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Francia e Italia cierran filas para impedir que Alemania mutile la reforma de las reglas fiscales

París y Roma reclaman que el pacto de Estabilidad y Crecimiento abra espacio para las inversiones y no imponga corsés a la política

El ministro alemán de Finanzas, Christian Lindner (al centro), saludaba este viernes a los demás asistentes a la reunión del Ecofin, en Luxemburgo.
El ministro alemán de Finanzas, Christian Lindner (al centro), saludaba este viernes a los demás asistentes a la reunión del Ecofin, en Luxemburgo.Francois Lenoir (DPA / Europa Press)
Manuel V. Gómez

La reforma de las reglas fiscales en la Unión Europea entra en la fase decisiva. Y ahí ya se dibujan con claridad las posiciones que van a marcar los debates en los próximos meses y también las alianzas. Francia e Italia han reforzado la suya, en este campo no se ha notado la llegada de la ultraconservadora Giorgia Meloni a la presidencia del Gobierno. Un día después de que el ministro de Finanzas alemán, Christian Lindner, firmara junto a otros 10 ministros de países europeos un artículo que enmienda parte de la propuesta que lanzó la Comisión Europea a finales de abril, París y Roma han puesto pie en pared en la reunión del Ecofin de este viernes en Luxemburgo.

Inversión, compromiso con las normas fiscales y espacio en esas normas para la política y soberanía de cada Estado. Estos tres ejes han estado presentes en los discursos que han pronunciado el ministro de Finanzas de Francia, Bruno Le Maire, y el de Italia, Giancarlo Giorgetti. “Tenemos que garantizar las inversiones indispensables a principios de este siglo para la descarbonización, la defensa y las nuevas tecnologías. Europa no puede ser el continente que invierte menos cuando Estados Unidos y China invierten más […]. Estamos a favor de las normas que tengan en cuenta las decisiones de los Estados”, ha advertido Le Maire ante sus colegas de la UE en la reunión del Ecofin. Lo ha secundado su homólogo italiano: “Hace falta atención a la política de inversión, en particular para la transición ecológica y digital […]. Hay que respetar los aspectos técnicos y metodológicos, pero deben prevalecer sobre las consideraciones políticas”. La llegada de la ultraconservadora Giorgia Meloni al poder en Italia ha abierto una brecha considerable con Francia en otras materias, como la migratoria. En cambio, en la reforma del Pacto de Estabilidad y Crecimiento se ha mantenido donde lo dejó Mario Draghi, que firmó una primera propuesta con Emmanuel Macron.

La sintonía francoitaliana de este viernes se veía venir desde antes de comenzar la reunión del Ecofin. Sobre las 10 de la mañana, Le Maire y Giorgetti han escenificado una reunión pública en la cafetería del edificio del Consejo de la UE en Luxemburgo, delante de los periodistas. Después han entrado al encuentro con sus homólogos. Allí han dejado claro que les gusta la oferta de la Comisión: sendas de ajuste para cada país de cuatro años con la opción de ampliarlas a siete si hay compromisos de reformas e inversión, mantenimiento de los objetivos a largo plazo de déficit (no más de un 3% sobre el PIB) y deuda (el equivalente a un 60% de PIB) y unas normas comunes que huyen de fijar las mismas metas numéricas para todos.

Con ellos están otros países como Portugal y España. La posición española está muy cerca de la que tienen Francia e Italia, pero hay dos elementos que abren la posibilidad de que la vicepresidenta española y ministra de Economía, Nadia Calviño, marque una postura muy contundente. Uno es que a partir del 1 de julio, España asume la presidencia de la UE y le va a tocar coordinar los debates. Aunque todos sepan qué defiende Madrid (margen para la inversión, sendas de deuda individualizadas de cuatro años con opción de alargarse hasta los siete si hay compromisos de reformas e inversión y rechazo a objetivos comunes de ajuste numéricos e iguales para todos), tampoco puede escorarse inequívocamente de una de las partes. Suecia, país que ahora preside el Consejo, no firmó el artículo de este jueves pese a ser uno de los países que suelen alinearse en ese bloque.

Respuesta del sur a los frugales

El otro elemento tiene que ver con el papel que ha jugado Calviño hasta ahora. Ella firmó un documento con la ministra de Finanzas holandesa, Sigrid Kaag, que fue muy bien recibido por la Comisión por venir de países tradicionalmente en posiciones antagónicas cuando se trata de cuestiones fiscales. Facilitó el trabajo del Ejecutivo comunitario y ambos Estados han evitado reeditar los bloques tradicionales (norte vs. sur, frugales vs. mediterráneos). De hecho, Kaag tampoco ha suscrito el artículo del grupo liderado por Alemania.

El movimiento parece una respuesta al artículo que Lindner y otros 10 titulares de Finanzas (Austria, Dinamarca, Croacia, Eslovenia, Chequia, Bulgaria, Lituania, Letonia, Estonia y Luxemburgo), en el que llegan a cuestionar solapadamente la duración de las sendas de ajuste fiscal que propone la Comisión y reclaman objetivos numéricos comunes para todos los países. Varios de estos países han repetido las ideas esbozadas el día anterior.

Dinamarca y Austria, por ejemplo, han llegado a defender los mismos números que antes explicitaba Lindner, como cuando han hablado de una rebaja anual obligada de la deuda del 1% del PIB para aquellos países que tienen un mayor nivel de endeudamiento. Copenhague, no obstante, se ha mostrado abierta a negociar este punto.

Lindner, por su parte, no ha dejado pasar la ocasión de señalar implícitamente a Roma: “Con esto, un país que tenga una deuda del 140% [de deuda pública sobre su PIB] tardaría 80 años en llegar al 60% [objetivo del Pacto de Estabilidad y Crecimiento]”, ha señalado el titular de Finanzas alemán, utilizando en su ejemplo el nivel de deuda que viene a tener Italia.

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Sobre la firma

Manuel V. Gómez
Es corresponsal en Bruselas. Ha desarrollado casi toda su carrera en la sección de Economía de EL PAÍS, donde se ha encargado entre 2008 y 2021 de seguir el mercado laboral español, el sistema de pensiones y el diálogo social. Licenciado en Historia por la Universitat de València, en 2006 cursó el master de periodismo UAM/EL PAÍS.

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