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Sam Bankman-Fried, fundador de FTX, detenido en las Bahamas a petición de Estados Unidos

Los supervisores le acusan de defraudar 10.000 millones de dólares a inversores y clientes. “Construyó un castillo de naipes mientras decía que era un edificio seguro”, afirma el regulador

Sam Bankman-Fried en el Capitolio, el 9 de febrero de 2022.Foto: SAUL LOEB (AFP) | Vídeo: EPV
Miguel Jiménez

Sam Bankman-Fried tenía este martes una cita en su agenda para declarar ante una comisión del Congreso de Estados Unidos. Iba a hacerlo virtualmente, desde las Bahamas, pero ya no se le espera. El multimillonario arruinado de las criptomonedas, fundador del mercado FTX, que ha entrado en bancarrota, ha sido detenido este lunes en Bahamas, según ha anunciado su Fiscalía General en un comunicado. La detención “se ha producido tras la recepción de la notificación formal de Estados Unidos de que ha presentado cargos penales contra él y es probable que solicite su extradición”, ha dicho.

El Departamento de Justicia acusa a Bankman-Fried de ocho delitos, incluido fraude a inversores y prestamistas, conspiración para blanqueo de dinero, fraude en los mercados de valores y hasta financiación ilícita de campaña, delitos penados con un máximo agregado de 115 años de cárcel. La fiscalía y los supervisores señalan que FTX fue un fraude desde el principio, pues desviaba dinero de los clientes a Alameda, un fondo de inversión de Sam Bankman-Fried.

El fundador de FTX se había convertido en uno de los principales donantes del Partido Demócrata, solo por detrás de George Soros. En relación con la investigación por financiación irregular de partidos y candidatos, la querella criminal no cita donaciones concretas. El fiscal ha señalado que hacía donaciones a ambos partidos de forma presuntamente delictiva, según los resultados de su investigación, aún en marcha.

La acusación penal no cifra la cantidad presuntamente defraudada, pero las demandas civiles de los supervisores financieros elevan el agujero a unos 10.000 millones de dólares por dos vías diferentes: 1.800 millones de inversores que compraron acciones de la empresa y más de 8.000 millones de dólares de clientes que han desaparecido.

La Comisión de Valores y Bolsa de Estados Unidos (la SEC) le acusa de defraudar a los inversores 1.800 millones de dólares a quienes compraron directamente acciones de la empresa. “Orquestó un fraude masivo de años de duración, desviando miles de millones de dólares de los fondos de los clientes de la plataforma de negociación para su propio beneficio personal y para ayudar a hacer crecer su imperio de criptomonedas”, sostiene el supervisor. El supervisor del mercado de futuros (la CFTC) ha presentado cargos por separado y en su acusación cifra el dinero de clientes que ha desaparecido en más de 8.000 millones de dólares.

“Sam Bankman-Fried construyó un castillo de naipes sobre un engaño mientras les decía a los inversores que era uno de los edificios más seguros de la industria cripto”, ha dicho el presidente de la SEC, Gary Gensler, a través de un comunicado.

La acusación de la SEC alega que mientras presentaba FTX como una plataforma segura y responsable, en realidad estaba orquestando un fraude de años de duración para ocultar a los inversores de FTX toda una serie de irregularidades. Entre ellas, el desvío secreto de los fondos de los clientes de FTX a Alameda Research, su fondo cripto privado; el trato especial otorgado a Alameda en la plataforma, incluida la concesión de una línea de crédito casi ilimitada que se financiaba con el dinero de los clientes de la plataforma y la exención de Alameda de ciertas medidas clave de mitigación de riesgos de FTX, y el riesgo no revelado derivado de la exposición de FTX a las importantes tenencias de Alameda de activos sobrevalorados y sin liquidez, como los tokens lanzados por la propia plataforma. La SEC le acusa de diversos cargos de fraude.

La demanda señala además que Bankman-Fried utilizó desde el principio los fondos de los clientes de FTX desviados a Alameda para realizar inversiones de riesgo no reveladas, compras suntuosas de bienes inmuebles y grandes donaciones políticas, básicamente al Partido Demócrata, aunque eso último no lo menciona en su escrito. Según la SEC, Bankman-Fried se llevó personalmente o a través de Alameda, 1.338 millones de dólares. Singh se llevó otros 554 millones de dólares y Wang, 224,7 millones.

