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Endesa garantiza a Enel un dividendo mínimo de un euro hasta 2026 pese al revés del laudo

El fallo a favor de Qatar tendrá impacto de 300 millones en el beneficio neto de 2023. La segunda eléctrica española invertirá 8.900 millones en los tres próximos años

Ignacio Fariza
La sede de Endesa, en Madrid, en abril del año pasado.
La sede de Endesa, en Madrid, en abril del año pasado.SUSANA VERA (REUTERS)

Los 530 millones de euros del reciente laudo en contra de Endesa ya son visibles en las cuentas de la segunda eléctrica española, que rebaja su previsión de beneficios para este año de 1.400 a 1.100 millones de euros. Pese a este recorte, la voluntad de la empresa es aislar el dividendo en los próximos ejercicios para garantizar así una retribución sustancial a la italiana Enel, su primer accionista con el 70% del capital. De esta forma, la energética semipública que dirige Flavio Cattaneo y que necesita este dinero como el comer para repagar su deuda (60.000 millones), se asegura un pago mínimo de casi 3.600 millones hasta 2026.

Apenas 72 horas después de dar a conocer el fallo contrario a sus intereses en el contencioso que mantiene con una firma catarí de suministro de gas natural (Qatar Energy), la eléctrica se compromete a repartir un “mínimo garantizado” de un euro por acción en los tres próximos años. Un periodo en el que distribuirá siete de cada 10 euros ganados y en el que prevé sumar 400.000 clientes de mercado libre, con diferencia el más rentable para las eléctricas. Al final del periodo, estos deberían rondar los 7,5 millones, frente a los 7,1 actuales, según las cifras remitidas a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Sus acciones caen casi un 3% en las primeras horas de cotización de este jueves.

Aunque Endesa avisa de que el entorno inflacionario y la consecuente subida de tipos pueden provocar un “retraso” en la electrificación —un proceso fundamental para descarbonizar la economía—, sus previsiones apuntan a una fuerte recuperación en el consumo de electricidad en España en los próximos años. De esta forma, los 240 teravatios hora (TWh) proyectados para el cierre de 2023 pasarán a ser 248 TWh el año que viene (rozando los niveles prepandemia), 254 TWh en 2025 y 260 TWh en 2026.

En lo puramente financiero, las nuevas proyecciones prevén un aumento del 20% en su resultado ordinario neto respecto a sus previsiones anteriores (que iban de 2023 a 2025), al pasar de 5.000 a 6.000 millones de euros en el acumulado de todo el periodo. La deuda neta, por su parte, debería caer en un 15% respecto a los valores actuales, hasta una horquilla de entre 8.000 y 9.000 millones. Esta última es una métrica clave en un momento como el actual, tras la subida de tipos de interés más drástica desde que hay registros.

Confianza en que el impuesto a las energéticas termine en 2024

El nuevo plan estratégico, presentado este jueves por la compañía que dirige José Bogas —que no contempla la prórroga del impuesto extraordinario sobre la facturación de las energéticas más allá de 2024, pese al acuerdo de Gobierno entre PSOE y Sumar—, incluye una inversión de 8.900 millones de euros en España hasta 2026, con el foco puesto en dos ámbitos: redes y renovables. La capacidad de generación verde —un área en la que los márgenes “serán mayores” en los próximos años, según el director financiero de Endesa, Marco Palermo— crecerá en 3,6 gigavatios (GW) y cerrará 2026 en 13,9 GW. Para entonces, el 93% de la electricidad generada por la empresa debería ser libre de emisiones: o renovable o nuclear.

A diferencia de la mayoría de firmas del sector, más volcadas en la fotovoltaica, la eólica será mayoritaria en su mix de crecimiento: 2 GW, frente 1,6 GW de la solar. Las baterías, por su parte, van abriéndose paso con la promesa de poder arbitrar entre horas muy baratas (las diurnas) y muy caras (las nocturnas), y sumarán 0,2 GW de nuevo cuño.

Endesa ha aprovechado, también, la presentación del nuevo plan estratégico para reclamar una mejora en la retribución de las redes: las inversiones en este campo, subraya, deben estar “respaldadas” por una “remuneración adecuada”. En plata: pide que aumenten los peajes que se pagan en la factura de la luz para hacer frente a las ingentes inversiones que están por venir, tanto en transporte —responsabilidad de Red Eléctrica de España (REE)— como en distribución —del que se encargan las principales compañías eléctricas; entre ellas la filial de Enel en España—.

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Sobre la firma

Ignacio Fariza
Es redactor de la sección de Economía de EL PAÍS. Ha trabajado en las delegaciones del diario en Bruselas y Ciudad de México. Estudió Económicas y Periodismo en la Universidad Carlos III, y el Máster de Periodismo de EL PAÍS y la Universidad Autónoma de Madrid.

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