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Gobierno y PP apelan al consenso sobre las reformas y los fondos de la UE

El secretario de Estado de Economía asegura, en el Foro Tendencias 2022 organizado por EL PAÍS, que este verano va a ser mejor que el anterior

La ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, durante su intervención en el Foro Tendencias 2022, organizado por EL PAÍS. En vídeo, Maroto advierte de la necesidad de un consenso político para la recuperación económica.Foto: SAMUEL SÁNCHEZ | EL PAÍS
Álvaro Sánchez

El Gobierno español y el Partido Popular intercambiaron este jueves mensajes apelando al consenso para afrontar la recuperación. El caldeado ambiente político ha impedido encontrar hasta ahora una posición de país sobre una cuestión tan trascendente como son las reformas e inversiones ligadas a los fondos europeos por venir. En medio de ese ruido, la ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, advirtió de las consecuencias de convertir los desembolsos en epicentro de una batalla política. “Afrontar la recuperación sin que haya consenso político lo podemos hacer, pero creo que no es ejemplar para España. Sirva también este foro para pedir ese consenso”, afirmó en el Foro Tendencias 2022 que organizó EL PAÍS en el Espacio Fundación Telefónica y patrocinan Abertis, Iberdrola, Iberia, Telefónica y Tendam. El rey Felipe VI presidió el acto.

Maroto aludió a su experiencia como ministra para asegurar que desde fuera también tienen en cuenta el factor político. “En el clima de negocios es muy importante no solo la regulación, que haya seguridad jurídica y proyectos de inversión, también lo es la estabilidad política. Debemos todos repensar en qué parte de la historia estamos”.

Momentos antes, la vicesecretaria general de Acción Sectorial del Partido Popular, Elvira Rodríguez, tendió la mano al Gobierno, mostrando la disposición de su partido a implicarse más en las negociaciones. “Nosotros, a priori, y lo aseguro aquí, no tenemos ningún problema en trabajar sobre las cosas importantes, que son estas, las cuestiones de futuro”. Durante una mesa redonda moderada por el corresponsal político-económico de EL PAÍS, Claudi Pérez, la representante popular ha señalado que el Gobierno debe dar pasos para que exista una cierta unidad de acción, siempre sujeta a la crítica. “Consenso son dos partes, no solo una. Y el consenso no es un contrato de adhesión”, ha matizado.

Mercedes Caballero, secretaria general de Fondos Europeos del Ministerio de Hacienda, ha defendido que el Gobierno ya se ha movido en esa dirección al crear la Conferencia Sectorial del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia para discutir con comunidades autónomas y ayuntamientos sobre cómo gestionar los desembolsos. “Ha habido voluntad de consenso, ha habido diálogo, se puede considerar mayor o menor, pero lo ha habido y lo va a haber mucho más, por las razones que exponía, porque sin cogobernanza es imposible ejecutar el plan”, insistió.

Para Rodríguez, del PP, el Gobierno no ha buscado el diálogo lo suficiente, ha centralizado demasiado las decisiones y no ha sido transparente. “Cuando lo que se pretende es cambiar el país y hacer reformas estructurales que nos hacen falta para generar crecimiento sostenido y empleo estable, parece normal que esto se debata con los principales partidos de la oposición con toda naturalidad. Durante los siete meses de confección del plan no hemos entrado para nada, pero no porque no hayamos querido entrar, sino porque no se nos ha dado oportunidad. El decreto ley lo conocimos por el BOE”, ha lamentado.

Luis Garicano, jefe de la delegación de Ciudadanos en el Parlamento Europeo y vicepresidente económico del grupo Renew Europe, uno de los hombres que participó más activamente en la fase inicial de confección del plan en Bruselas, se sumó a esa crítica al Gobierno. “El plan español ni siquiera se ha presentado en el Parlamento”, censuró. Garicano ha sido el más crítico con el plan de inversiones pergeñado por el Ejecutivo. “El plan de recuperación lo resumiría con una preocupación: cosas y no personas. Y yo preferiría personas y no cosas. Los problemas de España son tres básicamente: la precariedad laboral, el desempleo juvenil y el abandono escolar más altos de Europa. Esos son problemas de inversión en personas, en capital humano”.

El eurodiputado liberal cree que el plan español no sirve para atajar esos problemas estructurales, diagnosticados hace mucho tiempo, pero todavía vigentes, y que Bruselas no ha hecho suficiente hincapié en las reformas para evitar la confrontación con los Estados. “Mi preocupación es que el plan deje una sociedad donde la gente conduzca Teslas y tengamos las casas aisladas, pero muchos trabajadores que han aprendido a aislar casas luego se queden sin empleo. Una sociedad que en lo fundamental siga con problemas de precariedad, desempleo juvenil, y este exceso de ciclotimia del mercado de trabajo que hace que cuando algo va mal todo el mundo se vaya a la calle. Me hubiera gustado que hubiera una ambición transformadora más grande”, concluyó.