FTX se convirtió en uno de los principales mercados de criptomonedas del mundo e hizo multimillonario a su fundador. A los 29 años, Sam Bankman-Fried tenía una fortuna estimada de 22.500 millones de dólares. Un año después vio evaporarse toda su riqueza en cuestión de días. Por el desvío de fondos a Alameda, FTX entró en una crisis de liquidez y se declaró en bancarrota el pasado 11 de noviembre después de que los inversores retirasen miles de millones de dólares y de que la firma Binance se echase atrás antes de cerrar un acuerdo para rescatarla. La caída de FTX ha provocado un efecto contagio en otras firmas del sector. La propia Binance sufrió este martes retiradas masivas de fondos de clientes.

Sin registrar

La plataforma global de negociación de criptodivisas fue fundada por Bankman-Fried, el exdirector de tecnología, Gary Wang, y otro directivo del grupo, Nishad Singh, en 2019. FTX permitía a los usuarios comprar, vender, mantener y prestar diversas criptodivisas, así como negociar con derivados de estas criptodivisas. En su punto álgido fue el tercer mayor mercado de criptomonedas en términos de volumen diario de operaciones, solo por detrás de Binance y Coinbase. Se valoró en 32.000 millones de dólares en sus recientes rondas de financiación. Tiene su sede en las Bahamas y antes la tenía en Hong Kong. Bankman-Fried también era propietario y fundador de Alameda Research (Alameda), una empresa de negociación de criptoactivos y capital de riesgo, fundada en 2017. Ni FTX ni sus filiales estaban registradas ante la SEC.

Sam Bankman-Fried, hijo de dos profesores de Derecho de la Universidad de Stanford, ha reiterado en diferentes entrevistas a medios estadounidenses que él no ha cometido ningún fraude, pero el Departamento de Justicia llevaba tiempo investigándole y analizando la posibilidad de presentar cargos penales contra él. Otros reguladores también le tenían en el punto de mira.

Pérdidas masivas

Cuando Bankman-Fried dejó la dirección del fallido mercado de criptomonedas, el nuevo responsable, John Ray III, se encontró un panorama desolador. Pese a haber sido el liquidador de Enron y de otras empresas en dificultades, este martes ha trasladado a los congresistas lo que ya declaró al juzgado que lleva la bancarrota: “Nunca en mi carrera había visto un fallo tan absoluto de los controles corporativos en todos los niveles de una organización, desde la falta de estados financieros hasta el fracaso total de cualquier control interno o gobernanza. Aunque nuestra investigación está en curso y habrá que esperar a su conclusión para conocer los detalles, el colapso del grupo FTX parece deberse a la concentración absoluta del control en manos de un grupo muy reducido de personas muy inexpertas y poco sofisticadas que no aplicaron prácticamente ninguno de los sistemas o controles necesarios para una empresa a la que se confía el dinero o los activos de otras personas”, según su testimonio inicial.

John J. Ray III, en la Comisión de Servicios Financieros de la Cámara de Representantes que estudia el derrumbe de FTX.
John J. Ray III, en la Comisión de Servicios Financieros de la Cámara de Representantes que estudia el derrumbe de FTX.ELIZABETH FRANTZ (REUTERS)

El escrito del liquidador ante el juzgado ya era una antología de disparates corporativos a cargo de Bankman-Fried y sus socios. Ahora, ante la Comisión de Servicios Financieros de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Ray III ha detallado más algunas de las irregularidades y de sus primeras conclusiones. Según el liquidador, los activos de los clientes de FTX se mezclaron con activos de la plataforma de negociación de Alameda y Alameda utilizó los fondos de los clientes y los activos digitales que tenían en la plataforma como garantía para realizar operaciones de alto riesgo, “que expusieron los fondos de los clientes a pérdidas masivas”. Desde finales de 2021, el grupo se dio una borrachera de 5.000 millones de dólares en compra de negocios e inversiones, “muchos de los cuales pueden valer solo una fracción de lo que se pagó por ellos”. Y se hicieron préstamos y otros pagos a personas vinculadas a FTX por más de 1.000 millones.

El mercado tiene más de un millón de acreedores y su pasivo está entre los 10.000 y los 50.000 millones de dólares. John Ray III se ha encontrado con que no sabe cuánto dinero tiene el grupo, cuáles son sus deudas ni quiénes los empleados, una firma sin cuentas fiables, en la que los desembolsos se aprobaban en chats mediante emoticonos, sin medidas de seguridad, sin control de sus activos digitales, sin registro ni documentación de sus activos e inversiones y con sospechosas salidas de dinero sin identificar. El liquidador cree que FTX ha usado fondos del grupo en las Bahamas para comprar casas y otros artículos personales para empleados y asesores.

Tras John Ray III debería haber declarado Sam Bankman-Fried.

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Sobre la firma

Miguel Jiménez
Corresponsal jefe de EL PAÍS en Estados Unidos. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS, donde ha sido redactor jefe de Economía y Negocios, subdirector y director adjunto y en el diario económico Cinco Días, del que fue director.

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