Rivales y socios mal avenidos

El diputado de Hacienda guipuzcoano, Pello González, de Hamaikabat (H1!), no quiso ayer hacer ningún tipo de declaraciones sobre el nuevo incidente que provocó en el equipo de gobierno foral su propuesta de "revisar" los coeficientes horizontales de la Ley de Aportaciones. En su entorno admiten, eso sí, que está molesto con la contundente reacción que tuvo el diputado general Markel Olano, quien le desautorizó al rechazar abrir ahora, antes de las elecciones, el debate sobre el modelo fiscal vasco.

Fuentes de la Diputación negaron ayer que este nuevo choque público entre Olano y González vaya a enturbiar las relaciones entre el PNV y H1!, socios en la citada institución pero rivales políticos en los comicios municipales y forales de mayo próximo ,si no media un acuerdo de última hora entre ambas formaciones. Para esa cita, el PNV y H1! han proclamado a Olano y González, como sus respectivos candidatos a diputado general.

El PNV considera que González actuó por "electoralismo y notoriedad política"

Hamaikabat critica la "concepción conservadora" de la política de su socio

"No había ninguna necesidad de abrir este debate [sobre la Ley de Aportaciones], salvo la pretensión de hacer ruido. Sólo se entiende como una estrategia del partido pequeño [de la Diputación] para marcar perfil político", afirma un responsable del equipo de Olano. Estas mismas fuentes recuerdan que existía un acuerdo "unánime" en el seno del Consejo Vasco de Finanzas, del que forman parte el Gobieron, las Diputaciones y Eudel, para "separar" la reforma de la Ley de Aportaciones de la contienda electoral y tratarla "a fin de año". Esta normativa cuatrienal, que fija los flujos financieros entre las instituciones vascas, fue renovada por última vez en marzo de 2007 (poco antes de las anteriores elecciones a los Ayuntamientos y las Juntas) y este año debería ser actualizada.

Olano se puso en contacto ayer con el consejero de Economía, el socialista Carlos Aguirre, y los diputados generales de Álava, Xabier Agirre, y Vizcaya, José Luis Bilbao, de quienes obtuvo "un respaldo muy satisfactorio" a su decisión de parar en seco la iniciativa del responsable del fisco guipuzcoano, según confirmaron fuentes forales. Atribuyen a intereses de "electoralismo" y "protagonismo político" la actuación de González en este nuevo rifirrafe dentro del gobierno foral guipuzcoano.

En Hamaikabat consideran que la polémica pone al descubierto "dos concepciones diferentes de entender la política". Por un lado, la visión "conservadora" del PNV, por su "negativa a mover nada", en alusión a la resistencia de este partido a debatir sobre la Ley de Territorios Históricos, la de Aportaciones o la Municipal.

Y por otro, la posición de los partidos que "reivindican el derecho a plantear los debates que sean necesarios". H1! quiso aclarar ayer que el diputado de Hacienda no defendió la necesidad de cambiar la Ley de Aportaciones, sino que hizo "una reflexión sobre los motivos que están llevando a Guipúzcoa a perder peso en la recaudación fiscal". Además, esta formación es muy crítica con la actitud "ventajista" del PSE cuando "está exigiendo a González que dé aclaraciones sobre la pérdida recaudatoria y, cuando este las ofrece, dice que ahora no toca".

Precisamente, el portavoz juntero socialista, Julio Astudillo, afirmó al hilo de esta controversia que en esta legislatura "ha habido dos Diputaciones y ningún gobierno, ningún liderazgo" a causa de los conflictos entre los socios forales. Astudillo se refirió al "enésimo desencuentro" en materia fiscal entre el PNV y H1! como "la seña de identidad" del gobierno foral "desde el minuto uno de la legislatura". Astudillo manifestó que "la oposición está actuando [en Guipúzcoa] con mayor responsabilidad que el propio Gobierno foral".

En el equipo de Olano reconocen que González "no ha hecho un juego muy leal, pero esto tampoco es nuevo", en referencia a las disputas que los socios nacionalistas han tenido durante este mandato por el tipo del Impuesto de Sociedades, la supresión del Impuesto de Patrimonio o la deducción de los 400 euros, entre otros desacuerdos fiscales.