Garicano insistió en que no solo le preocupa que el dinero se gaste bien, sino que se gaste, a secas, por las dudas sobre si España será capaz de ejecutar el aluvión de fondos. Lorenzo Amor, presidente de la Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos-ATA y vicepresidente de la CEOE, reconoció que multinacionales como Iberdrola o Telefónica tienen un impacto muy positivo para el ecosistema de pymes que giran a su alrededor, pero llamó a no perder de vista la estructura empresarial española, muy dependiente de pequeñas firmas. “Un plan de tal cantidad de millones que no tiene en cuenta a la realidad del tejido empresarial de España, y también de la UE, conformada mayoritariamente por pymes y autónomos, es un plan que puede tener poca eficacia”, advirtió.

Para Amor, en la primera fase de la reforma de pensiones “la música suena muy bien”. No así la reforma laboral: “Como dijo la CEOE claramente, estamos totalmente en contra de esta reforma como está planteada ahora mismo, pero vamos a negociarla con la lealtad institucional que siempre nos ha caracterizado”, garantizó.

García Andrés: “Todos los indicadores apuntan a que la recuperación está en marcha”

Tras un comienzo de año titubeante en el que la pandemia siguió demorando la esperada salida de la crisis, el optimismo se ha adueñado del Gobierno. El secretario de Estado de Economía y Apoyo a la Empresa, Gonzalo García Andrés, ha anticipado un segundo trimestre vigoroso, en el que la actividad ya ha comenzado la carrera hacia sus umbrales previos al virus. “Todos los indicadores apuntan a que la recuperación está en marcha. Hemos venido siguiendo los de alta frecuencia y el primer hito es la normalización de la movilidad y la confianza. Y esa recuperación de las expectativas de empresas y trabajadores nos llevará a un nivel de actividad similar al que hubiéramos tenido en 2019″, ha asegurado.

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En conversación con Miguel Jiménez, director adjunto de EL PAÍS, el político madrileño ha anticipado un verano “mucho mejor que el del año pasado”, aunque aún por debajo del de 2019. “Todavía estamos en una pandemia, y por tanto el flujo internacional de pasajeros no va a ser igual”, ha reconocido. La temporada turística, sin embargo, gana tracción según los datos que maneja el Gobierno de reservas y tráfico aéreo.

La apertura del foro corrió a cargo del director de EL PAÍS, Javier Moreno. En su intervención destacó que tras meses sin claridad sobre el futuro, con todos los esfuerzos concentrados en evitar la catástrofe sanitaria y económica, la situación ha virado. “Hoy el panorama es otro. Con más del 50% de la población en España con al menos una dosis de la vacuna, el fin de la pandemia parece cada vez más cerca y más claro”.

García Andrés, que le siguió en el estrado como primer ponente, se mostró confiado en que España recuperará el nivel de empleo previo a la pandemia durante este año, aunque admitió que el PIB tardará un poco más, hasta 2022, la misma fecha que manejan organismos como el Banco de España. El secretario de Estado, que sustituyó a Ana de la Cueva al frente del área de Economía hace solo mes y medio, señaló que todavía hay 465.000 trabajadores en ERTE, el 44% de ellos en el sector hostelero, pero recordó que desde el peor momento de la tercera ola se han activado 1,3 millones de empleos. Y sacó a colación los buenos datos para junio que proyectó la semana pasada el ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá.

Los fondos europeos se presentan desde hace meses como el gran acicate para la actividad, pero los sucesivos retrasos en los desembolsos han desatado ciertas dudas. El secretario de Estado reclama paciencia. “Los efectos se van a tener que ver en los tres años en que se van a concentrar la inversión y las reformas, pero el horizonte es mucho mayor, la idea es que la ejecución de las inversiones y las reformas supongan mayor crecimiento y cohesión territorial para los próximos 15 o 20 años”.

Entre las reformas, una de las más complejas de sacar adelante es la del sistema de pensiones. Y García Andrés anticipó que el acuerdo está muy cerca. “Cuando tenemos un horizonte de 20 o 30 años, el que tarden unos días más o menos no es lo importante”, dijo. “Hay reformas que se aprueban muy rápido y luego no se aplican. Las reformas buenas y las que duran son las que cuestan”, añadió.

En el flanco laboral, afirmó que el diálogo social está en marcha para llevar a cabo la reforma, pero insistió en que no es una tarea sencilla. “Si fuera fácil acabar con el exceso de temporalidad, el paro estructural y la situación de los jóvenes en el mercado laboral, hablaría muy mal de nuestro marco institucional y político”. El secretario de Estado no quiso entrar en los desencuentros en el seno del Gobierno sobre el salario mínimo, y prometió que se cumplirá el objetivo de que este alcance el 60% del salario medio al final de la legislatura.


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Sobre la firma

Álvaro Sánchez
Redactor de Economía. Ha sido corresponsal de EL PAÍS en Bruselas y colaborador de la Cadena SER en la capital comunitaria. Antes pasó por el diario mexicano El Mundo y medios locales como el Diario de Cádiz. Es licenciado en Periodismo por la Universidad de Sevilla y Máster de periodismo de EL PAÍS.

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