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Iberdrola se alía con el Gobierno australiano en uno de los mayores proyectos de hidrógeno verde del mundo

La eléctrica española redobla su apuesta por el país oceánico, uno de los más atractivos del planeta para invertir en renovables

I. F.
Iberdrola
Logo de Iberdrola en la sede de la empresa en Bilbao.VINCENT WEST (REUTERS)

Iberdrola afianza su apuesta por el sector de las renovables en Australia. La eléctrica española ha anunciado este lunes un pacto con el Gobierno australiano y con un desarrollador local, ABEL Energy, para poner en marcha uno de los mayores proyectos de hidrógeno del mundo. La planta conjunta, valorada en 1.100 millones de euros, aspira a producir hasta 300.000 toneladas anuales de metanol verde, un combustible de bajas emisiones —que combina hidrógeno con dióxido de carbono capturado— en el que han puesto sus miras los gigantes del transporte marítimo. Empezará a operar en 2025.

La inversión en Bell Bay Powerfuels, el nombre que recibe la futura planta, combina tanto la generación renovable necesaria para generar el hidrógeno verde como el necesario desembolso en los electrolizadores, las máquinas que convierten la energía y el agua en este combustible, en el que descansan buena parte de las esperanzas de descarbonización de los sectores más difíciles de electrificar, como el transporte pesado o la industria que requiere calor en sus procesos. El proyecto supondrá, según Iberdrola, la creación de 500 empleos, entre directos e indirectos.

Antes de anunciar esta inversión, el objetivo de la energética española pasaba por alcanzar las 35.000 toneladas de hidrógeno verde al año en 2025 y multiplicar por diez esa cifra a finales de la década. Un dato sintetiza a la perfección el tamaño de esta nueva apuesta por Australia: cuando esté a pleno rendimiento, este proyecto aportará por sí mismo casi tanto como el resto de los 60 anunciados por Iberdrola hasta la fecha, localizados en España, Estados Unidos y la propia Australia.

En el comunicado, la eléctrica se jacta de haberse convertido en una de las primeras empresas en “ponerse al frente” del “nuevo reto tecnológico que supone la producción y suministro del hidrógeno verde”. Un movimiento similar, dice, que el que hizo dos décadas atrás con las energías renovables.

Desde 2020, cuando anunció la compra de Infigen Energy —una de las mayores empresas australianas de generación de energía renovable—, Iberdrola no ha dejado de aumentar su apuesta por el país oceánico, en el que contempla inversiones de entre 2.000 y 3.000 millones de euros en los próximos años.

Australia es uno de los mercados más atractivos del mundo para la inversión en eólica y, sobre todo, en fotovoltaica. Con un vastísimo potencial de viento y sol, cada vez son —y serán— más las horas de precios de derribo. Y generar hidrógeno con esa energía barata es una de las mejores alternativas posibles.

La inversión en Australia se ha hecho pública pocos días después de que la empresa presidida por Ignacio Sánchez Galán pidiese anular todos los acuerdos de comercialización de uno de sus proyectos estrella en EE UU: un enorme parque eólico marino en el que iba a invertir casi 4.000 millones.

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Sobre la firma

I. F.
Es redactor de la sección de Economía de EL PAÍS. Ha trabajado en las delegaciones del diario en Bruselas y Ciudad de México. Estudió Económicas y Periodismo en la Universidad Carlos III, y el Máster de Periodismo de EL PAÍS y la Universidad Autónoma de Madrid.

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