensiones”. En realidad, se trata de un salario diferido, que no tributa hasta el momento del cobro. El plan de empleo ayuda a constituir un hábito de ahorro y, además, se puede desgravar por encima del límite anual de aportaciones a planes individuales.

“No tengo tiempo para dedicarme a la contratación y gestión”. Los planes de promoción conjunta se caracterizan por la simplificación de los trámites de contratación y gestión.

“Habrá problemas con los empleados que ya tengan su propio plan de pensiones”. Los distintos planes son compatibles, permitiéndose traspasos del plan individual del trabajador al plan de la empresa. De hecho, con el plan de empleo se incrementa el límite de aportaciones a planes de pensiones.

“Me preocupan los beneficios, no me quiero atar con los trabajadores”. El compromiso de aportar a los planes de los empleados es flexible. Se puede ligar a beneficios o suspender siempre que esté pactado con los trabajadores y recogido en las condiciones del plan.

Dudas de los empleados.

“Es mejor obtener el salario en el presente que en diferido”. Este enfoque puede obstaculizar la capacidad de ahorro y afectar a la salud financiera. Además, complementará la pensión pública, que previsiblemente será de un importe menor a las actuales.

“¿Qué pasa si finalizo mi relación con la empresa?”. El saldo del plan de pensiones de empleo pertenece al trabajador. Si finaliza la relación laboral y así se recoge en las condiciones del plan, podría traspasarlo a otro plan de pensiones.

“¿Puedo llevar mi saldo a otro plan?”. Sólo si concluye la relación laboral con la empresa sin haberse producido ninguna de las contingencias contempladas en el plan.

 

 

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