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Crónica:CARTA DEL CORRESPONSAL / Ciudad del Cabo
Crónica
Texto informativo con interpretación

Protestas y pobreza en África

Ciudad del Cabo lleva días comentando las imágenes: un grupo de seis policías acorrala a un hombre sin camiseta y lo muele a porrazos. El hombre, con el pecho ensangrentado -no se sabe si por un disparo o un rasguño-, consigue evadirlos, pero minutos después se lleva la mano al pecho y cae abatido al suelo, muerto. Fue el miércoles pasado cuando se emitieron las imágenes grabadas por la televisión pública. El hombre, Andries Tatane, de 33 años y con un hijo, participaba en una gran protesta en Fricksburg por la falta de servicios en la comunidad. Una de las muchas protestas.

Dicen que se encaró a la policía para recriminarles que dirigieran un cañón de agua a una persona mayor y que fue entonces cuando le asaltaron. Su muerte provocó la ira de los vecinos, que arrasaron edificios públicos, con la detención de más de 40 manifestantes. Y ha servido para que se reabra el debate sobre la brutalidad policial en el país: 1.769 personas murieron a manos de la policía solo en 2010. Coincide con la instauración como jefe policial de Bheki Cele, hace dos años, con la voluntad de dotar a las fuerzas de seguridad de más poder para combatir el crimen. Se hizo famoso entonces por el consejo de "disparar a matar" a aquellos que se enfrentaran a la policía.

1.769 personas murieron a manos de la policía en Sudáfrica en 2010

Las protestas, frecuentes en Sudáfrica y reprimidas con creciente dureza, se agudizarán a medida que se acerquen las elecciones locales de mayo. Y no son las únicas. En la última semana, los ugandeses han salido a la calle para protestar por el precio de alimentos básicos y el petróleo. Los miembros de la oposición han sido detenidos por incitadores, y la policía ha usado pelotas de goma y gas lacrimógeno para dispersar a los manifestantes. Se cuenta al menos un muerto y decenas de heridos.

En Botsuana, los funcionarios han iniciado 10 días de huelga en demanda de un aumento de sueldo del 13%, después de tres años de congelación salarial. Botsuana depende en buena medida del exterior al ser un exportador de diamantes. El Gobierno dice que solo puede ofrecer un 5%.

Con peor talante se ha tomado las protestas el último monarca absoluto africano, el rey de Suazilandia, Mswati III, cuyas fuerzas de seguridad utilizaron la pasada semana cañones de agua, gas y pelotas de goma para dispersar a los manifestantes. Líderes sindicales fueron detenidos, y el pequeño reino, de menos de millón y medio de habitantes, quedó por momentos aislado cuando la compañía telefónica MTN registró "velocidades inusualmente bajas debido a un mayor uso de la red", según la empresa. Suazilandia debe someterse a medidas muy duras, dictadas por el Fondo Monetario Internacional, para poder recibir créditos del Banco de Desarrollo Africano por 145 millones de dólares para cubrir el déficit fiscal. Suazilandia deberá reducir el gasto en funcionarios, cuyos salarios se llevan el 46% del presupuesto, uno de los más altos de África. Aun así, los planes para construir un nuevo aeropuerto, con un coste similar al del crédito a recibir, siguen en marcha, lo que ha indignado a los trabajadores. Ante la amenaza de recortes, despidos y aumento de impuestos, la población salió a la calle la semana pasada, coincidiendo con el 38º aniversario de la prohibición de partidos políticos en el país. Mswati III tiene 14 mujeres y un lujoso nivel de vida, en un país acechado por el VIH, que se presenta en combinación letal con la tuberculosis, donde un 40% de la población está en paro y el 70% vive con menos de un euro al mes. Pese a la dureza con la que la policía reprimió las manifestaciones, los organizadores planean seguir con las protestas.

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