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Las palabras de Putin sobre un cambio positivo en las negociaciones dan un respiro a las Bolsas europeas

El Ibex cierra la mejor semana desde febrero del año pasado con un avance acumulado del 5,5%

Matteo Allievi
Vista general del parqué madrileño de la Bolsa.
Vista general del parqué madrileño de la Bolsa.Altea Tejido (EFE)

Los inversores pueden lanzar un suspiro de alivio. Las declaraciones del presidente ruso, Vladímir Putin, sobre nuevos avances en las conversaciones con Ucrania han tranquilizado las Bolsas europeas, que han cerrado la sesión con un moderado rebote. En su mejor semana desde febrero de 2021, el Ibex se ha apuntado un avance del 5,5%, tras la sangría de la anterior, cuando se dejó un 9%. Los otros parqués europeos también marcan buenos rendimientos, aunque más tímidos con respecto al selectivo español: el Dax alemán gana un 4%, el Cac francés un 3% y el Ftse MIB italiano un 2,5%. A pesar de las palabras alentadoras de Putin, los operadores no bajan la guardia: los bombardeos se aproximan al territorio de la UE y de la OTAN y la volatilidad experimentada por los mercados desde el comienzo de la guerra tanto en la renta variable como en las materias primas parece que ha venido para quedarse.

La incertidumbre sobre el conflicto en Ucrania y la decisión del Banco Central Europeo de acelerar el fin de la compra de deuda masiva han agitado los nervios de los operadores desde los primeros compases de la jornada. Entre continuas aceleraciones y frenadas, el Ibex ha cerrado este viernes con un avance del 0,90% y se ha mantenido por encima de los 8.100 puntos. Dentro del selectivo, Meliá, Acciona y Solaria han ocupado los mejores puestos —con ganancias por encima del 3%—, mientras que Repsol y Naturgy han sido los más penalizados, con pérdidas que rondan el 1%.

Del mismo modo, los otros índices europeos despiden la semana en verde, aunque lejos de los máximos registrados a lo largo de este viernes, con picos del 3%. Fráncfort ha subido un 1,38%; París un 0,85% y Milán un 0,64%. Según Juan José Fernández Figares, analista de Link Securities, si bien es normal que en un mercado bajista se produzcan fuertes repuntes puntuales, por el momento la tendencia en las acciones europeas es al descenso. “A corto plazo, solo un cambio radical en la marcha del conflicto de Ucrania podría alterar este escenario en las Bolsas”, añade.

Al otro lado del charco, Wall Street intenta recuperar terreno, tras cerrar en la víspera en rojo: la inflación de febrero al 7,9%, la más alta en cuatro décadas, fue difícil de digerir. Al cierre de los mercados europeos, el Dow Jones cotizaba en positivo, mientras que el S&P 500 cedía ligeras posiciones. Por su parte, los mercados asiáticos han despedido la semana con caídas generalizadas. El Nikkei de Tokio se ha dejado un 2%, mientras que el índice de Hong Kong un 1%.

El parqué de Moscú lleva dos semanas cerrado, en lo que supone el periodo de clausura más largo del parqué moscovita, superando incluso el registrado durante la crisis económica de 1998, ya que la última sesión celebrada en el mercado de valores ruso se remonta al pasado 25 de febrero. El precio del petróleo Brent, de referencia en Europa, ha repuntado ligeramente tras dos días a la baja y se ha situado en los 111 dólares por barril. El mercado de insumos sigue volátil ante la posibilidad de que Rusia recorte su oferta, mientras que los países consumidores tratan de diversificar sus fuentes de suministro. Los inversores están pendientes de las próximas decisiones de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), que debatirán sobre la posibilidad de aumentar su producción.

A la incertidumbre generada por la evolución del conflicto en el Este de Europa, se han sumado las maniobras de los bancos centrales en su política económica, que en la víspera han enfriado los movimientos del mercado. El inesperado anuncio del BCE de agilizar el fin de la compra de deuda masiva ha mostrado una actitud de línea más dura de lo que se esperaban los inversores. La presidenta del Eurobanco, Christine Lagarde, ha asegurado que la guerra en Ucrania agudizará la espiral inflacionista y ha apostado por seguir adelante con la reducción de las medidas de política monetaria. “El mayor riesgo es la inflación. Aunque los bancos centrales se apresuran a endurecer su política monetaria ya en la primera parte del año, mirando más allá, pueden tener dificultades si el crecimiento realmente comienza a verse afectado”, ha señalado a Bloomberg Fiona Cincotta, analista senior de mercado de City Index. Por su parte, Fráncfort no tiene prisa para elevar los tipos de interés —a diferencia de la Reserva Federal, que previsiblemente lo hará la próxima semana—, y ha abierto la puerta a una subida gradual en el último trimestre del año, una vez finalizado el programa de compra.

Los ojos de los inversores han estado puestos también en la cumbre europea de Versailles, en la que los líderes de la UE han discutido sobre las medidas que poner sobre la mesa para aumentar el gasto en defensa y en energía y reducir así la dependencia de los insumos rusos. Como en la pandemia, la guerra en Ucrania obliga al Viejo Continente a pensar fuera de la caja y a tomar decisiones históricas para rediseñar la arquitectura de su economía. Sin embargo, cuando cada país pone el acento en su propio interés, llegar a un acuerdo puede ser más complicado de lo previsto. Francia ha planteado que el nuevo gasto militar se financie, como el plan de recuperación tras la crisis de la covid, con deuda común. Una iniciativa que no ha encontrado el favor de países como Alemania y Holanda. En cambio, la cooperación se ha hecho sentir a la hora de descartar una adhesión rápida de Kiev a la UE, puesto que para llevar al cabo este procedimiento hay unos protocolos y unos tratados que respetar.

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