Más de la mitad de las comunidades autónomas rebajó la tarifa del IRPF entre 2022 y 2024
Seis autonomías han modificado su normativa del impuesto sobre el patrimonio ante la entrada en vigor del gravamen sobre las grandes fortunas
El calentamiento de los precios vivido en los últimos años ha llevado a la mayoría de las comunidades a pisar el acelerador de las rebajas fiscales: más de la mitad de las autonomías redujeron su tarifa del IRPF entre 2022 y 2024. Algunas lo hicieron vía deflactación, otras disminuyeron los tipos hasta cierto umbral y otras más elevaron los mínimos personales y familiares u optaron por soluciones conjuntas. A la vez, la mayoría de los territorios ha mejorado las condiciones tributarias para recibir herencias y donaciones, confirmando una tendencia ya consolidada, y hasta siete comunidades modificaron su normativa ante la aprobación del impuesto de solidaridad a las grandes fortunas, según desglosa el Registro de Economistas Asesores Fiscales del Consejo General de Economistas (REAF-CGE) en la última edición de su Panorama de la Fiscalidad Autonómica y Foral 2024, presentada este martes.
La ola de rebajas no solo ha coincidido con el alza de precios; también ha influido el cambio de rumbo político tras las elecciones del pasasdo mayo, que llevaron al PP al poder en la mayoría de las comunidades. Las autonomías que han retocado las tarifas, tramos o mínimos del IRPF en estos últimos dos años, en los que la inflación ha golpeado con fuerza el bolsillo de consumidores y empresas, son Aragón, Canarias, Extremadura, Madrid y Navarra, ya en 2023; y en 2024 Baleares, Cantabria, La Rioja, el País Vasco y nuevamente Navarra —Canarias no ha renovado este ejercicio las medidas extraordinarias dictadas por la inflación—. Además, el grueso de los territorios ha introducido o ampliado deducciones e incentivos.
Madrid y la Comunidad Valenciana son las autonomías donde las rentas muy bajas menos tributan por IRPF. Donde más pagan es en el País Vasco, que a la vez es también la comunidad que mejor trata a las rentas medias. Asimismo, la Comunidad Valenciana es la que más grava los contribuyentes de altos ingresos, por encima de los 100.000 euros, mientras que Madrid es la que menos.
En sucesiones y donaciones también “hay una tendencia continuista a la baja, sobre todo entre familiares directos”, ha resaltado Raquel Jurado, del Servicio de Estudios del REAF-CGE. Varias comunidades han ampliado bonificaciones y reducciones, desde Baleares a Canarias, Comunidad Valenciana, Aragón, Extremadura o La Rioja. En donaciones el rumbo es el mismo, hacia la reducción de cargas vía bonificación, cambios en la base imponible y liquidable. En transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados, por el contrario, ha habido pocas novedades: solo Cantabria y Galicia han rebajado tipos.
Distinto es el caso del impuesto sobre el patrimonio, el que ha registrado más movimientos. Hasta 2022, solo Madrid y Andalucía lo tenían bonificado al 100%, y Galicia al 50%. Sin embargo, la creación del tributo de solidaridad a las grandes fortunas —y el cambio de color político en el grueso de los territorios— ha sacudido el mapa. Mientras que Andalucía ha decidido dar a sus contribuyentes la opción de elegir cuál de los dos impuestos pagar, si el autonómico o el estatal, Galicia ha establecido que la rebaja del 50% que contempla se restará del gravamen a las grandes fortunas. Madrid ha recuperado el impuesto sobre patrimonio a partir de los tres millones, que es el umbral a partir del cual hay que liquidar grandes fortunas; Aragón ha elevado el mínimo exento en el mismo tributo de 400.000 a 700.000 euros y Extremadura ha aprobado una bonificación del 100%, por lo que sus residentes solo pagarán el tributo estatal. Baleares ha incrementado el mínimo exento hasta los tres millones, y Cantabria ha introducido una bonificación al 100% en patrimonio hasta el mismo importe.
El informe no ofrece los datos de recaudación tributaria de las comunidades del último año, pero sí analiza la evolución de los ingresos desde 2007 hasta 2021, periodo en el que han crecido casi un 40%, sobre todo por el tirón de las grandes figuras fiscales —IRPF, IVA e impuestos especiales— y pese a la caída de patrimonio, ITP y AJD con el pinchazo de la burbuja.
Menos impuestos propios
Las comunidades autónomas pueden crear impuestos propios en materias que no estén reguladas por otras Administraciones. Esta capacidad normativa la han desarrollado sobre todo en el ámbito de la fiscalidad medioambiental, en la cual existe en España una gran laguna. En 2024 no se han creado nuevas figuras —salvo en la Comunidad Valenciana— y algunos territorios han tenido que suprimir o suspender algunos de sus gravámenes por la entrada en vigor del impuesto estatal sobre residuos, por lo que el número de tributos propios se ha reducido. Aun así, la cifra sigue siendo elevada, 59 gravámenes, pese a su escasa recaudación: en 2022 solo suponían el 2,2% del total de los ingresos tributarios de las autonomías. Cataluña es la que más tiene: 11.
Los impuestos o cánones sobre el agua son los que más recaudan, más del 60% del total. “Tendría muchísimo interés que se realizara una profunda revisión de los impuestos al agua en España”, ha recomendado durante la presentación del informe María José Portillo, profesora de la Universidad de Murcia. “En muchos casos es más costosa la gestión que lo que se recauda”, ha incidido Agustín Fernández, presidente del REAF, quien ha pedido abordar la reforma del sistema de financiación, una petición que también ha avanzado el el presidente del Consejo de Economistas: “El sistema de financiación autonómica se encuentra en una situación de agotamiento”.
Sigue toda la información de Economía y Negocios en Facebook y X, o en nuestra newsletter semanal
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.