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Rivero: “Desistí de la operación para entrar en el BBVA cuando vi arder la Torre Windsor”

El expresidente de Sacyr relaciona ante el juez el incendio con una forma de defensa de González, expresidente del BBVA, y afirma que sufrió “fuego graneado” de ciertos medios

Íñigo de Barrón
El expresidente de Sacyr, Luis del Rivero. Efe
El expresidente de Sacyr, Luis del Rivero. Efe

Luis del Rivero, presidente de Sacyr en 2004, cuando trató de entrar en el consejo del BBVA, compareció ayer como testigo ante la Audiencia Nacional, que investiga las actuaciones del comisario jubilado José Manuel Villarejo en relación con esta entidad financiera. El empresario aseguró que su operación fracasó por la campaña de acoso con difamaciones en algunos medios y tras el incendio del edificio Windsor en Madrid, que relacionó con una defensa de Francisco González, expresidente del BBVA, tras la venta de FG Valores a Merril Lynch y la posterior investigación de la Fiscalía Anticorrupción.

El abogado de González sostuvo que hasta marzo no se supo que los documentos de FG Valores estaban en el Windsor por lo que cuestionó la versión de Del Rivero. También dijo que Sacyr solo tuvo opciones sobre acciones, no títulos, algo que desmintió Del Rivero diciendo que cuando vendieron los títulos obtuvieron 148 millones.

“Desistí de entrar en el BBVA cuando vi arder la Torre Windsor”, afirmó Del Rivero. El empresario aseguró que no quería hacer imputaciones o acusaciones directas, pero sí estableció una relación entre el incendio de la torre de la zona financiera de Madrid y el expresidente del BBVA, Francisco González. En ese edificio estaba la sede de Deloitte, la auditora que guardaba los documentos de la venta de FG Valores a Merrill Lynch, una operación que la Fiscalía Anticorrupción investigaba por posibles deficiencias contables en la sociedad de valores del banquero.

Tras el incendio no se pudieron entregar los documentos, de los que no había más copias, según la consultora. El caso quedó archivado. Ni las investigaciones de la policía ni de la justicia pudieron demostrar que el incendio fuera intencionado, ni que el incidente tuviera relación con la destrucción de documentos que sugiere Del Rivero.

Los detalles sobre el incendio

A preguntas de su abogado, explicó que tras el incendio dio orden a Société Générale para vender las acciones. Anticorrupción le pidió que aclarara la relación entre un hecho y otro. Con imprecisiones, Rivero dijo que, para él, el incendio fue una demostración de cómo se pueden hacer desaparecer documentos porque era de dominio público, “y el consejo de Sacyr lo sabía, que Anticorrupción investigaba los papeles de la compra de FG Valores por parte de Merrill Lynch”.

El abogado de González le preguntó si en el consejo de Sacyr se habló del incendio del Windsor como un motivo para deshacer la operación. Del Rivero no lo aclaró. A continuación le cuestionó su teoría al decir que hasta marzo no se supo que los papeles de FG Valores estaban en el Windsor por lo que no era posible que en febrero desistiera de la operación por este motivo. El constructor aseguró que él tenía sus fuentes y que sí sabía en aquel momento que ahí estaban los papeles que reclamó Anticorrupción.

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El letrado que defiende a González cuestionó la capacidad financiera de Sacyr para hacer la operación y le recordó los hechos relevantes en donde la constructora decía que tenía opciones. El constructor admitió que eran opciones sobre acciones y que la compra real de títulos era del 0,4% del BBVA.

Ante la insistencia en que no tenía títulos sino opciones, Del Rivero aseguró que tuvo un préstamo sobre acciones pignoradas de Sacyr que le daba derecho a títulos del banco: “La prueba es que tras la venta, tuvimos un beneficio real de 148 millones”. El abogado de Villarejo también le cuestionó su falta de recursos. El exdirectivo de Sacyr replicó que poco después invirtieron “más de 6.000 millones en acciones de Repsol”. “Sí teníamos músculo financiero”, añadió.

