_
_
_
_
_

Absueltos Portu y Sarasola del intento de atentado en Azca

La Audiencia los condena por pertenecer a ETA y tener armas

Casi un año después de colocar la furgoneta bomba en la T-4 del aeropuerto de Barajas que acabó con la vida de los ecuatorianos Diego Armando Estacio y Carlos Alonso Palate y se llevó por delante el proceso de paz entablado entre el Gobierno y ETA, Igor Portu y Mattin Sarasola recibieron órdenes de la banda terrorista para estudiar la zona de Azca, en pleno centro de Madrid, con el fin de colocar otro artefacto explosivo. Para ello alquilaron un coche en Irún (Guipúzcoa), que el día 1 de diciembre de 2007 dejaron aparcado en la confluencia del paseo de la Castellana y la calle Raimundo Fernández Villaverde. Tras inspeccionar la zona subieron de nuevo al coche y regresaron a Euskadi para devolverlo.

"No consta la decisión de ejecutar la acción", sostienen los magistrados

En el juicio celebrado la semana pasada, el fiscal consideró esos hechos una conspiración para cometer estragos terroristas, pero la sección primera de lo Penal de la Audiencia Nacional absolvió ayer a Portu y Sarasola de ese delito. La sentencia, redactada por la magistrada Manuela Fernández de Prado y firmada por el presidente de la Sala Penal, Javier Gómez Bermúdez, y por Javier Martínez Lázaro, estima que con esa acción "no se desprende más que una labor de información que llevan a cabo los acusados a petición de la banda". El tribunal afirma que, a pesar de la acreditación de esos trabajos preparatorios, "no consta que existiese una decisión de ejecutar" el atentado. Los etarras, según la resolución, "no habían recibido, al menos antes de su detención [que se produjo en enero de 2008], la orden de llevarlo a cabo", sostiene la Sala.

La sentencia, sin embargo, sí condena a Portu y Sarasola a 17 años y medio de prisión -por pertenencia a banda armada, tenencia de explosivos y de armas-, y a su compañero en el comando Elurra Mikel San Sebastián a 16 años -por los dos primeros delitos-. Esas penas se sumarán a la de 1.040 años que recibió cada uno de ellos el pasado 21 de mayo por la bomba en el aeropuerto madrileño. El cuarto acusado, Joseba Otxoeko, quedó absuelto de todos los delitos por falta de pruebas.

Los magistrados consideran válida una de las principales pruebas de cargo, la declaración ante la Guardia Civil de Mattin Sarasola, a pesar de que la Audiencia de Guipúzcoa ha abierto juicio oral por torturas y lesiones contra varios de los agentes que participaron en su detención y en la de Portu, tras la cual este último tuvo que ser hospitalizado. El tribunal considera que esas presuntas torturas las habrían cometido los guardias que los detuvieron, pero no los que tomaron declaración a Sarasola una vez que fue trasladado a Madrid. "Las torturas investigadas (...) no aparecen vinculadas directamente a la toma de declaración del detenido, que efectivamente no se produce en el curso de las mismas", sostiene la sentencia.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_