Los precios suben un 2,7% en mayo, su mayor nivel en cuatro años
El INE señala la subida del precio del combustible como detonante del aumento de la inflación
Los precios subieron un 2,7% en mayo respecto al mismo mes de 2020, un incremento que supera al de abril en cinco décimas, según los datos preliminares avanzados este lunes por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Con este repunte, la inflación escala hasta niveles inéditos en cuatro años: el Índice de Precios al Consumo (IPC) no alcanzaba niveles tan altos desde febrero de 2017, cuando se situó en el 3%.
El INE achaca la subida al aumento del precio del combustible. Como sucediera en abril, la comparación con los datos del año pasado, cuando los precios de los carburantes y de la electricidad se hundieron debido a las restricciones a la movilidad derivadas de la pandemia, tienen una gran influencia en la subida de mayo. Si se toma únicamente la inflación subyacente, que excluye los elementos más volátiles (energía y alimentos), los precios subieron en mayo en dos décimas, hasta el 0,2%, un indicador de que el incremento puede tener carácter transitorio. La oficina estadística española publicará los datos definitivos el próximo 11 de junio, aunque los cambios no son habituales, y suelen confirmar los datos previos.
Pese a que la recuperación no ha despegado en el primer trimestre del año —la economía española se contrajo un 0,5% en los primeros tres meses—, los precios han dejado atrás este ejercicio la atonía del curso pasado, cuando se movieron en negativo durante diez meses, entre marzo y diciembre. La tendencia, sin embargo no se rompió por el alza del consumo, sino por las consecuencias de la ola de frío y el temporal Filomena, que elevó la demanda de electricidad presionando los precios, y devolvió el índice a terreno positivo.
Aunque las autoridades ya preveían un alza de los precios, la pujante salida de la crisis está alimentando el miedo a una ola de inflación que obligue a los bancos centrales a retirar estímulos cuando la recuperación no ha terminado de asentarse. Sin embargo, tanto en EE UU como en Europa la percepción sigue siendo que la alta inflación es coyuntural, y no ha llegado para quedarse.
España no es un caso aislado. Los precios subieron en abril un 4,2% en EE<TH>UU, provocando cierta preocupación entre los inversores. Y ayer se conoció también que el IPC subió en mayo un 2,4%, récord desde octubre de 2018, en Alemania, un país donde este indicador se vigila muy de cerca.
Para Carsten Brzeski, analista de ING, el hecho de que la inflación alemana haya pasado de estar siete décimas en negativo en diciembre a las actuales tasas puede avivar la presión hacia el BCE desde las voces más ortodoxas en política monetaria. “Será motivo de preocupación para muchos alemanes, y la mala noticia es que hay más inflación por venir con las interrupciones en las cadenas de suministro, el aumento del precio de los contenedores, los problemas de entrega con los semiconductores y los elevados precios de las materias primas”, pronostica.
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