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Telefónica premia experiencias artísticas de vida artificial

El visitante del entorno ideado por Cillari emite descargas sobre la artista

Alentada por un grupo de artistas visionarios, la Fundación Telefónica creó en 1999 el Premio Vida 1.0 con el objetivo de incentivar la creación artística basada en técnicas y conceptos de vida artificial. En estos 12 años los premiados han plasmado un archivo de experiencias, que se ha convertido en un punto de referencia internacional. Desde la robótica más asentada en el imaginario colectivo hasta software de simulación, entornos virtuales, biotecnología... en Vida se ha visto de todo. Los golems contemporáneos no necesitan conjuros. Se apañan con sensores, algoritmos, cámaras y los más variados materiales, incluso el cuerpo humano.

Es humana la criatura, coprotagonista de Sensitive to Pleasure, una performance en un entorno sonoro electromagnético, de la italiana afincada en Holanda, Sonia Cillari, ganadora del primer premio de Vida 13.0 (18.000 euros). La acción se desarrolla en un cubo oscuro electrificado, donde se encuentra la criatura, una mujer desnuda, que funciona como una antena y controla tanto el sonido de ocho altavoces como la interfaz de impulsos eléctricos que lleva Cillari. La artista se encuentra fuera del cubo, conectada con su criatura a través de una serie de electrodos en los brazos y el busto. Cuando el visitante entra en el cubo, sus movimientos e interacciones con la criatura inciden en el campo electromagnético, generando sonidos y enviando descargas eléctricas de hasta 90 voltios al cuerpo de la artista, que es sacudido por espasmos bajo la asombrada mirada del público. "Es una experiencia física muy fuerte", afirma la artista. Durante la feria Arco, la artista realizará una acción diaria.

El segundo premio (14.000 euros) ha sido para Plantas nómadas, un biorobot del mexicano Gilberto Esparza, que ya ganó un incentivo a la producción en Vida 9.0 con sus Parásitos urbanos. Plantas nómadas es un ecosistema autosuficiente, formado por plantas y microorganismos que viven en el cuerpo de una máquina, preparado para buscar aguas contaminadas, mediante un sistema de sensores inspirado en los murciélagos. Cuando las encuentra, elimina los agentes tóxicos con unas bacterias, transformándolos en energía para seguir desplazándose. "El robot se desplaza hasta los lugares contaminados para regenerar la naturaleza dañada por el hombre", explica Esparza.

El tercer premio (8.000 euros) ha sido por Psworld del neozelandés afincado en Berlín Julián Oliver, un "filosoftware", en palabras del artista. Psworld es una modificación de la utilidad ps, que se encuentra en todos los sistemas operativos UNIX. "Se basa en la idea de vincular todos los procesos de un ordenador a elementos visuales del entorno, de modo que el sistema operativo dependa totalmente de estos", explica Oliver.

En Arco también se exhibirá el Premio de Incentivo a la Producción de Vida 11.0: Ciudad Nazca, una ciudad imaginaria trazada sobre la superficie del desierto peruano por un pequeño robot. Creado por el artista peruano Rodrigo Derteano va arando en la tierra un mapa, visible solo desde la altura, que se genera a partir de datos y estadísticas reales de las 10 ciudades más pobladas de América Latina.

<i>Ciudad Nazca, </i>dibujada en función de los datos sobre 10 principales ciudades de Latinoamérica.
Ciudad Nazca, dibujada en función de los datos sobre 10 principales ciudades de Latinoamérica.

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