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Reportaje:

La eternidad entra en crisis

El primer cementerio protestante de España pide ayuda para evitar su cierre

Su atrayente decadencia romántica ya no aguanta más tiempo. El Cementerio Inglés de Málaga, la necrópolis más antigua de España para cristianos no católicos, creada en 1831, amenaza con el cierre. La falta de fondos para evitar su deterioro y sufragar el mantenimiento ha obligado al ex cónsul británico en Málaga Bruce McKintrey a lanzar un desesperado llamamiento para que las instituciones públicas aporten los recursos necesarios para su subsistencia.

McKintrey, que desde su creación en 2006 preside la fundación Cementerio Inglés de Málaga, cifra en unos 15.000 euros anuales la cantidad necesaria para mantener la necrópolis abierta. De no contar con esta ayuda, a partir del próximo mes de febrero, el cementerio sólo abriría algunas horas los domingos para el servicio religioso que se oficia en la capilla de Saint George.

"Sería una lástima perder un sitio con tanta historia", dice Bruce McKintrey

"Sería una lástima que se dejase perder un sitio tan fantástico y con tanta historia como éste", afirma McKintrey, quien confía en que sus gestiones ante las instituciones eviten su cierre. "La semana que viene pretendo entrevistarme con el alcalde de Málaga [Francisco de la Torre] para ver en qué forma podría ayudar el Ayuntamiento. Pero la idea es implicar también en su salvación a otras instituciones y a todos los vecinos de Málaga, no sólo a la colonia británica, que en la capital es menos numerosa que en la costa", explica el ex cónsul británico.

El Cementerio Inglés languidece entre lápidas rotas y maleza. Desde que en 1904 el Gobierno británico retiró las ayudas que permitían su mantenimiento, este conjunto monumental ha sobrevivido gracias a los enterramientos, donaciones privadas, legados y a la gestión de los sucesivos cónsules británicos. Hoy día aún es posible realizar enterramientos de cenizas en su camposanto o en columbarios, pero la demanda ha decrecido respecto a épocas anteriores y con ella los ingresos.

Junto a esa necesidad imperiosa de dinero, McKintrey baraja otras opciones que permitirían salvar el cementerio. Una de ellas es inscribirlo en la asociación de cementerios que promueve rutas turísticas por algunas necrópolis españolas, al estilo de lo que desde 2008 se hace en el cementerio granadino de San José, el segundo más antiguo de España (1805) tras el de Poblenou (Barcelona), y que ya ha recibido más de 25.000 visitas.

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Otra idea la aportó la pasada semana el portavoz municipal de IU, Pedro Moreno Brenes, quien afirmó que instará al Ayuntamiento a que, además de aportar fondos para su mantenimiento, incluya el Cementerio Inglés "en las rutas turísticas de la ciudad, ya que está a un paso del centro de la ciudad, de la plaza de toros de La Malagueta y de la Alcazaba".

Atractivos turísticos no le faltan. Pasear entre sus lápidas, algunas realizadas sólo con conchas marinas, es recorrer parte de la historia de la capital desde el siglo XIX. Allí figuran juntas las lápidas del escritor Gerald Brenan y de su esposa, Gamel Woosley, si bien el hispanista donó sus restos a la facultad de Medicina de Málaga tras su muerte en 1987. Un poco más abajo descansa el poeta Jorge Guillén. En otro bancal se hallan los restos de la docena de marinos de la fragata alemana Gneisenau que perecieron tras su hundimiento frente al puerto de Málaga en 1900. También reposa en paz el compañero del general Torrijos, el oficial británico Robert Boyd, ejecutado en Málaga en 1831 por su participación en el abortado levantamiento liberal contra el absolutismo de Fernando VII.

Mientras que Torrijos descansa con todos los honores en el mausoleo de la plaza de la Merced, Boyd fue el primero en ser enterrado en el Cementerio Inglés ya que, por aquel entonces, los no católicos no podían ser enterrados en tierra católica, para "no contaminarla". Al menos se libró de que se le aplicase la ley que por entonces obligaba a enterrar a los no católicos por la noche, a la orilla del mar, de pie en la arena y dejados a merced del mar y de los perros.

Tumba en el Cementerio Inglés de Málaga del oficial Robert Boyd, ejecutado en 1831 por apoyar al general Torrijos contra Fernando VII.
Tumba en el Cementerio Inglés de Málaga del oficial Robert Boyd, ejecutado en 1831 por apoyar al general Torrijos contra Fernando VII.JULIÁN ROJAS

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