Neguri y Sacyr sumaban el 9% del BBVA

Del Rivero afirmó que junto a los viejos accionistas del BBVA, 82 familias vascas que aportarían casi otro 5%, podían reunir hasta el 9% del capital. Su intención era pedir de tres a cinco consejeros en el BBVA. Recordó que Jaime Caruana, entonces gobernador del Banco de España y hoy consejero del BBVA, les dijo que para tener un consejero necesitaría el 6,6% del capital y que si llegaban al 10% les exigiría lanzar una opa porque consideraba que era posición de dominio, aunque el límite legal para opas era el 25%.

Para Del Rivero este argumento choca con el hecho de que de todo el consejo del BBVA, “solo Telefónica tenía el 1% de las acciones”. “Todos los demás consejeros no tenían nada y a nosotros se nos exigía tanto. Creo que la actuación del gobernador fue premiada después cuando se le hizo consejero del BBVA”, afirmó.

Respecto a otras razones que acabaron con la operación, Del Rivero aseguró que fue “la campaña brutal que realizaron varios medios de comunicación, con falsedades” como atribuirle delitos ecológicos y robo de agua en Murcia, “que publicó El Mundo en primera página y otras informaciones de El Confidencial y ABC “que me demostraron la gran capacidad de penetración de Villarejo en estos grupo”.

También declararon los principales ejecutivos que acompañaron a Del Rivero. Todos dijeron que lo peor fue “la campaña mediática salvaje de todos los medios”. El magistrado, Manuel García Castellón, preguntó a varios de los testigos si la campaña fue general o más de unos medios de derechas o de izquierdas. Coincidieron en señalar que fue general, “alimentada por González y el banco”, indicó José Domingo Ampuero, exvicepresidente del BBVA que fue obligado a dimitir por el entonces presidente tras conocerse las inversiones del banco en Jersey. En su opinión, la operación fracasó por ese acoso contra su reputación. “Hasta mis escoltas se dedicaban a espiarme”, dijo.

Miguel Sebastián, exdirectivo del BBVA y director de la oficina económica de La Moncloa en 2004, negó la participación del Santander en la operación, como sugirieron los papeles de Villarejo. Aseguró que fue víctima de una campaña mediática de desprestigio dirigida por el banco que le perjudicó profesionalmente cuando optó a otros trabajos y que fue atacado al hacer pública su homosexualidad. “No lo he ocultado en mi círculo privado, pero no es algo que me gusta hacer público. Me dijeron que el presidente del banco me estaba buscando novios, pero no los encontraba porque no hacía más que trabajar”, comentó.

Asaltos a la CNMV y a la casa de Arenillas

Carlos Arenillas, exvicepresidente de la CNMV, también declaró como testigo con uno de los relatos más duros de la jornada. Comentó lo que entiende que fue el resultado de la actuación de Villarejo por orden del BBVA: un asalto a la sede de la Comisión en julio de 2005, otro a su vivienda en diciembre de 2004, varios seguimientos físicos a su coche —la policía nunca aclaró quiénes los hicieron— y pinchazos de su móvil. En su opinión, estas actuaciones que se hacían con cierto exhibicionismo buscaban mandar el mensaje de que ellos podían llegar a todos los sitios, “transmitir la sensación de que éramos vulnerables”.

Arenillas también citó la existencia de una denuncia falsa contra Intermoney, su anterior empresa, que la CNMV investigó, aunque el entonces presidente, Manuel Conthe, no le informó. No supo de la existencia de esta denuncia falsa, “de la que habla Villarejo y Julio Corrochano, el exjefe de Seguridad del BBVA en varias ocasiones en las grabaciones, hasta que Conthe abandonó la CNMV y me lo contó algún funcionario”, dijo. Y añadió: “Fui hostigado por varios medios y sufrí acoso político”.

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Sobre la firma

Íñigo de Barrón
Es corresponsal financiero de EL PAÍS y lleva casi dos décadas cubriendo la evolución del sistema bancario y las crisis que lo han transformado. Es autor de El hundimiento de la banca y en su cuenta de Twitter afirma que "saber de economía hace más fuertes a los ciudadanos". Antes trabajó en Expansión, Actualidad Económica, Europa Press y Deia.

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