Las Bolsas desoyen a la Fed y caen arrastradas por las discrepancias en torno al plan de estímulos en EE UU

Subidas en una montaña rusa con más tramos de bajada que de subida, las Bolsas vuelven este lunes al rojo. La falta de acuerdo en el Senado de Estados Unidos sobre el multimillonario plan de estímulos propuesto por la Casa Blanca y el aumento en el número de contagiados y fallecidos por coronavirus durante el fin de semana golpean al Ibex 35, que cerró la sesión con una caída del 3,3%. Con esta nueva recaída, el selectivo español borra prácticamente por completo las ganancias cosechadas el jueves y el viernes pasado, cuando el programa de compra de deuda por 750.000 millones de dólares anunciado por el Banco Central Europeo (BCE) dio un respiro a las primas de riesgo de Italia y España y, de paso, también a los inversores en renta variable. Y se desploma casi un 40% desde mediados de febrero. Ni siquiera la promesa de la Reserva Federal de comprar deuda “ilimitadamente”, hasta lograr la estabilización de los mercados y "la correcta transmisión de la política monetaria”, logró reducir las pérdidas. Tras una primera reacción inicial positiva tanto de los parqués estadounidenses como de los europeos, los números rojos volvieron a imponer su ley.

Más allá del obvio gran problema de fondo ―una economía maniatada por la cuarentena a ambas orillas del Atlántico, con los balances de contagios y fallecimientos picando al alza en Europa y en EE UU―, el principal escollo para las Bolsas era este lunes la negativa de los demócratas en la Cámara alta al plan de estímulo de dos billones dólares (1,87 millones de euros) esbozado la semana pasada por la Casa Blanca y que incluye transferencias directas de dinero a los hogares para que vuelvan a consumir cuando termine la película de terror de la que están siendo protagonistas. La minoría del Senado lo considera demasiado tibio en aspectos como los programas de protección a los empleados de las compañías que tengan que ser rescatadas y la cobertura sanitaria de los más vulnerables: quiere más, y las negociaciones continuarán en los próximos días. Sin embargo, como advierte Paul Donovan, economista jefe del banco UBS, “cuanto más se retrase el visto bueno al programa, de mayor cuantía tendrá que ser”.

La dispersión de las previsiones económicas, como destaca en Bloomberg el economista jefe de KPMG, Constance Hunter, tampoco ayuda: “Ilustra la ausencia de precedentes para una situación como esta. Es una crisis sanitaria que está mutando en crisis financiera”. Aunque él, como otros analistas, esperaba que la recuperación futura fuese tan fuerte como la caída, ahora ve un escenario más complicado cuando la emergencia sanitaria desaparezca del horizonte: la recuperación en V (rebote contundente tras el desplome de la economía) pasa a ser una L de salida incierta, dice. Ante la duda, los inversores prefieren hacer caja. Menos alarmistas se muestran los estrategas de Natixis. “Los mercados están descontando una recesión, pero no una prolongada. Los riesgos a la baja permanecen y se necesita un mayor apoyo fiscal para tranquilizar a los mercados, aunque creemos que los riesgos sistémicos permanecen bajos y mantenemos un escenario de lenta recuperación”, apuntan.

Algo más de tranquilidad se vive este lunes en el mercado de divisas, donde, tras una fulgurante apreciación del dólar en prácticamente todos sus cruces durante semanas, el billete verde se repliega frente al euro y otras grandes monedas gracias a las inyecciones de liquidez de la Reserva Federal. EE UU es el primer interesado en que su divisa no se vaya por las nubes para que, cuando vuelva la normalidad, no se encarezcan sus exportaciones. Pero esa normalidad anhelada aún luce lejana.

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