'Low cost' no es igual a mochilero

James Roon está sentado en el piso de la Terminal 1 del aeropuerto de Barajas junto a su mochila negra. Inglés, de 29 años, espera el vuelo de regreso a su casa, Londres, de donde se escapó de su vida cotidiana de vendedor de ropa en una tienda para ser turista una semana en Madrid, en tiempos de crisis. Emprendió el viaje con 150 euros en el bolsillo, dos pantalones, cinco camisetas y un buen libro, "lo único que cabe en una maleta de mano, porque no quería que me cobrarán más". Eso, más los 84 euros que le costó el billete de avión con una compañía de bajo coste, que compró con dos meses de anticipación, es lo único que James necesita para conocer el mundo. ¿Reservas para dormir? "No, ninguna, busqué un hostal, barato, de 15 euros la noche, cerca de Sol. Ese fue mi paquete turístico", cuenta.

Los viajeros de estas líneas aéreas crecieron un 448% entre 2003 y 2009

Estos turistas tienen entre 25 y 44 años y no contratan paquetes turísticos

Ahorran en hotel y en el transporte, pero les gusta comer como reyes

Personajes como James son cada vez más comunes en Barajas, el aeropuerto español que ha tenido el crecimiento de pasajeros de aerolíneas de bajo coste más importante de España, 448% entre 2003, cuando hubo un total de 491.326 de viajeros por esta vía, hasta 2009, en que se alcanzó los casi 2,7 millones, según los datos disponibles del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio. En 2010 esta buena tendencia se ha mantenido con un crecimiento de pasajeros por encima del 24% desde este enero, a pesar de la crisis económica y de la nube de ceniza provocada por el volcán islandés Eyjafjalla, que paralizó los vuelos por unos días.

Mientras, los demás aeropuertos españoles ni siquiera han alcanzado aumentos del 15%, (salvo el de Ibiza, que durante mayo tuvo un 24,8%), el incremento del turismo low cost ha contribuido a que en mayo, Madrid rompiese récord en número de turistas con 732.709 viajeros, y que haya crecido durante 2010 más del doble que la media de España.

Hoy los viajeros que vuelan por aerolíneas de bajo coste a Madrid representan el 21% del total. Ryanair, la de mayor presencia entre las 12 compañías de bajo coste que operan hoy en Barajas, inició operaciones en 2006 y cuenta con una flota de 12 aviones, la quinta más grande en Europa después de Londres, Dublín, Francfort y Bruselas. Su llegada incrementó en un 100% el número de pasajeros de bajo coste que llegan a Madrid. "Hay un cambio en el pasajero, no quieren gastar el dinero en el transporte, sino en el destino", asegura un portavoz de Ryanair.

Según el Instituto de Estudios Turísticos los turistas extranjeros de bajo coste en España viajan principalmente por ocio, son en su mayoría varones, de 25 a 44 años, ocho de cada 10 ya habían estado en España, y el 70% no contrataron ningún paquete turístico, como James.

Jesús Martín Peinado, el presidente de la Asociación de Empresarios del Hospedaje de la Comunidad de Madrid, describe otras características de los turistas de bajo coste en Madrid: dormir en lugares modestos, pero comer como reyes. "La gente que viaja en líneas de bajo coste y que se queda en nuestros hostales son generalmente jóvenes, que están dispuestos a pagar entre 30 y 40 euros por una habitación sencilla. Buscan un lugar para dormir céntrico, solo con la cama limpia y un aseo. Pero algunos buscan comida más sofisticada. No buscan todo barato", dice.

"El turismo de bajo coste no es igual a mochilero", asegura Antonio Nieto, director general de turismo de la Comunidad de Madrid, "son turistas que les gusta informarse. Siempre están buscando lo mejor y lo más barato".

Nieto resalta cómo la captación de los grandes eventos por la Comunidad han ayudado a que la crisis económica en el sector sea menos severa, como la exposición Turner y los maestros, en el Museo del Prado que financia el Gobierno de la Comunidad, o la final de la Champions en el Santiago Bernabéu y Rock in Río, en mayo y junio pasados.

Gracias a ello llega a la Comunidad gente caza eventos, como Boris Preut y Karl Hoffman, una pareja de alemanes que viajaron desde Múnich para disfrutar de Rock in Río por Air Berlin. "Encontramos el hostal por Internet y eso es todo lo que hemos planeado", dice Boris. "Así podremos darnos lujos culinarios".