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Crisis económica del coronavirus
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Los flujos a emergentes miran a EE UU

Los países emergentes siguen lidiando con la pandemia y se enfrentan a riesgos idiosincrásicos, algunos derivados del malestar social

Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal.
Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal.Steven Senne AP

El aumento de las tasas de vacunación, principalmente en las economías desarrolladas, ha permitido una progresiva reapertura económica, que junto a la liberación de la demanda reprimida y del exceso de ahorro hacen que la economía mundial esté en vías de disfrutar de un notable repunte, acompañado de un incremento en la inflación, que en principio debería de ser temporal. Esta mejora es muy diferente a la del periodo posterior a la crisis financiera de 2008, que terminó siendo una década “perdida” de bajo crecimiento e inflación desaparecida.

En este escenario, desde el punto de vista de los flujos de inversión internacionales, los inversores se centran en factores como la retórica política, las medidas reguladoras, la situación de la pandemia y los riesgos idiosincrásicos en los mercados emergentes para obtener pistas de inversión. Y se plantean preguntas sobre lo que hay más allá del reinicio de la actividad mundial: ¿se reforzará el crecimiento potencial o la economía volverá a instalarse en un marco de crecimiento-inflación bajo? ¿Dónde se asentará la inflación a medio plazo, especialmente en el contexto de un estímulo fiscal masivo por parte de EE UU?

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Los flujos de cartera mundiales de las últimas semanas se han reorientado hacia los mercados desarrollados en lugar de los emergentes, con la excepción de China. Los emergentes siguen lidiando con la pandemia y se enfrentan a riesgos idiosincrásicos, algunos derivados del malestar social. La creciente preocupación por la inflación ha dejado a sus bancos centrales en una posición precaria, obligados a mantener los tipos de interés, o incluso a subirlos, a pesar de los riesgos a la baja para el crecimiento. Además, la fortaleza del dólar corre el riesgo de aumentar la preocupación por el pago de la deuda en moneda extranjera.

Afortunadamente, para los mercados emergentes la aceleración del crecimiento mundial es un factor clave. La Reserva Federal ha conseguido anclar las expectativas inflacionistas, y el fuerte repunte de los bonos del Tesoro de EE UU desde principios de junio refuerza la credibilidad de la nueva estrategia de objetivo de inflación media de la Fed. También el rebote de los precios de las materias primas debería seguir apoyando. Los flujos de entrada agregados son todavía positivos en los mercados emergentes, a pesar de la volatilidad y la visible moderación durante el segundo trimestre, y sugieren que la atracción de los inversores hacia ellos no se ha perdido del todo. Los inversores parecen confiar cada vez más en que las recientes subidas de la inflación serán transitorias y no obstaculizarán la recuperación económica. Y, en este contexto, también parecen dispuestos a ser pacientes para que los mercados emergentes vuelvan a la senda del crecimiento.

Sumedh Deorukhkar y Miguel Jiménez González-Anleo, BBVA Research.

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