Manual urgente para inversores novatos en Bolsa: errores a evitar
Invertir sin intermediarios en renta variable tiene sus ventajas, pero debe de conocer el terreno que pisa antes de dar el salto al parqué
Comprar acciones en Bolsa puede ser una aventura apasionante y entretenida en la que medirse con el mercado y lograr vencerle arañándole unas ganancias. Es el propio control frente a delegar las decisiones de inversión en terceros. Aquí, lógicamente, hay siempre opiniones encontradas. Estas son las claves que dan los expertos para comenzar esta andadura salpicada muchas veces de éxitos y otras de sinsabores.
- Primero, fórmese. Desde el Instituto de Estudios Bursátiles, Javier Niederleytner, profesor del máster en Bolsa y Mercados Financieros recomienda formarse en una escuela de negocios. Sin embargo, en numerosos libros o en Internet se puede encontrar mucha literatura para empezar a conocer el mercado bursátil. “Es precisamente el principal riesgo, lanzarse a invertir sin tener conocimientos suficientes o hacer cursos online sin garantía de que la información que se brinda sea realmente de un experto”, dice Niederleytner.
- Estrene con poco capital. Estamos empezando a entrar en Bolsa y hay que probar y probarnos. Por eso, los expertos recomiendan comenzar con una inversión pequeña, que no supere los 10.000 ó 15.000 euros. Una vez que veamos resultados y avancemos en conocimientos podremos ir aumentando estas cifras.
- Invierta con dinero sobrante. Para ir a la Bolsa y ante el riesgo evidente de pérdidas, lo lógico es destinar un dinero sobrante que sabemos no necesitaremos durante un periodo de tiempo prolongado. Eso nos hará tomar decisiones con mayor tranquilidad y frialdad.
- Busque negocios que entienda. Esta premisa debe ser aplicada tanto al inversor novato como al más experimentado. Está comprando un negocio y, por tanto, debe conocer a qué se dedica, comprenderlo bien y, por supuesto, seguir su evolución.
- Sepa cuánto tiempo puede mantener esta inversión. Es clave marcarse un horizonte temporal. La experiencia demuestra que la inversión en Bolsa debe hacerse a, al menos, dos años vista.
- Conozca la pérdida que puede asumir. ¿Cuánto está dispuesto a perder con su inversión en Bolsa? Es una pregunta clave que debe hacerse antes de embarcarse en esta aventura. Si lamentablemente llega a ese tope, lo recomendable es vender y no esperar sine die a que se recupere. Hay muchos más valores en el mercado y es mejor volver a empezar. Existen instrumentos como los stop loss para fijar un nivel de caída a partir del cual las acciones se venden automáticamente.
- Infórmese sobre los valores elegidos. Los negocios evolucionan para bien y para mal y el inversor es socio de esos negocios. Debe seguir la actualidad de las empresas en las que ha depositado su confianza. Los medios de comunicación facilitan muchos informes y opiniones de firmas de Bolsa y bancos de inversión sobre las expectativas de los valores y la marcha de sus negocios. También contará con una exhaustiva información sobre beneficios y operaciones financieras a través de los registros oficiales de la CNMV y de numerosas webs. Tampoco sobra el estar pendiente de la coyuntura económica (crecimiento, inflación, tipos de interés o legislación) sobre todo si afecta a los valores en los que se está invertido.
- No invierta financiado ni apalancado. Jamás pida un crédito para invertir en Bolsa ni utilice productos apalancados como los CFD (ahora limitados por las autoridades europeas). Le harán vulnerable a cualquier movimiento de la Bolsa y perderá su capacidad de aguante ante un susto en el mercado. Muchas crisis bursátiles se han agigantado por culpa de que las acciones se habían comprado con créditos.
- Es más difícil vender que comprar. Puede resultar complicado comprar una acción que tenga un recorrido al alza, pero aún lo es más saber el momento de venderla. Siempre queda ese malestar —pese a ganar— de haber podido ganar más. Pero aquí los expertos aconsejan ser fríos. Márquese un objetivo de ganancia y a otra cosa.
- No haga caso de rumores ni se compare. En el mercado circulan muchos rumores que es mejor desatender, así como aquellos que invierten después del éxito —muchas veces exagerado— de sus amigos o familiares. Busque empresas sólidas, con una trayectoria contrastada de beneficios y desoiga los cantos de sirena de su entorno.
- Diversifique su cartera. No ponga todo el dinero en un solo valor. Conozca las empresas, los sectores económicos en los que operar y busque varias alternativas. La diversificación, adquirir tres o cuatro valores, reduce de forma notable el riesgo de su inversión en Bolsa.
- Planifique el pago de impuestos. Con las acciones solo se pagan impuestos cuando se venden. Por tanto se puede elegir el momento —si la coyuntura lo permite— de aflorar esas ganancias. En España, los beneficios hasta 6.000 euros tributan al 19%, en el tramo entre los 6.000 y los 50.000 euros al 21% y cuando se superan los 50.000 euros se eleva al 23%. Esta misma fiscalidad rige para los dividendos, primas de asistencia o préstamo de valores. La única diferencia es que estos últimos casos la retención, del 19% se aplica en el momento de percibir la renta, mientras que en las acciones no hay retención fiscal. Además, es posible compensar ganancias con pérdidas del mismo ejercicio.
- Busque valores líquidos. Para estrenarse en Bolsa busque valores que sean fáciles de comprar y de vender. En el caso español, los del Ibex 35 son los más líquidos, pero también hay otras opciones en los índices Medium Cap.
- Mejor, empresas más conocidas. Estos valores que normalmente también forman parte del Ibex 35 ofrecen mayor información al inversor y hay un seguimiento mayor por parte de la prensa económica y generalista.
- Dé prioridad a empresas con buen dividendo. Se pueden alcanzar grandes rentabilidades por este concepto, con independencia de lo que haga la acción. La mitad del Ibex tiene una rentabilidad por dividendo superiores al 4%. Son un colchón cuando vienen mal dadas y la garantía de que una empresa tiene beneficios. Eso sí, hay que estar pendiente de cómo evolucionan.
Ojo con las comisiones
Algo que debería quedar marcado a fuego en la piel de los inversores debutantes en el parqué es que las ganancias o pérdidas conseguidas en la Bolsa deben pasar por el tamiz de la comisiones. Son de cuatro tipos. La más importante es la de compraventa de valores que está entre el 0,2% y el 0,7% del volumen adquirido o vendido. Son libres. A ello se suma la tasa de las Bolsas que, para los grandes valores, es de 0,3 puntos básicos (0,003%). Luego están las comisiones por custodia de los valores, que también son libres y que algunos intermediarios no cobran. El mínimo anual ronda los 12 euros por cada valor que se posea. Por último, existen las comisiones por cobro de dividendos o por ampliaciones de capital. También son libres y se pueden negociar con el intermediario, pero rondan como mínimo el euro.
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